LA MARMOTA HISPANOCATALANA

Alfonso XIII y Cambó o el día de la marmota hispanocatalana.

 

Dicen que los pueblos que no conocen su historia están obligados a repetirla.

Exactamente lo que estamos haciendo. Conclusión a la que he llegado tras la lectura de esta obra de Borja deRiquer, siempre tras la pista de Cambó, político y empresario, escritor, analista e inventor de iniciativas contradictorias entre sí.

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Lo he llamado sucesión de repeticiones, pero también se hubiera podido llamar “El Vía Crucis del catalanismo, primera estación…” y así sucesivamente. El de Barbastro escribió un "Chemin de Croix" que aprendimos de memoria.

 

Primera repetición, el titular de la jefatura del Estado:

Alfonso XIII, amante de la caza, mujeriego, juerguista, no muy dado a la intelectualidad ni a la cultura. “Niño soldado”, desde pequeño abundantes retratos de uniforme. Excesivamente campechano al alimón con rígido protocolo de la Corte, y muy “tuno”, los políticos se quejaron de que jugó con ellos. También Cambó. El monarca intervino abusivamente deponiendo y poniendo gobiernos. Esto no corresponde con su nieto y biznieto.

AXIII nunca fue a la escuela ni a la universidad. Rodeado de eclesiásticos integristas, de cortesanos y de militares autoritarios. ¿No creció así Juan Carlos? Los integristas fueron sus profesores “Opus Dei” capitaneados por López Amo, y su ayo Alfonso Armada, el del 23F. Felipe se ventiló un poco por Canadá y tampoco se lo ha pasado mal coleccionando novias. Pero “opus Dei” le sigue los pasos en la persona del capellán de palacio, cura numerario ya fallecido y el colmo del rebajamiento ser el chófer de Arturo Más.

Carlos Seco Serrano ¿historiador de la familia escrivariana? Asegura que AXIII fue poco comprensivo con las aspiraciones catalanistas.

Cambó se entendía directamente con el, otras “naciones” europeas liberadas húngaros, checos, irlandeses le sugirieron la idea de una doble corona. Felipe VI de España y I de Cataluña.

El político catalán se vio cogido entre dos aguas incompatibles: reclamaciones de autonomía para Cataluña por un lado, adquirir peso en Madrid y convertirse en un político “español”

Segunda repetición: En 1899 los catalanes se niegan a pagar una contribución estatal, el tancamente de caixes. Querían un régimen foral como Navarra y País Vasco.

1901, por primera vez hay diputados catalanista sentados en las Cortes españolas. Son mirados con recelo por los demás. Ese mismo año poco antes de que AXIII llegué al poder Enric Prat de la Riba es detenido por incitación al separatismo. En aquel momento la mayoría de los catalanistas no eran antimonárquicos.

1904, el rey visita Barcelona y es un éxito. Cambó improvisa un discurso de bienvenida pidiendo autonomía. Tercera repetición, empieza el efecto acción-reacción, fundamental en esta historia. Ante el catalanismo rampante, rampan los militares que asaltan La Veu de Catalunya.

1909, es el año de la Semana Trágica y de la ejecución de Ferrer Guardia. El monarca y Cambó mantienen una larga charla que curiosamente no han recogido los biógrafos. AXIII aduló a Cambó y a Cataluña, Cambó se sintió halagado.

Cambó censuraba la política demasiado cerrada de Antonio Maura. Sin embargo, el político conservador propuso al catalán formar un partido reformista que sustituyera al Partido Liberal en el turnismo de la Restauración. Fue una gran tentación, Cambó y Prat de la Riva acogieron la propuesta con reticencias. De haberla aceptado Cambó se habría convertido en un político ESPAÑOL ¿qué repercusiones habría tenido esa decisión para Cataluña? Cambó se daba cuenta de que el rey y los militares le consideraban “gente de orden”. Lo demostrará, como ya conté.

A partir de 1909 Cambó pasa más tiempo en Madrid que en Barcelona ¿en el hotel Ritz o en el Palace como Durán i Lleida? Sería otra Cuarta repetición. Y la quinta estaciónen cualquier caso es que según el historiador Javier Tusell, (dijeron que fue supernumerario y lo “dejó” o sea “no lo dejó”), el debate parlamentario se “catalanizaba” en lo referente a la reforma del Estado. Me pellizco y releo para cerciorarme, no es un sueño, seguimos como en 1909.

En el asunto catalán derivan todos los debates sobre reforma administrativas, fiscales o políticas. Prat de la Riba aconsejó a Cambó en 1913 “que abriera casa en Madrid y fundara un periódico”.

Cambó se entrevista de nuevo con el rey y ante las propuestas autonomistas AXIII sale por unas muy graciosas peteneras que reservo.

Sexta estación. En 1917 hay una Asamblea de parlamentarios reunida en el Ateneo, ¿calle del Prado a tiro de piedra de las Cortes? y presidida por Cambó. Acuerdan proponer a su majestad “cambios necesarios”, un “gobierno de concentración” (como cuando el 23F), elecciones limpias, una persona independiente en el Ministerio de Gobernación. El 1 de noviembre 2 catalanes entran en el gobierno, Cambó se apunta el tanto y se “reserva” para mayores glorias posteriores.

Por mi parte y si no recuerdo mal, diré que supuestamente fue por entonces cuando un joven barbastrense que vivía en Logroño vió las huellas de los pies descalzos de un carmelita en la nieve y decidió ¿entregar su vida pero no sabía a qué? Primero a ser cura, el resto ya vendría por añadidura. Según la mitología interna del “opus Dei” no quería ser cura al uso, ya intuía que estaba llamado “a más altas metas”. Como si ser cura al uso no fuera una meta alta. Nos lo creímos todo a pies juntillas.

3 meses duró la alegría catalanista. García Prieto quería manipular las elecciones para hacer fracasar el “gobierno de concentración”. Cambó plantea al rey un gobierno autoritario, que hagan las bayonetas lo que no pueden los parlamentarios. Había que convencer a la opinión pública de que lo mejor para España era una dictadura y que Cambó & Cia, fueran los dictadores. En enero de 1918 la Lliga que pensaba sacar 150 diputados se queda en 45. Como Rivera, más o menos.

El 21 de marzo de 1918 se forma un gobierno “nacional”, “de concentración”, de conservadores-liberales con 2 hombres de la Lliga: Cambó en Fomento, con 41 años, lleno de energía, va a cambiar España. En septiembre tiene lugar un hecho pintoresco: el catalanista Cambó grita en Covadonga ¡Viva el Rey! Y lanza poco menos que una nueva Cruzada para reformar España.

Seguidamente se asusta por las tensiones sociales provocadas por los socialistas. Agudiza su campaña de propaganda nacionalista “en apoyo de la reforma constitucional que tuviera presente la autonomía de Cataluña”. La marmota: ¿no son Pedro Sánchez y los demás quien están diciendo semejantes insensatas  palabras?

“Ara es l’hora de Catalunya”. 1918 termina la guerra mundial y el Presidente Wilson propone la autodeterminación de las pequeñas naciones de Europa. Hay que aprovechar la ocasión.

Pero es bastante molesto proclamar la autonomía cuando eres ministro del país del que te quieres “autonomizar”. Sorber y soplar.

Ventosa, el otro catalanista en el gobierno “de concentración” estaba convencido de que 1919 sería el año de la autonomía de Cataluña.

A finales de 1918 los catalanistas se pueden apuntar un logro: han conseguido dinamizar el nacionalismo español más apasionado, con movilizaciones en Madrid y otras ciudades.

Alfonso XIII le dijo a Cambó que fuera a Barcelona para distraer a las masas de todo propósito revolucionario. El líder catalanista redactó el proyecto de estatuto de autonomía: un gobierno con competencias importantes sólo responsable ante el parlamento catalán. El rey parecía decirle a Cambó que adelante, que los partidos dinásticos no iban a tumbar el proyecto de Autonomía, pero en realidad quería rebajar la tensión social.

En diciembre de 1918, 100.000 personas se manifestaron en Madrid invitados por la prensa “castellana” contra el separatismo catalán, hoy si nos descuidamos se manifiestan los mismos pero a favor. Ahí tenemos al castizo Pablo Iglesias movilizando.

Lo que ha cambiado en España:

 no había obras de Dios en la sombra, no controlaban a los revolucionarios, 4 gatos descontrolados, hoy los controlan,

 tampoco había grandes medios de comunicación de masas de “todas las tendencias” “totus Opus”.