HISTORIAS DE ESPÍAS
De la historia del espionaje español,
una tesis doctoral de Díaz Fernández, desde la guerra civil hasta
el 11M se pueden sacar algunas ideas fructíferas. Si José Ignacio
San Martín organizó los infiltrados por parte del gobierno entre
los estudiantes, en enero de 1969 Carrero Blanco se mete a mandar esa
división de reventadores de huelgas.
En total eran unos 400 guardias
civiles, policías, militares y civiles que recibían sobresueldos
por la misión. 151 jóvenes capitanes se infiltraron y ese mismo año
de 1969 los de Comisiones Obreras se dieron cuenta de que tenían
topos.
Otro cometido importante fue proteger a
Felipe González el joven abogado que fue a Suresnes al congreso del
PSOE y volvió convertido en Secretario General, a la ida y a la
vuelta la policía o los espías franquistas se ocuparon de que nada
le ocurriera.
Estos espías estaban en contacto con
el Batallón Vasco Español, una especie de contra ETA, y con los
Guerrilleros de Cristo Rey, que dieron mucho que hablar en los años
70. Llama la atención que ninguna autoridad religiosa se quejara del
uso espúreo de la denominación de un grupo de “violentos
radicales anti sistema.”
Había un fichero Jano con todos los
nombres del régimen “desleales” o en la frontera. Jano, porque
tenía dos caras, la vida pública y privada de las personas. Algo
así como si el Opus pusiera sus ficheros en los que estamos todos a
disposición de la policía española. Se hacen mutuamente la
competencia ¿quién de los dos tendrá más datos?
El 17 de diciembre de 1970 hubo que
organizar manifa para apoyar a Franco tras los impopulares juicios de
Burgos en los que hubo condenas a muerte. San Martín logró
movilizar a 500.000. Yo no quiero pensar mal de todas las movidas tan
inútiles que se están organizando este año por el tema de la
mujer, lo veo perfecto e ineficaz. No es que no haya que movilizarse
por la igualdad, me va a contar nadie los comportamientos violentos,
machistas, misóginos y machacantes en esta sociedad. Pero desfilar
así, sin rumbo fijo por las calles, sin objetivo concreto a quien
molestar como molestan ellos, los que de verdad tienen la sarten por
el mango, no lo acabo de ver.
Quiero decir que el Opus te molesta con
nombre y apellidos, y estos desfiles ¿contra qué nombres y qué
apellidos van? No se acercan ni a Moncloa, ni a Zarzuela ni a ningún
otro palacio o sede de algo. Elucubraciones mías.
En marzo del 72 los espías llamados
OCN se transforman en SECED, y de sus primeros encarguitos templar
gaitas tras el atentado a Carrero: el grupo de agentes de San martín
sacó del centro de Madrid las manifestaciones de la extrema derecha
y llevarlas al Valle de los Caídos para evitar choques con la
izquierda, realizó labores de protocolo para evitar conflictos entre
diferentes personalidades del franquismo y protegió al cardenal
Tarancón distribuyendo a miembros del SECED para que acallaran los
gritos que pudieran proferirse en su contra a la salida del sepelio
del Almirante
San Martín actuó por su cuenta y
riesgo, el SECED no se comportaba como un servicio de inteligencia
sino como una agencia de seguridad independiente al servicio de un
régimen autoritario. La inesperada desaparición de Carrero hizo ver
la necesidad de un dispositivo ante la previsible muerte del
Caudillo. Así se gestó la operación Lucero, que tenía que
controlar los acontecimientos. Su objetivo era localizar,
tranquilizar y proteger a la oposición en la clandestinidad y evitar
desórdenes que dificultasen la gestión del posfranquismo. El
servicio de San Martín era por tanto quién decidía que era lo
mejor para España, más que aplicar órdenes políticas estatales.
San Martín, que acabaría como uno de
los mayores inculpados por el 23F, después de tantos años de
fidelidad al caudillo ¿y al OD?
Carlos Arias por su parte echó a San
Martín y puso a Valverde al frente de esta agencia secreta y de
múltiples usos. Aparece en escena Cassinello, formado en la lucha
contrasubversiva en EEUU, diseñó la operación Lobo que consistió
en infiltrar un agente en ETA para desmantelarla desde dentro. Otra
historia que creo que ha merecido hasta film. La operación se saldó
con detención de 145 terroristas en julio de 1974, y eso que los
diferentes cuerpos de seguridad no estaban bien coordinados. Si se
hubiera hecho bien no habría habido más ETA, dicen, quizás lo
hicieron mal a propósito, ETA vino bien para encauzar y sembrar el pánico que es como se actúa en España, a
tortazo limpio con el fin de que nadie se salga de la fila.
Comentarios
Uno de ellos, un jefe desde el principio, el general Armante Marchante Gil, confiesa que los servicios secretos se crearon en teoría para combatir la subversión y se dedicaron a organizarla.
Y las historietas de infiltrados en ETA son una milonga. Todos en ETA son infiltrados. Como revelaba Cherteston en “El hombre que fue jueves”. Siempre es así. La marca ETA es un instrumento del poder controlada por las cloacas del estado.
Desde hace años se jactan que el chofer del jefe de ETA era un guardia civil. Que ni le detuvo ni evito los atentados. El jefe del chofer del jefe de ETA era Manuel Sánchez Corbí. El tipo presume de ello con toda la cara, y se lo alaban:
http://www.interviu.es/reportajes/articulos/coronel-sanchez-muchos-asesinatos-cometidos-por-etarras-van-a-quedar-sin-resolver
Es el actual jefe de la UCO, la unidad que administra los dosieres que usan contra políticos. Y “resuelve” crímenes especiales de gran relevancia, caso Diana Quer, el niño de Almería. Por sus métodos habituales. Los mismos que como jefe del chofer del jefe oficial de ETA.
Sufrimos un régimen terrorista anti español.
Como decía Chertesto, cuando se deja de creer en Dios se acaba creyendo en cualquier cosa. Hoy en día es obligatorio tener fe en los servicios secreto. Y son la peste. Unos tan santos que se dedican a hacer el bien en secreto, hay que ver que buenísimos son. La idiocia del hombre contemporaneo parece no tener fin.