FINAL DEL SODALICIO
La pertenencia es secreta. No se conocen listas fidedignas
de sus miembros. Se adopta la táctica del “secreto”, ellos prefieren llamarla
de “discreción”, y no reconocen que pertenecen a ella sino cuando se les
formula directamente la pregunta.
Tras una iluminación, se cuenta, Escrivá se decidió a formar
la rama femenina, que se inspira en el espíritu general de la O.
Existen las categorías de numerarias, agregadas y
supernumerarias. Las primeras son asociadas que tienen plena dedicación a la
Obra y viven en casas específicas para ellas. Las segundas son las que con las
mismas exigencias de entrega personal viven con sus familias, pero viven para
la Obra. Y las supernumes tienen las mismas obligaciones que los de la rama
masculina del OD.
La rama femenina está completamente separada de la masculina
y es cantera de “señoritas-administradoras” y “sirvientas” para las casas del
Opus e, incluso, de otros organismos religiosos. Se sabe que han dotado a la
Nunciatura de Madrid de personal femenino “eficaz y discreto” para las labores
administrativas y de trabajos domésticos materiales. Ello le ha valido a la
Obra una notable influencia y fuentes de información importantes en estos
círculos.
Las postulantes están obligadas a entregar una importante
dote. El problema se planteaba cuando estas aspirantes decidían rescindir su
“contrato” y su familia exigía la restitución de la dote, cosa que ha ocurrido
con familias ricas de Sevilla y Cádiz, estallando los correspondientes
escándalos e incidentes públicos al negarse el Opus a devolver lo entregado.
Las asociadas del Opus, si están enfermas, deben ir al
médico, que generalmente es de la Obra, que les señala su directora. El plan
médico se sigue o no, a discreción de la propia directora. El plan médico se
sigue o no, a discreción de la propia directora, si este plan se adecua o no a
las directrices del Opus.
Para las supers, las casadas, lo primero son los retiros,
convivencias, charlas…, en segundo plano las necesidades familiares de maridos,
hijos, padres, etc…
Todas las numerarias están obligadas a llevar velo en la
iglesia, pedir permiso a la directora cada vez que se necesita beber agua entre
comidas, acudir a ella para pedirle una penitencia cuando se rompe un objeto
sin querer. Y, a semejanza de la rama masculina, acusarse públicamente en el
círculo semanal de alguna falta personal, someter a la obediencia el ejercicio
de la propia profesión, las amistades solo pueden ser las por motivos
apostólicos, ir sólo a los espectáculos y películas que previamente designan
las directoras o directores, consignas y controles para asistir a la
universidad, intentar que las familias den, regalen y paguen cosas de la Obra….
El Opus tiene un saludo “Pax”, al que se contesta “in
aeternum”, pero no debe usarse delante de nadie que no sea de la propia
asociación. Los usan sólo entre ellos. También tienen canciones propias “hechas
por personas de la O, alusivas a las ideas del Padre, a detalles de la
espiritualidad peculiar de la Asociación, que nadie más, que no sea de la O
debe conocer, ha escrito Maria Angustias Moreno, que en su día perteneció a la
O, los supernumerarios no deben aprenderlas, sólo conocerlas, quizá para evitar
que se les escape.”
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