Cortedad de miras

Lo de la carbonera del opus espero que se comprende que es una manera de expresarme. Quiero decir que no podemos chuparnos el dedo pensando que la gente ahí dentro se queda porque le encanta rezar rosarios y dar la pelmada a los demás para que se confiesen, den dinero, acudan a sus eventos-redes... Muchos están porque sacan un beneficio notorio, si ellos te apoyan se te abren muchas puertas. No es que se te abran, es que te las abren aunque y porque eres un mediocre que por tus méritos no llegarías a nada. Así es la realidad. Lo injusto es que para colocar a su gente que es una inútil y no vale un pimiento quitan de en medio al que verdaderamente merecería el puesto.

Es ya historia de España como sacaban las cátedras universitarias en tiempos de Franco. Expertos en alejar de la plaza a la gente con méritos sobrados. Sólo en mi campo, la filosofía, hay varios casos relatados en la página de "filosofía en español" que se hace en Oviedo. Siempre hablo de Julián Marías, hombre de talento extraordinario que jamás písó la universidad española puesto que el opus dei se ocupó de desplazarlo en las oposiciones.

Y lo mismo hacen con sus colegios y universidades, no cuenta la calidad de la enseñanza ni los méritos reales para adquirir un puesto: cuenta la docilidad a los directores. Hacen un poco el paripé de independencia, pero esa palabra no existe para un opusiano bien colocado y ganando billetes por la cara.

Lo de la amistad entre ellos mismos, en este caso Herranz y Rojas. Ni lo sueñes Isabel, ¿en una mafia hay amigos? hay compinches. Eso ya lo explica Aristóteles en la Etica a Nicómaco: los buenos se ayudan entre sí buscando al bien. Los malos, la gente que sólo busca su interés egoísta no puede tener amigos. En cualquier caso, pelotilleros o cómplices de fechorías.
Esta gente entre ellos mismos, también se ponen a caldo.

No me extraña lo que dices de que tu cerebro se resiste a aceptar que el Herranz también os engañó. Es que tanta crueldad, doble juego, admitir tal ausencia de escrúpulos resulta difícil para los ciudadanos que estamos acostumbrados a cumplir con nuestras obligaciones al pie de la letra. Pero cuando uno tiene al opus enfrente hay que estar preparado para digerir y digerir y más digerir. No conocen límites a la hora de hacer daño.

Pienso que esa mala costumbre de mirar para otro lado en el caso del colegio de médicos tiene raíces más profundas. Somos una sociedad acostumbrada a un sistema fascista, al capricho y la arbitrariedad del que manda. El civismo, la ética... demasiado complicado de llevar a cabo ¿total para qué? ¿para cogerte una enfermedad de estrellarte contra el muro? así estamos acostumbrados a razonar. Hasta en los aspectos más tontos los españoles nos plegamos ante la irracionalidad.
Me han contado de un concesionario al que llega el dueño del mismo y hay que arreglar su coche pasando por delante de todos los clientes que están en la cola. Esto es un comportamiento absurdo, a parte de feudal, y que no entiende ni siquiera de negocios. El tal dueño se pone hecho una fiera si un subordinado que quiere hacer bien las cosas le señala lo impropio de decepcionar a la clientela por no cumplir los plazos del trabajo que se ha prometido.

Es un pequeño ejemplo que muestra porque tantas cosas no acaban de funcionar en este país. Con nuestro egoísmo y cortedad de miras estropeamos ¡nuestro propio negocio! eso sí, que la junta subvencione, que el estado subvencione...