Fuertes contrastes

¡Vaya con el opusiano que nos ha salido aconsejándonos que nos vayamos a las misiones! en el opus con mi deformación numeraril aprendí a menospreciar secretamente a monjas, curas, frailes, laicos que trabajan en la iglesia en serio: dedicarse a los drogadictos, a los marginados, a los pobres no es tan importante. Lo hace cualquiera. En cambio, el opus dei: "no somos almas que se unen a otras almas para hacer una cosa buena. Eso es mucho pero es poco..." palabras textuales del fundador: "cumplimos un mandato imperativo de Cristo". Es decir, iluminado, o "alumbrado" que es una palabra bien bonita en España del siglo XVI designaba a determinado tipo de "heterodoxos". Intentar captar a la reina de España como supernumeraria, entérese bien el público lector, es por un "mandato imperativo de Cristo". Hay que dirigirse a las alturas de la sociedad para desde ahí dominar a todo el mundo...

En cuanto a lesbianas opus, Morgana, me parece que tú también eras de la escuela de las ingenuas como una servidora. He notado una gran diferencia en este tema de la sexualidad en los testimonios de los ex hombres y las mujeres. Como en todo creo que en el caso de las mujeres hay mucha menos libertad. Si en mis años de numeraria me llegan a decir que hay numerarios que tienen relaciones sexuales con mujeres o entre ellos, no hubiera podido ni escucharlo, no hubiera dejado que terminaran la frase. Imposible. Estas cosas no pasan.

Pero a mi salida, tras mucho sufrimiento y experiencias, sí lo entiendo, además de que los hombres que fueron numerarios cuentan sus aventuras con mujeres en opuslibros.org. Satur ha contado bastante. Hay un escrito de otro ex: "Entre el camello y el león". Esas conductas directamente contrarias del celibato "cara pato", en palabras de Satur, son toleradas por los directores porque el numerario conviene por posición económica o por gancho con la gente joven. Si el escándalo trasciende se le cambia de ciudad y asunto concluido. Aquí paz y después gloria.

En Jaén fue muy sonada una supernumeraria con 9 hijos que se lió con un joven numerario. Si sería sonado que hasta yo me enteré. Me lo contó la cuñada de esa supernumeraria y podría decir quien es el hombre que se quedó con sus cuernos puestos por un joven numerario... pero dejaré la intriga.

Afinando más sobre lesbianas: me han contando que se ha dado el caso de pillar en un centro a dos mujeres en una cama. Yo no lo he visto pero tengo un testimonio fiable.
Y otro, había cierta mujer, médico por cierto que yo me preguntaba qué rayos hacía esa persona en los ambientes opus. Pues bien, esa sí tenía sus tendencias lesbianas. Y supe que las directoras le preguntaron si se había acostado con alguna numeraria o agregada.

A mí todo esto me da hasta risa. No es por meterse con lesbianas, homosexuales y demás tendencias sexuales, que no es mi tema. Se demuestra en el blog. Lo que ocurre es como me decía una vez cierto conocido personaje de este país: para qué tanta complicación si acaban haciendo lo mismo que todo el mundo... Ahí voy.

Pero se puede ir más allá.

Todas estas marranadas lo son por el hecho de que son permitidas cuando el poder y el dinero están a salvo, mientras se hace a la gente sufrir por nimiedades. Son expertos en crueldad, en no dar de comer a una que se va del centro, en hacerte sentir mal porque diste una mala contestación o no te mortificaste comiendo manzana en vez de plátano. (Catálogo de pecados opusianos en mi libro) O porque te confiesas y te sientes fatal de haberte mirado en un espejo o de haberte fijado cuatro segundos en un muchacho. Y no digamos las medidas de faldas, blusas, mangas, ¡la lata que dan! para acabar vestida como una abuela.

O te dicen que te mortifiques y no huelas una flor (sensualidad), o que no mires un paisaje -expansiona el corazón y no está bien-, o existe la orden expresa de que las numerarias no trabajan en un jardín de infancia con bebés porque coger un niño en brazos pondría en peligro su vocación. Eso lo escuché de Chus Bolinches, directora del club Rumblar de Jaén. La Ana Azanza atontada de 1996 se lo tragó, pero hoy me basta pensar en la cantidad de monjas que se ocupan de niños en el mundo entero sin poner en peligro su vocación para darse cuenta del mundo oscuro en el que nos hemos movido. Obsesiones y manías. Manías y obsesiones.

Enterarse de que ha podido haber en gente que tú conocías con nombre y apellidos relaciones sexuales es muy "heavy", es un batacazo existencial, "aterriza como puedas". Bienvenida al mundo real. Salida de Matrix.

Además que nadie piense que la gente que está dentro y dura lo hace porque le encantan los cilicios: se lo pasan en grande. Las privilegiadas directoras no se privan de nada. Tienen todo el poder ¿quién les va a toser hagan lo que hagan? es el peligro de creerte Dios, que acabas actuando como el peor de los demonios.