Quiero yo también colaborar con este link a que se difunda la verdadera historia del colegio mayor Peñafiel javascript:ol('http://opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name%3dNews%26amp;file%3darticle%26amp;sid%3d9951');
Me extraña que me manden anónimos para decirme que me calle, ¡qué absurdo! si a alguien no le gusta lo que escribo no es obligatorio entrar en este blog. No tiene sentido, yo jamás me meto en los blogs ni en las páginas que no me interesan, con no leerlos suficiente.
Pero el opus no, no podéis dejar de dar la lata y de intentar silenciar las voces que os molestan. Pues por mi parte se ha terminado eso de que sólo se oye una voz en esta cuestión.
Siempre despreciando a todo el mundo, pasando por encima de quien haya que pasar. Creo que está suficientemente claro que no quiero saber nada de esta secta, pues a día de hoy no he conseguido que dejen de enviarme su propaganda. ¿Se supone que debo de poner cara de que no ha pasado nada?
No pienso dejar de hablar y gritar si hace falta. Me quitaron mi vida y mi libertad cuando era una niña y no tenía recursos ninguno para darme cuenta de que lo que me estaban haciendo. Además de lo que he podido descubrir por mí misma, en mi propia vida con los episodios surrealistas que me ha tocado vivir, alucino cada día un poco más con la verdadera historia que va saliendo poco a poco en opuslibros, sobre los caprichos del fundador, las bobadas a las que estaba apegado, y el exagerado concepto que tenía de sí mismo.
Esperemos que todos los santos de la iglesia católica no sean como este.
Ana Azanza
Me extraña que me manden anónimos para decirme que me calle, ¡qué absurdo! si a alguien no le gusta lo que escribo no es obligatorio entrar en este blog. No tiene sentido, yo jamás me meto en los blogs ni en las páginas que no me interesan, con no leerlos suficiente.
Pero el opus no, no podéis dejar de dar la lata y de intentar silenciar las voces que os molestan. Pues por mi parte se ha terminado eso de que sólo se oye una voz en esta cuestión.
Siempre despreciando a todo el mundo, pasando por encima de quien haya que pasar. Creo que está suficientemente claro que no quiero saber nada de esta secta, pues a día de hoy no he conseguido que dejen de enviarme su propaganda. ¿Se supone que debo de poner cara de que no ha pasado nada?
No pienso dejar de hablar y gritar si hace falta. Me quitaron mi vida y mi libertad cuando era una niña y no tenía recursos ninguno para darme cuenta de que lo que me estaban haciendo. Además de lo que he podido descubrir por mí misma, en mi propia vida con los episodios surrealistas que me ha tocado vivir, alucino cada día un poco más con la verdadera historia que va saliendo poco a poco en opuslibros, sobre los caprichos del fundador, las bobadas a las que estaba apegado, y el exagerado concepto que tenía de sí mismo.
Esperemos que todos los santos de la iglesia católica no sean como este.
Ana Azanza
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Un saludo
Adela