Sufrimientos que se vuelven bendiciones
No sé si el anónimo, que me dice que no me maltrate por no haber sido contratada por la universidad del Opus Dei, y que el Opus Dei demuestra buen gusto al seleccionar a su personal pretende ofender. Parece que con el rábano por las hojas como siempre queréis achacarme que tengo envidia de mons. Gänswein y de tantos contratados por el Opus Dei en sus universidades. Para el que no quiere entender las explicaciones sobran. Pero como las tengo las voy a dar.
Insisto en este aspecto de mi vida por varios motivos:
-porque cuando no hubo un puesto para mí en la universidad de Navarra ni en ninguno de sus colegios ni otras universidades americanas (Bogotá, Buenos Aires, México, Santiago de Ch.) demostré que al contrario de la gran mayoría de personas que siguen alrededor de esta secta en especial en mi ciudad de origen, mis motivaciones para haberme entregado con alma, vida y corazón al Opus Dei no eran laborales. Entre otras cosas dado que cuando fui captada no era un momento en la vida para pensar en puestos de trabajo, me tragué la píldora de la vocación tan bien tragada que jamás se me ocurrió dudar de que existiera la dichosa vocación. No pensé que estaba haciendo el canelo, habiendo dado todo, un futuro, mis ingresos, la posibilidad de tener mi propia familia, a cambio de una quimera. No lo pensé. Y se demostró fehacientemente cuando crecí y llegó la hora de buscar el puesto de trabajo.
-Porque ni de pensamiento ni de palabra eché en cara al Opus el no tener un trabajo. Si hubiera sido así en cuanto me dieron la primera negativa "no hay beca para tí en la universidad para que hagas tu tesis doctoral", por empezar por el principio, las hubiera mandado a hacer gárgaras. Yo era una gilipollas integral y una zombi completa, no me drogaba pero el efecto de la formación opusina en mí fue el de una droga. Sufría de verme que me tenía que buscar la vida, pero me la buscaba. No me puse a llorar en un rincón, y a pensar que no había salida. Luché por mi beca, como luego luché por un puesto de trabajo.
-Mi madre con los pies en la tierra sufría ante la situación. Hay que conocer Pamplona para entenderlo. Hay muchos navarros, gente conocida de la capital, del pueblo de mi madre, algún pariente, vecinos, amigos.... que sin haberse puesto un cilicio ni haber renunciado a tanto como renuncias cuando eres numeraria, tienen su vida solucionada gracias al Opus Dei desde hace muchos años. El que menos es jardinero o bedel, limpiadora y de ahí a catedrático universitario o jefe de servicio de la clínica, enfermera, profesores. El Opus Dei es un colocadero en Pamplona impresionante. Más todas las empresas "auxiliares" de la universidad. Se me ocurren las editoriales, o la empresa de restauración que se encarga de los comedores universitarios, librerías, los colegios.... además de su mano en la política. Acabo de ver que el consejero de educación de Navarra, Iribas, es hermano de una chica que ¿es o fue numeraria?.
No sé si a día de hoy la universidad de navarra sigue siendo el empresario número 1 de la comunidad foral por número de empleados.
-Porque yo era más del Opus que nadie y no tenía un puesto de trabajo. Esta situación en Lugo, Jaén o Castellón no tiene nada de extraordinario. En Pamplona quedarse sin trabajo siendo del Opus no tiene ni pies ni cabeza. Es el colmo del absurdo. "Tú eres tonta chiquilla..." efectivamente si hubiera sido interesada con toda la razón me hubiera marchado del Opus a la primera de cambio. Pero lo peor de todo es que ni se me pasó por la cabeza.
-Porque lo que entonces fue una fuente de sufrimiento materno y de quebradero de cabeza para mí, que tuve que pelear por una beca y luego por hacer unas oposiciones, resultó con el paso de los años una auténtica bendición. Mi salida del Opus Dei fue atroz, pero si a las atrocidades que viví en todos los campos, le hubiera añadido el quedarme sin trabajo al día siguiente de decirles que dejo de ser numeraria, que ya no me lo creo... no sé si hoy estaría viva. Hay que tener en cuenta que me ví con todo el mundo en contra. Familia de sangre incluida. Así que aunque el Opus Dei colaboró para que mi puesto de trabajo en el instituto peligrara, y hubo mucha pelea por ese lado, no lo tuvieron tan fácil como si yo hubiera sido una trabajadora con nómina en la universidad de Navarra. Me hubieran puesto de patitas en la calle en menos de lo que se tarda en decirlo.
-El Opus Dei selecciona el personal que está dispuesto a comulgar con algún gramo de sectarismo. Esa es su buena selección. Hoy para mí es un orgullo poder decir al mundo que el Opus Dei no me veía apta porque no tenía ni ese mínimo de sectarismo que le piden a muchos contratados sin pertenecer a la secta. Ver, oír y callar. No me va ni me iba, y lo digo con entera satisfacción de saber que aunque estaba zombi perdida, no iba a tragar con algunas cosas.
Estoy orgullosa de no haberle servido al Opus Dei. De no valer para hipócrita, ni como "actriz de hipócrita", valga la redundancia. He perdido una parte importante de mi vida, pero eso es mi garantía de que me metí ahí completamente engañada.
Para el Opus Dei fui enfermera, contable y criada gratis.
Conclusión:
Lo siento por Gänswein, si no es del Opus y lo admitieron como profesor en su universidad no es buena señal. El Opus Dei se fiaba de él.
Insisto en este aspecto de mi vida por varios motivos:
-porque cuando no hubo un puesto para mí en la universidad de Navarra ni en ninguno de sus colegios ni otras universidades americanas (Bogotá, Buenos Aires, México, Santiago de Ch.) demostré que al contrario de la gran mayoría de personas que siguen alrededor de esta secta en especial en mi ciudad de origen, mis motivaciones para haberme entregado con alma, vida y corazón al Opus Dei no eran laborales. Entre otras cosas dado que cuando fui captada no era un momento en la vida para pensar en puestos de trabajo, me tragué la píldora de la vocación tan bien tragada que jamás se me ocurrió dudar de que existiera la dichosa vocación. No pensé que estaba haciendo el canelo, habiendo dado todo, un futuro, mis ingresos, la posibilidad de tener mi propia familia, a cambio de una quimera. No lo pensé. Y se demostró fehacientemente cuando crecí y llegó la hora de buscar el puesto de trabajo.
-Porque ni de pensamiento ni de palabra eché en cara al Opus el no tener un trabajo. Si hubiera sido así en cuanto me dieron la primera negativa "no hay beca para tí en la universidad para que hagas tu tesis doctoral", por empezar por el principio, las hubiera mandado a hacer gárgaras. Yo era una gilipollas integral y una zombi completa, no me drogaba pero el efecto de la formación opusina en mí fue el de una droga. Sufría de verme que me tenía que buscar la vida, pero me la buscaba. No me puse a llorar en un rincón, y a pensar que no había salida. Luché por mi beca, como luego luché por un puesto de trabajo.
-Mi madre con los pies en la tierra sufría ante la situación. Hay que conocer Pamplona para entenderlo. Hay muchos navarros, gente conocida de la capital, del pueblo de mi madre, algún pariente, vecinos, amigos.... que sin haberse puesto un cilicio ni haber renunciado a tanto como renuncias cuando eres numeraria, tienen su vida solucionada gracias al Opus Dei desde hace muchos años. El que menos es jardinero o bedel, limpiadora y de ahí a catedrático universitario o jefe de servicio de la clínica, enfermera, profesores. El Opus Dei es un colocadero en Pamplona impresionante. Más todas las empresas "auxiliares" de la universidad. Se me ocurren las editoriales, o la empresa de restauración que se encarga de los comedores universitarios, librerías, los colegios.... además de su mano en la política. Acabo de ver que el consejero de educación de Navarra, Iribas, es hermano de una chica que ¿es o fue numeraria?.
No sé si a día de hoy la universidad de navarra sigue siendo el empresario número 1 de la comunidad foral por número de empleados.
-Porque yo era más del Opus que nadie y no tenía un puesto de trabajo. Esta situación en Lugo, Jaén o Castellón no tiene nada de extraordinario. En Pamplona quedarse sin trabajo siendo del Opus no tiene ni pies ni cabeza. Es el colmo del absurdo. "Tú eres tonta chiquilla..." efectivamente si hubiera sido interesada con toda la razón me hubiera marchado del Opus a la primera de cambio. Pero lo peor de todo es que ni se me pasó por la cabeza.
-Porque lo que entonces fue una fuente de sufrimiento materno y de quebradero de cabeza para mí, que tuve que pelear por una beca y luego por hacer unas oposiciones, resultó con el paso de los años una auténtica bendición. Mi salida del Opus Dei fue atroz, pero si a las atrocidades que viví en todos los campos, le hubiera añadido el quedarme sin trabajo al día siguiente de decirles que dejo de ser numeraria, que ya no me lo creo... no sé si hoy estaría viva. Hay que tener en cuenta que me ví con todo el mundo en contra. Familia de sangre incluida. Así que aunque el Opus Dei colaboró para que mi puesto de trabajo en el instituto peligrara, y hubo mucha pelea por ese lado, no lo tuvieron tan fácil como si yo hubiera sido una trabajadora con nómina en la universidad de Navarra. Me hubieran puesto de patitas en la calle en menos de lo que se tarda en decirlo.
-El Opus Dei selecciona el personal que está dispuesto a comulgar con algún gramo de sectarismo. Esa es su buena selección. Hoy para mí es un orgullo poder decir al mundo que el Opus Dei no me veía apta porque no tenía ni ese mínimo de sectarismo que le piden a muchos contratados sin pertenecer a la secta. Ver, oír y callar. No me va ni me iba, y lo digo con entera satisfacción de saber que aunque estaba zombi perdida, no iba a tragar con algunas cosas.
Estoy orgullosa de no haberle servido al Opus Dei. De no valer para hipócrita, ni como "actriz de hipócrita", valga la redundancia. He perdido una parte importante de mi vida, pero eso es mi garantía de que me metí ahí completamente engañada.
Para el Opus Dei fui enfermera, contable y criada gratis.
Conclusión:
Lo siento por Gänswein, si no es del Opus y lo admitieron como profesor en su universidad no es buena señal. El Opus Dei se fiaba de él.
Comentarios
el opus dei se maneja como una empresa, y todos sus trabajadores están en calidad de temporales, sujetos a ser aprobados en su desempeño.
El opus dei es una fuente de dolor ya que cuando da el garrotazo lo justifica con consideraciones religiosas, sin importarle en algunos casos los derechos humanos básicos.
Por ejemplo, a los disidentes los cataloga como contrarios a la fe, a la moral, o a las buenas costumbres.
El engaño es lo que duele, no el garrotazo mismo...
Columna "Café bebido"
Diario de Noticias, Pamplona, 08/09/2011
Sobre el "Diploma de Estudios Vascos" de la Universidad de Navarra.
El euskera en el Opus, ya ni en formol