Judaísmo

Me ha gustado descubrir que un prelado, obispo de una capital europea, se ha dignado dejar este testimonio en plena calle de petición de perdón al pueblo judío por las tropelías cometidas contra ellos en nombre de Jesús ¡qué aberración!


También que la ciudad se solidarice y haga un monumento a la tolerancia en el lugar testigo de una masacre de judíos:



Me ha impresionado hondamente el libro "Das Judentum", el Judaísmo del teólogo H. Küng. En estos años que llevo de reciclaje y puesta al día personal, intelectual, también espiritual, en más de una ocasión he cogido un libro porque me atraía el título, y sólo después he descubierto que el autor tenía raíces judías. Me pasó con Arendt, me pasó con "La trenza de tres cabos" de Putnam, también con el francés Gluckmann, con H. Jonas y ahora dudo de si incluso Derrida tiene raíces judías.

Ya era demasiada casualidad que tantos escritores que leo y me gustan sean todos de esa religión o al menos si no son religiosos pertenezcan a ese pueblo. De forma que necesitaba conocer más a fondo la historia y sus prácticas. No me ha decepcionado en absoluto este voluminoso escrito. Ha sido como leer la historia de un padre o de un hermano mayor.

Porque los judíos son nuestros padres en la fe sin ninguna duda. Son los más antiguos y decididos monoteístas, y Jesús era un judío de los pies a la cabeza, que no vino a abrogar la ley sino a darle cumplimiento. Que también cumplía con los ritos de Israel. Me ha encantado conocer su historia desde la Alianza con Abrahám, los distintos paradigmas por los que ha pasado, la tenacidad de este pueblo trimilenario, sus sufrimientos y errancias por el mundo. Muy interesante las distintas tendencias dentro de la religión desde los superortodoxos que cumplen la halaká, disposiciones legales, al dedillo hasta los más modernos pasando por los conservadores. Y todas las tensiones que se viven en el interior del estado de Israel a cuenta de si debe el estado ser una teocracia o una democracia.

No paran estos judíos, todo lo discuten, todo lo miran, lo remiran y lo profundizan. Es algo que parece genético en ellos. De ahi que no es extraño que hayan surgido tantos científicos y filósofos entre ellos, a la cabeza en las investigaciones de física en este siglo XX, empezando por Einstein.

Duele bastante las incomprensiones, persecuciones, leyendas negras de las que han sido objeto por parte de los cristianos. Pero por otra parte su experiencia de sufrimiento, en particular en este siglo XX, es una mina de sabiduría para resistentes a la opresión. Los textos que más me han ayudado en ese sentido también son de judíos como Todorov o Cyrulnik que en su "Autobiografía de un espantapájaros" saca muchas historias de superación del holocausto.

He aprendido sobre san Pablo muchísimas cosas, sobre su condición de judío y a la vez su apertura a que los gentiles que se bautizaban no estaban sometidos a las viejas prácticas judaicas.

Tiene razón Küng cuando afirma que los teólogos cristianos deberían de familiarizarse con las teologías de las otras grandes religiones. El desconocimiento genera incomprensión y odio, hace falta liberar a la gente de esa absurda idea de que los "judíos mataron a Jesús", como me sorprendió escuchar hace poco de una alumna en el instituto. Es decir, que popularmente, la visión que tenemos de los judíos es bastante mejorable.

La expulsión de 1492 me parece a mí que ha contribuido a nuestro atraso científico y filosófico, visto lo que da de sí esta gente. Pero al menos de los siglos XVI al XX no ha habido matanzas en España como si en otros países europeos, los habíamos echado. No los podíamos matar.

Otra cuestión es que aquí se perseguía en esa época a los judaizantes, es decir, a los que seguían practicando en secreto la religión de sus padres. Como somos un país de chismosos y enredadores, para meter en líos a alguien no había más que denunciar a la inquisición. Una bonita manera de arruinar a la gente, denunciarla por ser judaizante. En esta provincia hasta el siglo XVIII hubo procesos.

Y lo que es absolutamente genial es que el opus haya adquirido el palacio del inquisidor en Baeza, ¡qué ni pintado para sus actividades!