DENTRO DEL CEICID. LÍDER CARISMÁTICO


Se queda corta, se podrían decir más interioridades, aunque es suficiente ignominia e incoherencia que predicando la santificación del trabajo ordinario, siendo los demás, siendo laicos en medio del mundo, se realizaran unos estudios "puramente internos". Orientados únicamente a la administración de los centros del "opus dei", de la institución como dice ella para evitar la palabra tabú. Corrobora el testimonio de María Roca. 

Más sangrante resulta que hubieron de pasar 20 años en algunos casos, que la ex nume se viera en la tesitura de buscarse la vida fuera de opuslandia  para darse cuenta de que se había realizado una carrera que no tenía reconocimiento civil.
Qué bonita ocasión para denunciar por estafa. ¿Todo prescrito? no lo sé, pero se llama estafa. 

El santo estafador, ya que dice Asun que el CEICID fue una idea del propio founder hoy en los altares.

A casi todas nos lo propusieron cuando estábamos en el último año del instituto: ¿Te irías a Madrid a hacer el CEICID? no, no me iría. Menos mal y uf...no quiero ni pensar si se llegan a empeñar como se empeñaron con la numerariez.

En cuanto a "superlistas, supertontas, vales, no vales" que menciona....no me fío de ninguna etiqueta, ni de las que ponen allí dentro, ni tampoco de las que reparte la gente. Vivimos en un país de estafadores compulsivos y santificados ¡han llegado a los altares! y en este tema de clasificación de las personas según su valía intelectual, como Tomás, tengo que ver, comprobar, tocar. Se reparten títulos, cátedras a quienes no los merecen. No digo que siempre pero con mucha frecuencia, también la escalada profesional académica y las notas son objeto de chanchullos. 
Hay que investigar para hallar auténticas inteligencias y sabidurías que a veces están ocultas, ocultísimas.

Así que no me extraña que le dijera la directora "no vales para estudiar", y luego resultó que valía. Eran de echar cubos de agua fría sobre los verdaderos talentos. Y ensalzar borricas, concretamente hay una que cita como profe de esa organiación CEICID que llegó a Pamplona y tengo muchas dudas sobre su supermacrointeligencia

Otro asunto unido a la Administración, la limpieza. A todas nos daban clases de limpieza en el centro de estudios. Una administradora llegaba y nos soltaba la charla sobre el particular enmarcada como siempre en un contexto espiritual, de fidelidad al Padre, al carisma, a la santificación del trabajo y nos explicaba con detalle cómo se debía limpiar en los centros, guardar los instrumentos en perfecto estado, así como los famosos cuartitos de limpieza que hay en todas sus casas. 

Limpiar fue una actividad que aprendí de mi madre desde muy pequeña. No me chocó ni me llamó la atención. Quizás una vez que hice la Comunión mi querida madre estimó que ya era hora de darme los rudimentos del ama de casa y me enseñó todo lo pertinente. Así que nunca me quejé por tener que limpiar tanto como se limpia si eres nume, aunque no trabajes en una Administración, te toca de vez en cuando.

Hay que mencionar nuestro uniforme de Administradora, la famosa bata blanca que distinguía a las numes de las auxis. Al principio una bata como de médico, pero no sé en qué taller o modista opusina inventaron "feminizar" la dicha bata blanca. Las batas de nume se ataban por detrás, las había de manga corta para el verano, como un vestidito de la Nancy, monísima. Era un elemento indispensable, como el rosario, la agenda, el cilicio, el bote de agua bendita, el papelito de las Preces.

No sé si cuando daban clase en CEICID se pasaban el día en bata blanca, para las prácticas de cocina, limpieza, office...

Si eras administradora y vivías en un colegio mayor ocupándote de la intendencia te la enfundabas desde el punto de la mañana. No te la quitabas más que para la comida, la cena, la tertulia, las normas en el oratorio quizás y salir a la calle de vez en cuando. De resultas a las administradoras la ropa les duraba bastante más.
Desde que te ibas al centro de estudios el juego de batas blancas, al menos una si no te ibas a dedicar profesionalmente, era un elemento imprescindible del ajuar. 

EL LÍDER CARISMÁTICO según Opus Judei

En la doctrina del mito personal no sólo se diviniza la biografía del dirigente, sino que también se le inventa un pasado y formación intelectual acorde. El objetivo es el situar al dirigente en una posición tan elevada (en cualidades físicas, morales y espirituales) que jamás ningún adepto podrá ni tan siquiera soñar con llegar a ella. La consecuencia de ello, una vez aceptada la posición del dirigente como la "perfecta", es el cese de toda crítica y el sometimiento total del discípulo a la voluntad del "maestro perfecto".*? En este resumen sinóptico de la teoría del líder carismático expuesta por el escritor Pepe Rodríguez se condensa la tipología estereotipada que se repite en todas las sectas con pequeñas variantes.

(...)

En todos los supuestos se aprecia una ostensible megalomanía del líder carismático, siendo su autoridad sobre la grey omnímoda y absoluta.

Es curioso constatar cómo "a nivel simbólico está demostrado que los componentes de un grupo ven en éste a la madre y en el líder al PADRE"?* y éste es justamente el apelativo y la nomenclatura que los adeptos reservan para Escrivá.

El culto al Fundador ha alcanzado extremos inauditos dentro de la Obra de Dios. Como nos narra Alberto Moncada en su Historia oral del Opus Dei los opusdeístas se reconocen a sí mismos como miembros de una familia en la que el Padre es el personaje principal. La historia de estos primeros cincuenta años del Opus Dei no es sino una biografía ampliada de Monseñor Escrivá, de su evolución psicológica, de sus relaciones con propios y extraños y de la obediencia incondicionada de sus gentes.

(...)

El paroxismo de lo reverencial, en relación al Fundador de la secta, nos lo narra Luis Carandell?” cuando escribe que los miembros del Opus Dei se arrodillan ante el Fundador (los cristianos se arrodillan generalmente sólo ante el Santísimo). Todas las mañanas, en la residencia romana, una doncella con cofia entra en la cámara presidencial mientras monseñor desayuna y, arrodillándose, deposita sobre la mesa una bandeja de plata con la correspondencia. Todos sus hijos se hincan de hinojos para besarle la mano. Y aquí hay otro dato que confirma una vez más el profundo rasgo de su carácter. Monseñor "tolera" estas manifestaciones de la veneración que le profesan sus hijos, pero desea institucionalizar la costumbre que tienen de arrodillarse ante él para que no pueda pensarse que hay en su aceptación la menor sombra de vanidad, soberbia o engreimiento. Un antiguo miembro que desempeñó en su tiempo cargos de gran responsabilidad en la Obra me contaba - prosigue Carandell - que, en un congreso General del Opus Dei, al que asistió poco antes de abandonar el Instituto, el único punto que se discutió con verdadera amplitud, y sobre el cual se llegó a un acuerdo, fue el de la obligatoriedad de que los miembros se arrodillaran ante el Presidente General, quienquiera que fuese. Esto se hizo "para que el sucesor del Padre Escrivá no se sintiera humillado" recordando que los miembros se arrodillaban ante el Fundador.


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