LOBOS EN LIMA
Muy justas palabras las del cardenal arzobispo de Lima:
“Solo hay carisma cuando la persona recibe un don del espíritu para toda la Iglesia y sus obras son buenas. El fundador y el grupo pueden cometer errores y pecados, pero el balance es altamente positivo por las obras buenas generadas”, explica. Sin embargo, asevera que “Figari, en cambio, verificado como abusador, y con él gran parte del núcleo fundacional y otros, inventó un presunto carisma para proteger un proyecto político y sectario”.
A ese artículo se le puede cambiar el nombre propio que en él aparece por cualquiera de los nombres propios de los sospechosos habituales. Les cae como anillo al dedo. Son proyectos políticos, por ser proyectos que buscan el poder, a través de la exacción financiera y mental de sus presas.
¿Cuál es la diferencia entre Sodalicio y nosotros? la potencia, extensión, años actuando, infiltración en aparatos de poder civiles y eclesiásticos. Pero lo que hacen es exactamente igual, quizás no tuvimos que dormir en unas escaleras boca abajo ni otras excentricidades de las que nos habló Martin Scheuch o Pedro Salinas.
Dar un cilicio a una cría de 15 años es suficientemente excéntrico.
Lo de menos quien copia a quien: hoy son palabras de cardenal, no de doña Nadie:
“el uso de la religión para fines ajenos a la extensión de la buena noticia de Jesús es lo más destructivo para la Iglesia Católica”. “Este experimento lo compraron gente bienintencionada que creían que era un proyecto bueno para luchar por Perú. Pero no es este el camino. No el de la manipulación sectaria”, lamenta en otro momento, sabedor de que la “apariencia de perfección eclesial, alabada y celebrada por una parte de la jerarquía”, esconde “una realidad turbia e inquietante”.
El cardenal rehabilita al perseguido Gustavo Gutiérrez, bestia negra de Sodálites, Legionarios y quién tú sabes, ya que no se atreve a nombrar al equipo de su predecesor en el cargo.
Muchisimas gracias por enviar el trasfondo histórico del lío sodálite. el actual arzobispo Castillo conoció a Figari desde la juventud, nos faltaba toda esa parte de los años 60, 70...¿de dónde salieron? en el caso Opus los contemporáneos del aragonés, han fallecido, solo el padre Mindrán contó 4 cosas.
Traigo la historia narrada por Carlos Castillo Matasoglio, aunque se salta la época Cipriani al frente del arzobispado de Lima (1999-2019). ´Tendría que haber dicho: "
en esa época, Sodalicio gozó del beneplácito y facilidades otorgadas por monseñor Cipriani, miembro del "Opus Dei" organización de parecida aunque más sutilmente expuesta ideología".
Necesitamos que cierto jerarca español se "marque un Castillo Matasogglio" y se atreva a ponerle el cascabel al gato, a llamar "a la pala, pala":
Por aquellos años empezó la persecución contra Gustavo Gutiérrez, y el Sodalicio intervino. El cardenal Ratzinger había pedido a los obispos peruanos que examinaran los escritos del padre Gustavo. Un día de 1984, año de mi ordenación, Gutiérrez llamó por teléfono desde Lima y me indicó que estaba enviando un paquete lleno de documentos que yo tenía que entregar directamente al cardenal Ratzinger. Antes de ello, el padre Gutiérrez había sido inquirido con diversas preguntas por el mismo cardenal, las cuales siempre habían sido respondidas.
Me recibió el monseñor Joseph Clemens y, tras una larga espera, me pasó al cardenal Ratzinger: “¿Qué es esto?”, preguntó. “Son los documentos que ha escrito como respuesta a las preguntas que usted le hizo llegar. Los envía a través de mí porque le preocupaba no recibir de usted respuesta alguna”. Entonces el cardenal Ratzinger apostilló: “Es decir que los documentos que tenían que haber llegado vía Nunciatura no han llegado”. Añadió: “Ya sabía que algo pasaba, porque el padre Gutiérrez es sumamente serio y no podía haber fallado”. Había habido un cortocircuito en Nunciatura o en otra parte. Aunque la primera opción era la más probable, pues un miembro del Sodalicio apoyaba externamente el trabajo en Nunciatura.
Allí también dije al cardenal Ratzinger que Gutiérrez había escrito su libro sobre espiritualidad llamado “Beber en su propio pozo” que la editorial Queriniana lo estaba corrigiendo para publicarlo el próximo mes de junio de 1984 y que el teólogo Rossino Gibellini quería presentarlo en Roma con la presencia del padre Gustavo. El cardenal asintió y me dijo: “Yo publico también en Queriniana y Rossino siempre publica textos sólidos. Enviaré a alguien. ¿Cuándo es la presentación?”. Le dije el 7 de junio. “Alli estarán dos de mis colaboradores”, respondió. Nos despedimos amablemente y luego comprobé que aquella presentación había sido un éxito. El 8 de junio partí de Roma para ser ordenado el 15 de julio.
En octubre de 1984, llegó la Conferencia Episcopal en pleno a Roma. El “caso Gustavo Gutiérrez” terminó con un documento hecho por el marianista Óscar Alzamora, amigo de Gutiérrez, pero también del Sodalicio. En este documento, como decía el padre Gutiérrez, no se le condenaba a él, sino a Jesús. Gutiérrez, mostrando gran obediencia y amor a la Iglesia, rehizo el borrador de su texto, lo sometió al parecer de monseñor Schmitz y lo presentó a la Asamblea reunida en Roma. Finalmente, emergió la verdad y Gustavo Gutiérrez fue salvado. Los titulares decían: “Landázuri y Wojtila salvan a Gutiérrez”. A pesar de que no se habló de Ratzinger, él había salvado a Gutiérrez, al que conocía bien por sus profesores.
Sin duda, el monseñor Alberto Brazzini, Óscar Alzamora SM, Ricardo Durand Flórez SJ, Fernando Vargas SJ y el Sodalicio, cercanos ya entonces a la geopolítica que tomaría cuerpo después en el pontificado de Juan Pablo II con los Cardenales Sodano y López Trujillo, estuvieron a punto de hacer algo grave con el padre Gutiérrez. Mientras, la “Teología de la reconciliación” se quedaba en puro slogan.
El Sodalicio se oficializó con el cardenal Landázuri y creció con el también cardenal Vargas Alzamora. Al inicio convencieron a varios laicos y sacerdotes con influencia entre las clases altas limeñas, como Harold Griffith, Armando Nieto SJ y Alberto Brazzini. Al final, salvo Brazzini, todos terminaron desencantándose. También les apoyaron los Nuncios: Tagliaferri y Dossena, en su proceso de reconocimiento canónico por lo demás plagado de irregularidades; después Passigato y Musaró, consolidando su estructura económica.
En 1987, cuando regresé como cura a Lima y fui vicario de jóvenes de la pastoral universitaria, tuve un altercado con los sodálites, pues se querían apropiar de las capillas universitarias e imponer allí sus símbolos. Me acusaron de prohibirles tener un espacio por no dejarles poner su letrero. Me hicieron un informe, denunciándome ante el cardenal Augusto Vargas. Él me dijo: “Acaban de estar aquí los del Sodalicio y les he dicho que esto no es la Gestapo”. Se había hartado de tanta instrumentalización por parte de este grupo religioso hermético y elitista. El cardenal no lo vio porque falleció en 2000, pero los años siguientes confirmarían que aquella apariencia de perfección eclesial, alabada y celebrada por una parte de la jerarquía, escondía una realidad turbia e inquietante.
Finalmente, en el 2019, apenas fui nombrado arzobispo de Lima, un jesuita me informó que un chico necesitaba hablar conmigo. Había sido afectado por un sodálite, le daban pastillas para la esquizofrenia, que nunca tuvo antes y que le habían provocado. Tenía que pagar la deuda que contrajo al comprar aquellos medicamentos y no le alcanzaba. “Han experimentado conmigo”, me dijo. Este chico me pedía ayuda porque solo le dieron unos pocos miles de soles en concepto de reparación. Además, acumulaba deudas por lo que gastó durante el tiempo que fue sodálite. Escribí al Superior General: “mi feligrés de Lima, que ahora vive en Santiago de Chile, maltratado por un experimento de ustedes en su psique, necesita esta ayuda y les exijo que, al menos, salven esta deuda mínima”. Le dieron el dinero.
Como teólogo y sociólogo empecé a preguntarme qué es realmente el Sodalicio y movimientos eclesiales parecidos. No es solo política, como en sus inicios; ahora es religión instrumentalizada para un plan político. Figari coincide con Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, un depravado en lo personal y con un proyecto político económico escondido tras una fachada religiosa. “¿Por qué han experimentado con este chico?”, me pregunté. No era el único. Es lo que hicieron con víctimas como Rey de Castro, conocido por ser un “esclavo de Figari”: servilismo y control mental. Recordé, entonces, algo que estudié en mi tesis: “los conquistadores como todos los tiranos intentan siempre desordenar los entendimientos de los indios a través de volverlos pusilánimes para que no piensen en su libertad”, de “Historia de las Indias” de Bartolomé de las Casas. El Sodalicio ha destruido a las personas, sometiéndolas a sus intereses de conquista. Esto no tiene nada de cristiano.
Mi hipótesis es que el Sodalicio obedece a un proyecto político. Es la resurrección del fascismo en América Latina, usando arteramente la Iglesia, mediante métodos sectarios, experimentando cuan fuerte eres o forzándote a dormir boca abajo en unas escaleras para forjar el carácter. Es decir, puro ascetismo pelagiano. Todo ello deriva hacia un control mental de personas que terminan convertidas en ejércitos de robots que conquistan y dominan. Mi idea es que, si América Latina es una reserva católica sometida a mil y un intereses ajenos, entes como el Sodalicio impiden que se desarrolle un cambio en ella. Llegaríamos a este cambio si anunciáramos el amor gratuito de Cristo y, en libertad, donde cada uno tiene “todo el tiempo de la vida para convertirse”, como gustaba decir Las Casas. Jesuitas y dominicos eran ejército y sus reducciones buscaban un cambio social con el aporte de la fe. Pero estos movimientos son reducción total y el cambio político que pretenden, su lucha contra el marxismo en este caso, pasa por someter a las personas.
El uso de la religión para fines ajenos a la extensión de la buena noticia de Jesús es lo más destructivo para la Iglesia Católica. Por ello, he llegado a la conclusión que en el Sodalicio no hay carisma. Solo hay carisma cuando la persona recibe un don del espíritu para toda la Iglesia y sus obras son buenas. El fundador y el grupo pueden cometer errores y pecados, pero el balance es altamente positivo por las obras buenas generadas. Figari, en cambio, verificado como abusador, y con él gran parte del núcleo fundacional y otros, inventó un presunto carisma para proteger un proyecto político y sectario. Este experimento lo compraron gente bienintencionada que creían que era un proyecto bueno para luchar por Perú. Pero no es este el camino. No el de la manipulación sectaria.
El Sodalicio y los otros grupos fundados por Figari no son salvables porque nacen mal y sus frutos a lo largo de los últimos cincuenta años así lo demuestran. Al servicio de la guerra fría latinoamericana, ha sido una máquina destructora de personas, inventado una fe que encubre sus delitos y su ambición de dominio político y económico. No hay nada espontaneo en sus miembros. No hay libertad y sin ella no hay fe. Como experimento fallido, debería ser suprimido por la Iglesia.
Finalizo con la hija de un espía del KGB en España que acabó bajo tierra en 1977 aunque no hubiera pruebas de paternidad ninguna. La joven rusa de 18 años no volvió viva a su país, pues se la relacionó con Su Majestad emérito, y como ya ha pasado medio siglo se nos puede contar. Así lo hace, el periodista Javier Bleda, sin repercusiones jurídicas para nadie.
Por otro lado indicas que la actriz Clara Traisac participa tanto en el film "La última noche de Sandra Mozarowsky" como en "El minuto heroico" y que cada cual piense lo que quiera. A lo mejor es indiferente, simple coincidencia, o no.
Somos menores de edad y dentro de medio siglo les contarán a los ciudadanos las interioridades de la España actual.
Comentarios
Torreciudad en peligro. Prevost ne está decepcionando y mira que lo apoyé incluso cuando nadie sabía quién era.
https://infovaticana.com/2025/09/08/el-obispo-de-barbastro-monzon-amenaza-con-dimitir-en-medio-del-litigio-con-el-opus-dei-por-torreciudad/
Pero como nadie quiere dar el salto y ver que todo esto era parte de algo mucho mayor.
En las palabras literales del obispo, que cita Religión Digital, no hay amenaza de dimisión, sino voluntad de no dar su brazo a torcer:
"gustosamente vengo luchando hasta la extenuación en defensa de nuestro pueblo, de su dignidad, de su devoción y religiosidad popular, sin importarme ningún sacrificio. Por eso, si me viera obligado, como pastor repetiría las mismas palabras del anciano Eleazar, ante las presiones para aceptar lo que no puedo aceptar: que no puedo hacerlo 'sin atraer mancha y deshonra a mi vejez' que pueda servir de mal ejemplo a mis feligreses".
https://www.religiondigital.org/diocesis/Papa-Francisco-advirtio-Barbastro-Torreciudad-opus-obispo-pueyo_0_2814318555.html
https://proreader.io/search?url=https://elpais.com/sociedad/2025-09-08/el-obispo-de-barbastro-amenaza-con-dimitir-en-su-pulso-con-el-opus-dei-por-el-santuario-de-torreciudad-francisco-me-advirtio-que-tuviera-cuidado-con-las-intrigas-mafiosas.html
basado en las suposiciones de otro más delirante aún, que no proporciona absolutamente ninguna prueba de lo que afirma:
https://proreader.io/search?url=https://elpais.com/sociedad/2025-09-08/el-opus-dei-mas-cerca-de-retomar-el-control-de-su-emblematico-santuario-de-torreciudad-tras-la-muerte-del-papa-francisco.html
Pérez Pueyo con esas cartas, de su superior jerárquico, el Papa Francisco, denota que seguía ordenes del jefe de Arellano y que no iba por libre y eso lo sabe Prevost: "Oiga que yo seguía ordenes, aquí están las pruebas si ahora cambia de opinión la Iglesia, no es mi responsabilidad ni me dejo humillar; me largo"
La Opus Dei como siempre, separa del grupo a quien van a atacar y le injurian como loco,
desequilibrado y lobo solitario, y nada de eso es cierto y como Francisco les conocía bien, quiso proteger a Pérez Pueyo con esas cartas y además plasmar su voluntad como máximo responsable oficial jerárquicamente de la Iglesia, incluso esas cartas son pruebas validas en un proceso civil o canónico.
Por contra Lo Pais, no presenta prueba alguna de NADA ni siquiera de la reunión de mayo 2025 con Ocáriz, Fazio y Prevost. Y no tiene, ni puta idea el plumilla, porque lo que mantiene simplemente es que se cumplan los cánones para cualquier orden sacerdotal y santuarios; "proponen una terna y el Obispo decide entre ellos y cuentas auditadas cada 5 años", esto es imperativo para todas las ordenes y sociedades religiosas. A la Opus Dei, Francisco, les impuso cada año
Lo de siempre, no es que a la Opus Dei les obligue nadie es que ellos deciden cumplir con la ley canónica en vigor ... acojonante.
Es decir, Pérez Pueyo no esta concediendo ni quitando nada de nada, solo hay que leer los cánones
Está claro que se ha llevado su sobrecito el plumilla y que le deberían despedir por ese panfleto
España, el país de la mentira, mentimos mas que los chinos
Se nos conoce fuera por dos cosas; la mentira y falta de seriedad y hablar a gritos