ESTRATEGIAS DE COMUNICACIÓN

Muy buen libro,  raíz del 50 aniversario de su entierro: "El recuerdo permanente de la guerra civil presidió el funeral del Generalísimo. ...con la presencia destacada de excombatientes, que iban a ser recibidos por el nuevo rey en su primera recepción oficial. 
De los tres dictadores fascistas de Europa del s. XX, uno había muerto en su propio búnker de Berlín, otro fue colgado boca abajo en una plaza italiana, y el tercero se había hecho enterrar a la manera de un antiguo faraón (John Pilger, crónica 24.XI.1975 The Daily Mirror)
La mayoría de los jefes de gobierno de la segunda república española y sus dos presidentes habían muerto en el exilio,lejos de su patria, pero la España de Franco se convirtió en un cementerio de tiranos de diferentes países. (Pavélic, el Fuhrer croata, murió en Madrid en 1959, Fulgencio Batista, dictador cubano, murió en Marbella en 1973, Rafael Leónidas Trujillo enterrado en Mingorrubio en 1970)

"Dios nos ha concedido la inmensa gracia de un Caudillo excepcional a quien solo podemos juzgar como uno de esos dones que, para un propósito grande, la Providencia concede a las naciones cada tres o cuatro siglos" declaró en las cortes Carrero Blanco en 1957. 

Esta adulación la compartían miles de personas, hipnotizadas por el héroe salvador y agradecidas por los favores y privilegios recibidos. Parcelas enteras de la administración política quedaron en manos de militares y excombatientes. 

Desde el primer gobierno de enero de 1938 hasta su muerte, Franco nombró a 119 ministros. Los designó y cesó a su voluntad, orientado en ocasiones para tomar decisiones y promulgar leyes sin consultarles. No los elegía por su particular pericia en el ámbito del ministerio al que accedían, sino como piezas apropiadas del tablero político que él manipulaba. Nunca toleró a quien podía o intentaba construir un poder personal e independiente y premió por encima de todo la lealtad, la virtud que perdonaba errores y corruptelas."

Extraño que esta forma de comportarse despótica, carismática, por encima del resto de seres que le rodeaban no nos recuerde a alguien muy familiar aquí.

Solo unos párrafos del prólogo que muestran que el franquismo y sus efectos no solo fueron responsabilidad de una persona, sino de todo un entramado además de la "coyuntura" internacional, astucia para girar según los vientos. Alguien que según un nazi, tras la entrevista de Hendaya, no recuerdo si Göring o Himmel, "era un perfecto mequetrefe" se hizo con el poder en España y no lo soltó sino camino del cementerio.

Insisto en que es un mequetrefe con éxito, como otros mequetrefes. 
Y las cabezas pensantes adulándolo y adorándolo.

La violencia de Estado desplegada eliminando enemigos fue impresionante, colaboraron soplones, chivatos, ciudadanos corrientes, pero también curas, falangistas y todo hijo de vecino, una sociedad del terror. Opus minifranquismo sobreviviente. Franquismo sin Franco. Escrivarianismo sin Escrivá.
Haciendo la vista gorda a corruptelas a su alrededor, contentando así a sus adeptos y fabricándose una buena corte de aduladores y apoyadores.

Todo paralelismos.

Los archivos de Carrero Blanco no han ido al Archivo Histórico Nacional ni a Salamanca ni a una universidad pública: ya están en la universidad Opus Pamplona.

Cuántas mentiras alrededor de la monarquía española, también por sus 50 años de restauración, "los monarcas españoles, esos parásitos".

La monarquía traedora de la democracia, los monarcas no traen democracias, eso es asunto de EEUU.








Al final no ha estado tan mal el coloquio, mucho ánimo, hay que ponerse en X, con estrategia y táctica, aunque lo suyo y justo sería sentarlos en un banquillo, lo perfecto lejano e imposible hoy. También el coloquio youtubero era imposible hace diez años. A partir de 1:32:00 María y cómo funciona la opinión pública en las redes sociales, cómo hacer para rebatir las mentiras.



Escrivá y los  7 pecados capitales.

Incluso "el Padre les cuenta ahora que el día que se escriba la historia de la Obra se hará de rodillas". Y eso que el mundo eclesiástico romano, con sus intrigas y prepotencias impresionó profundamente a Escrivá, que aseguraba a sus hijos que había que tener fe en la Iglesia "a pesar de los pesares".

A tales cotas llegaba la soberbia que nos cuenta Moncada que "a Lucho Sánchez Moreno, un peruano numerario que había trabajado conmigo en la secretaría general y que resultó ser el primer Obispo del Opus, al verle yo me acerqué a saludarle y muy sinceramente le besé el anillo pastoral. Al Padre aquello le sentó muy mal porque *en casa sólo se le besa la mano al Padre".

La distinción honorífica coincide con la exacerbación del culto a la personalidad de Escrivá. Monseñor se autonombró Gran Canciller, título tradicional de la educación superior eclesiástica de la Universidad de Navarra en 1960, circunstancia que revalidó con el mismo nombramiento en la Universidad de Piura en el Perú, aunque como cuenta en la revista Area Crítica, una vinculada a la Obra, "Escrivá de Balaguer era todo lo contrario a lo que puede ser un líder popular con gancho, torpe de palabra, sin grandes cosas que decir y con chascarrillos baratos de cura de pueblo; toda su actuación pública se fundamentaba en el "culto artificial a la personalidad a como le retrata su propio secretario al decir!  que "el zafarrancho externo coincide también con el conocido debilitamiento de la lucidez mental de Escrivá, embarcado ya en una megalomanía fomentada por sus fieles, cuyo episodio público más desgraciado podría ser la obtención de un marquesado para el Padre, el de Peralta".

El jesuita Walsh apunta que sea cual fuere la explicación, solicitar el restablecimiento o la concesión de un título nobiliario parecía impropio de alguien cuya humildad se encuentra entre las virtudes que sus partidarios enumeran mientras sigue su curso la causa de canonización. Especialmente a la luz de la máxima de su tratado espiritual Camino: "Honores, distinciones, títulos..., cosas de aire, hinchazones de soberbia, mentiras, nada".

Asimismo resulta algo extraño, a la luz de esa máxima, haber reunido también una cantidad de otras condecoraciones españolas, tales como la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort, la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, la Gran Cruz de Isabel la Católica, y otras, así como también diversas medallas de oro.

No sólo era soberbio, sino halagador y demagógico, maestro en buscar golpes de efecto como en aquella ocasión que declamaba: "¡Cuando yo muera...!" y la multitud viéndose a pique de perder a quien era su sostén y apoyo, lanzó un tremendo alarido: - ¡NOOOOOOO!. "¡Cuando yo muera - repitió el Padre ante el sollozante gentío que le escuchaba - mandaré que arranquen mi corazón y lo entierren en el campus de esta Universidad!"

Soberbio y altanero como lo evidencia cuando el Padre Arrupe asumió las responsabilidades del cargo general de la Compañía de Jesús, escribió una carta a cada uno de los prepósitos de las Ordenes y Congregaciones religiosas e institutos seculares anunciándoles su intención de visitarles personalmente. Era esta una muestra del espíritu fraternal que el Padre Arrupe traía a la Compañía. Los prepósitos, unánimemente, se apresuraron a contestar que no era el general de los jesuitas quien debía visitarles a ellos, sino ellos los que estaban llamados a acudir humildemente ante el general de los jesuitas. "No vengáis vos hacia nos. Somos nos quienes vamos hacia vos". En este toma y daca de cortesía vaticana se hizo patente el deseo de todos de inaugurar una nueva etapa de la historia de las relaciones entre las órdenes y congregaciones. Pero hubo una excepción: el Prelado General del Opus Dei, don Josemaría Escrivá de Balaguer, no contestó, así se dice, a la carta del padre Arrupe. No se arredró por ello el dinámico jesuita, ni su humildad y nueva disposición eran tan pasajeras que no pudieran resistir esta prueba. Telefoneó personalmente a Bruno Buozzi 73, la suntuosa residencia de monseñor Escrivá de Balaguer en Roma. Fuentes fidedignas informan que el padre Arrupe llamó a monseñor hasta cinco veces y las cinco se le contestó que "el Padre" no estaba en casa.

Tampoco "el Padre" tiene por costumbre contestar las cartas, y menos las que le dirigen "sus hijos". El periodista Luis Carandell solicitó ser recibido en audiencia por Escrivá; a través de Ayesta en Madrid recibió la respuesta de que "monseñor Escrivá no juzgaba que su persona fuera lo suficientemente importante como para ser objeto de una especial atención. Que no obstante, llegado el momento tendría "sumo gusto' en recibirle" y preguntado Ayesta sobre el plazo prudencial en que podría tener lugar la entrevista éste le dijo que dentro de unos "tres años" añadiendo la frase "delante de tí hay sesenta periodistas esperando; muchos de ellos extranjeros". La entrevista ni la audiencia se concederían nunca.

A pesar de que su formación teológica era - según sus compañeros de estudios - la de un mediocre alumno de seminario conciliar, le gustaba decir "soy tan docto de la Iglesia como el Papa", en el contexto de uria ambición desmedida y loca.

Para él, sólo lo mejor era suficiente. Su capilla privada era opulenta y su cerco de inaccesibilidad era "parte del juego, parte del mito que cuidadosa y conscientemente se empezaba a construir a su alrededor". “Y era un hombre importante y ocupado, que proyectaba una imagen de vanidad y de vacío interior y exterior, sólo cubierto por su síndrome soberbio como queriendo permanentemente ocultar un mal disimulado complejo de inferioridad y de resentimiento.

Comentarios

Ana A ha dicho que…
17 de noviembre 2025 en OL, según P.L. Guiducci: "la solución jurídica identificada se considera en términos positivos. La dinámica marcada por los criterios de dividir, distinguir y descentralizar conducirá a una mayor interacción con todo el pueblo de Dios y, en particular, con las Iglesias locales." Habrá Tres instituciones: prelatura, sociedad de curas, asociación de laicos sobre la que el Prelado no manda. Si se hace así se acabó la dictadura opusina sobre cuerpos y almas. Finito. Los han disuelto sin decirlo.

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