SEXO EN EL OPUS DEI, TEORÍA Y PRÁCTICA
Hay una obsesión en el OD que despierta morbosidad y se marca con una etiqueta y una lacra a las personas y se trata del tema del sexo o algo que tenga que ver con él. Hay tantas prescripciones sobre el tema que genera miedo, tensión, vergüenza, el que dirán, incomodidad y acaba en obsesión y en creerte lo que no eres.
Comentarios
Veo que te preocupa más el aspecto de los alumnos que sus resultados académicos.
Independientemente de si llevamos o no chándal en esa foto, hay que tener más en cuenta "el rollo del interior". Seremos unos catetos, nos irá el chandalismo, no sabremos hablar... Pero sabes qué? En Andalucía nos han enseñado una cosa. A no decirle a la gente cómo tiene que ir y a no reirnos de si lleva chándal o no.
En Madrid enseñan esas cosas? O nos preocupamos más por ir fuencarral a gastarnos el dinero de nuestra educación en trajes bonitos para ir glamurosos a las clases de Educación Física?
EDUCACIÓN es lo que les hace falta a algunos... Y no se si es física o no, pero lo que es educación, educación... Lo llevas raspado, chato.
Esperamos compartir con doña Ana Azanza el pan y aceite otros diez años más en el instituto.
:)
Cómo me alegra que hayas sacado el tema del "chándal" a colación. Sin tú pretenderlo -ni me conoces a mí conoces mi historia- me has recordado un episodio que tenía allí arrinconado en la memoria. Ha sido leer la palabra "chándal" y aparecer. Gracias, Borja.
Era hace ya muchos años. Más de 20. Yo, miembro del Opus Dei. Muy jovencito. Adscrito. Empezaba entonces a deslumbrarme, en mi inocencia, con toda la parafernalia y la fanfarria que despliega la Obra. Misas en el centro era traje obligado. Grandes fiestas internas (tipo 26 de junio, 2 de octubre, etc) significaban vestirse de punta en blanco. Todavía más si había alguna celebración en el Oratorio: ya sabes, para el Señor todo lo mejor. Lo dijo nuestro (todavía no) Santo Fundador. Santa palabra. Uno de los subdirectores del centro, por supuesto, vestía de punto en blanco para esas ocasiones.
La sorpresa no fue allí. La sorpresa fue en la parroquia. No me preguntes por qué, porque no sabría decirte el motivo, coincidimos en la misa dominical de la parroquia un domingo ese subdirector y yo. Mi sorpresa fue mayúscula: el subdirector asistió a misa vestido en chándal. Joder, qué fuerte, Borja. Me descolocó. Pero, a ver, ¿la Santa Misa no era el "centro y raiz de nuestra vida interior", lo más de lo más, la celebración del día (más del domingo) en la que se debía dar lo mejor interna o externamente? ¿O es que las misas de parroquia son menos que las de los oratorios de la Obra? ¿Será que el Señor se "trabsustancia" menos en la parroquia? ¿O es que exige un mayor "control de calidad externa" en los centros del OD?
Aquel subdirector, en las charlas nos atiborraba con toda la verborrea que, como la tuya, Borja, distingue a las personas según su aspecto externo. En cambio, ya ves: para una ocasión en que no fue a misa al centro, se plantó el chándal y tal cual asistió a la celebración.
Aclaro: el subdirector aquel no iba a hacer deporte tras la misa, lo que en cualquier caso tampoco hubiera justificado (según la vara de medir del buen espíritu) esa vestimenta. ¿O acaso se hubiera pertrechado con el chándal si la ceremonia hubiera sido en el centro?
Sin embargo, pasados ya los años, muchos años, más de 20 años, ¿sabes lo que pienso, Borja? Que aquel subdirector hizo muy bien. Que si le apetecía ir en chándal, enhorabuena.
Que se empieza por juzgar a la gente que va en chándal y te lías, te lías y acabas emitiendo juicios morales y pontificando sobre los demás sin tener la más mínima prueba. Que viva la libertad, aunque algunos no se lo cran por más que lo repitan.
Luis
Las raices de las grandes ciudades como Toledo siempre tuvieron solera. Madrid no es otra cosa que una ciudad dormitorio desde los Austrias ,la cual visito cuando quiero ver ganao como los tuyos. Chao querido. con amor y un poquito de aceite de oliva.