PARALELISMOS DE LA GUERRA
Un golpe de teatro inesperado el del nuevo presidente, historias de ave Fénix las de Pedrito, el jugador de baloncesto por el que Trevijano no daba dos duros en política, y mira, lo echaron del partido ni siquiera estaba en el parlamento et moi je ne comprends rien....hoy es ya el nuevo presi.
Ya dijimos que los contactos de este supuesto socialista eran IESE y dispuesto a todo en el opusino asunto catalán opusino, ¿será verdad? vivir para ver.
Ya dijimos que los contactos de este supuesto socialista eran IESE y dispuesto a todo en el opusino asunto catalán opusino, ¿será verdad? vivir para ver.
Herbert R. Southworth (1908-1999) fue uno de los
que revolucionó la visión que se tenía de la guerra civil
española. Con su libro de 1963 “El mito de la cruzada de Franco”
obligó a Manuel Fraga a crear una sección de estudios sobre la
guerra civil de España cuando ejercía de ministro de Información
de Franco, muchos años bisiestos antes de fundar AP y luego el PP y
luego presidir la Xunta de Galicia, en la prehistoria del actual
régimen. “El lavado de cerebro de Francisco Franco” fue su
última obra entregada a la editorial pocos días antes de su muerte
en 1999.
La guerra civil española afectó a una
pequeña parte del globo pero suscitó gran interés en el mundo
entero. La prensa que se ocupó de esta guerra presentó una
diversidad de actores e interpretaciones mayor que la segunda guerra
mundial, ofreció un campo más extenso a los propagandistas. El
propio Southworth ejerció como tal, hizo de la Segunda República
una causa que defender, le inspiró el deseo de ganar la guerra
propagandística aunque fuera tarde.
De todos los argumentos empleados por
Franco y sus secuaces el más absurdo y embustero fue el de ciertos
documentos secretos que demostraban que en vísperas de julio del 36,
el Partido Comunista confabulado con socialistas y anarquistas
españoles y extranjeros tramaban una rebelión para apoderarse del
gobierno del país. Los documentos que son una superchería vienen en
el libro, y el número de los que en ellos creyeron algo, poco, mucho
y demasiado fue abundante: cardenal Gomá, Salvador de Madariaga,
Hugh Thomas, D. Jerrold...y hasta el abuelo materno de Giscard
d'Estaing también elaboró un largo artículo al respecto publicado
en 1937 en la Revue de Paris, Ya desde entonces, este hombre de
negocios y erudito era conocido por su labor propagandística, y ya
entonces hablaba del “caos español” y del peligro de contagio.
Todo empezó a torcerse por la victoria
del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, du jamais
vu, La primera victoria de la
izquierda en esta parte del planeta. Hasta entonces fuerzas
revolucionarias significaba izquierda, pero en el 36 la izquierda
estaba en el poder, y desde el primer momento conservadores y
militares se pusieron a hacer lo que consideraban vil tarea de los
pobres: conspirar. Iniciada y fracasada su revuelta sintieron la
necesidad de justificar ante el resto del mundo occidental su
comportamiento, de ahí la necesidad de fabricar documentos
fraudulentos que apoyaran la tesis de una “revolución comunista”
en España. Se rebelaron para impedir el comunismo. No hemos cambiado
en 80 años.
Eran “gente de
orden” los rebelados, de ahí la necesidad de los primeros momentos
de apelar a los sentimientos democráticos del público, de negar el
espíritu ultraderechista, autoritario y procurarse el paragüas de
unos documentos secretos que darían testimonio del complot
comunista.
El asco que le
inspirtó a Southworth la propaganda católica favorable a Franco le
impulsaron a pasar horas al frente de su máquina de escribir para
contrarrestarla con sus libros.
La utilización más
influyente de los cuatro documentos amañados fue la que hizo el
cardenal Isidro Gomá en su carta del episcopado español fechada el
1 de julio de 1937 y dirigida a los obispos católicos del mundo
entero. Catalán tenía que ser el primero de los obispos que ejerció
de franquista.
Cardenal Gomá, ejército e Iglesia de la mano alzando brazos |
La dicha carta
colectiva era una amalgama de falsedades, como cuando dice que está
documentalmente probada la revolución marxista que se gestaba, o
cuando habla de que la finalidad de la misma era el exterminio del
clero y la sovietización de las industrias. Mentira también cuando
afirma que al estallar la guerra había 150.000 soldados de asalto
entrenados en la milicia revolucionaria. La realidad es que en julio
del 36 los obreros españoles no tenían ni armas ni preparación
militar. Dice Southworth que la declaración del cardenal Gomá fue
la falsedad más injusta de cuantas expresaron los partidarios de
Franco. Esas y otras afirmaciones gratuitas e inventadas figuran en
los dichos documentos que alcanzaron cierta difusión en todos los
países de Europa empezando por Inglaterra.
Otra cuestión histórica adyacente y
demostrada es que en aquella fecha Stalin no tenía interés ninguno
en iniciar revoluciones por el mundo, sino más bien en entenderse
con las democracias occidentales. El mismo régimen ruso se había
vuelto un régimen conservador, y además sería de tontos iniciar
una revolución para la cual no se habían enviado armas, como era la
realidad. Otros han contado que más tarde llegó armamento ruso,
tarde, mal y algún cargamento ni siquiera atravesó los Pirineos.
Mola, el golpista que actuó desde
Pamplona dijo en agosto de 1936 que la revuelta comunista se
preparaba para el 29 de julio. En 1939 José María Iribarren, primer
biógrafo de Mola, escribió que Mola sabía que las milicias
revolucionarias eran 150.000 soldados de asalto y 100.000 de
resistencia, es decir, repite las mentiras de los documentos falsos y
en la carta del obispo Gomá. Pero es poco probable que ni Mola ni
Iribarren creyesen cifras tan falsas en 1938. También mencionó
Iribarren una revuelta preparada para el 11 de mayo, otra mentira.
Iribarren se extiende mucho en las fechas cambiantes del Alzamiento
según los planes comunistas. En su primer libro sobre Mola aparecido
en 1937 no menciona el complot comunista, fue un añadido del año
1938.
El historiador Hugh Thomas, amigo de
novelar mientras historiaba, se basó en referencias de Diario de
Navarra a los documentos de la conspiración comunista. Y su
conclusión era que “probablemente auténticos pero que no tuvieron
trascendencia”. Hay un interesante cruce de reflexiones entre ambos
historiadores ingleses a cuento de dichos papeles. Otro asunto que
Thomas tuvo cuidado en novelar fue la equiparación del bombardeo de
Guernica, ataque del bando franquista, más bien de los alemanes al
servicio de Franco, y los hechos ocurridos en el santuario de Santa
María de la Cabeza, en Jaén, cuando los republicanos asediaron al
capitán Cortés. Thomas quería un equilibrio entre una atrocidad
franquista y una atrocidad republicana. Pero basta informarse para
saber que “ni color” en cuanto atrocidades se refiere. No hubo
matanza de los vencidos en el hecho de Jaén, fueron tratados con
generosidad rara en la guerra civil, no había 20.000 republicanos
cual indios salvajes rodeando el santuario ni el santuario fue
incendiado, ni hubo matanza general, y lo confirman Antonio Cordón,
al frente de los republicanos, en “Trayectoria” y Ricardo de la
Cierva, neofranquista, en su “Historia Ilustrada de la guerra civil
española”
Así se expresaba el socialista
exiliado en Inglaterra en 1940:
“El famoso complot comunista
organizado en Moscú, contra el cual se sublevaron los generales y
aristócratas españoles fue un subterfugio fantástico, una alarma
sin fundamento; aunque la invención de este coco prestó ayuda a
Hitler, Mussolini y Franco allí donde cualquier cuento chino sobre
Rusia o la República española caía en terreno fructífero.
Por otra parte, los que de buena fe
creían en la existencia de un complot siniestro organizado contra
España, organizado por Moscú, no acertaban a percibir que ante la
amenaza hitleriana a la URSS le interesaba fomentar el acercamiento a
Inglaterra y Francia, a lo cual no hubiera contribuido ninguna guerra
civil organizada en Europa...Y nada podría haber sido más ajeno a
los intereses soviéticos qu ella hostilidad que en las democracias
capitalistas hubiese suscitado un intento de crear un nuevo estado
comunista en España...
Por otro lado los que proclamaban la
existencia de un complot comunista, acusaron implícitamente a Moscú
de negligencia, lo cual bastaría en sí mismo para destruir otro de
los argumentos que se utilizaron para aterrorizar a las damas devotas
y a los dueños de propiedades; pues no está claro como los agentes
de Moscú quienes según la derecha son tan sutiles y peligrosos,
podrían haber organizado una conspiración para el mes de julio de
1936 que provocaría el estallido de una guerra civil y entregaría
el gobierno a los comunistas españoles, y, pese a ello, olvidarse de
la necesidad absoluta de suministrarles armas. La guerra se hace con
armas, y los que mantienen con Rusia provocó la guerra de España,
dan a entender que Rusia y los hombres de la Tercera Internacional
son unos imbéciles. El cuento sobre un complot comunista en España
tiene todas las características de los partos de los montes
inventados por razones políticas para justificar las tácticas de la
oposición....
Comentarios
todo preparado desde hacía meses
para echar a Rajoy con el apoyo de
los separatistas de variado pelaje,
a los que si tan separatistas son
no sé porqué tiene que alimentar la monarquía española
cuanto rollo se traen unos y otros.
Las minorías saliéndose con la suya
que es lo que importa y tomando el pelo
a la "inmensa mayoría" que ve como esta gente
no hace ma´s que robarle la cartera una y otra vez.
porque no hay idealistas con ganas de cambiar la sociedad a mejor
sólo hay listos y listillos que no entienden más que de
su propio interés
Nadie quiere la independencia
se vive muy bien quejándose y lloriqueando y pidiendo y obteniendo
prebendas a base de pataletas
mientras al resto de españoles sin lengua propia se
nos queda la cara de tontos de ver como al final
los "listos" de la clase no dejan de llevarse el gato al agua e imponernos lo que a ellos les conviene. Puro racismo intraespañol, mira en eso coinciden con Franco, que también era un racista contra los españoles que no pensaban como él, no eran españoles. Y este mantra lo oí de labios paternos políticamente educado en dictadura
Es importante la guerra civil: la victoria y las mentiras y propaganda
franquista que dura hasta hoy son la base del régimen que disfrutamos.
El miedo y la componenda, la cobardía y la ausencia de todo asomo de
mínima dignidad en política, no tiene consecuencias,
al contrario, tiene consecuencias tener dignidad.
El comunismo amenazaba a los dueños del capitalismo
que eran los que tenían que perder con el socialismo, la gracia está en
convencer al resto de la población de que sus intereses de ricachones
son los de todos, y lo consiguieron, en España mil por mil.
Era mentira que Stalin estuviese interesado en revoluciones fuera de sus fronteras
esa es la gran bola que los españoles se tragaron para aceptar intelectualmente lo que sucedió
y lo interesante de lo que cuenta Southworth