Un lugar en el mundo

Pongo una imagen de las misiones pedagógicas que durante la segunda república española se organizaron para llevar la cultura a los pueblos. ¡Pobre segunda república! Como se suele decir: "entre todos la mataron y ella sola se murió".

Gracias por la traducción y el texto en danés, seguidor canario. Nunca había leído el danés, y me encanta que haya unas palabras en este idioma en mi blog ¡me apasiona la diversidad! además el contenido es sensacional. Así que si se pican por una banalidad como esa, imagínate lo que se pican cuando se cantan sus verdades.

¡Preguntarme por Hannah Arendt de la que soy fan incondicional! Podría hacer un blog sólo sobre ella. Me fascina su vida, la lealtad a sus amistades, su clarividencia, su "culturón" histórico y filosófico, una vida no exenta de sufrimientos. Justamente no he podido dar todavía con "Eichmann en Jerusalén". Eichmann era un nazi que fue juzgado en Jerusalén por el holocausto de los judíos. Arendt fue enviada de corresponsal de un periódico americano al juicio. Allí acuñó esa expresión que la ha hecho célebre: la banalidad del mal. Expresión bien profunda de significado que le costó la incomprensión de los propios judíos, que entendían que Arendt le quitaba importancia a los seis millones de muertos en los campos nazis.

La explicación sobre la banalidad del mal no la tengo a mano, y prefiero no decir tonterías. En alguna de sus biografías se cuenta los dolores de cabeza que esto le costó.

A Arendt hay que leerla y meditarla. Para una persona que ha sufrido el opus en sus carnes es impactante. Te das cuenta de que el opus es como una Alemania nazi a escala reducida. La misma falta de comunicación con la gente que tienes al lado, el mismo uso de los lazos de amistad y familiares para hundir cualquier asomo de resistencia en la persona. Faltan las cámaras de gas, pero tienen sus doctores Mengele que hacen abundantes escabechinas con los psicofármacos.

Ella habla del hombre-masa que se caracteriza por su falta de relaciones sociales normales, el ser gris, no demostrar personalidad, la clonación de la gente que pertenece al opus es una constante. Te quitan el salero, la espontaneidad, la personalidad. Además el hombre-masa de la sociedad fascista alemana había perdido el interés por el propio bienestar, es el hombre "no materialista" que no se preocupa de lo cotidiano, sino de "grandes cuestiones ideológicas".

Esto pasa mucho en la gente opus, me refiero en este caso a las bases, hacen que te preocupes de "campañas" (aborto sí, aborto no, preservativos sí, no, células madre sí, no, divorcio sí, no, matrimonio por lo civil ¡qué escándalo!). Se agarran mucho a la defensa de posiciones doctrinales. Y no te das cuenta de que realmente la cuestión más importante para tí debería de ser: ¿estoy viviendo realmente mi vida? ¿estoy haciendo lo que yo quiero hacer en este mundo y por qué quiero? Los que por naturaleza tendemos al idealismo tenemos una trampa muy enorme en esta organización. Hay gente más pedestre, con menos ínfulas intelectuales que se da cuenta antes del engaño. Por el hecho de estar más pendiente de sus tripas, sencillamente.

Me he ido de la Arendt.

Sólo quería decir que doy testimonio de que lo que dice sobre la sociedad nazi se cumple en el opus a la letra: cuando alguien es acusado de deslealtad al sistema, sus "amigos" se vuelven enemigos por el temor a ser también sospechosos. Es tan grande la dependencia que tienes de ellos que hay decenas de personas en el opus que están convencidas de que no tendrían una vida fuera. En muchos miembros así es porque toda la familia está metida, o porque tendrían que buscarse otro trabajo.

Y dice todavía Hannah Arendt que esos "amigos" son desleales para hacerse merecedores de la confianza de los que mandan. Incluso tratarán de demostrar que si eran tus amigas en realidad buscaban sacarte información y vigilar. Sucedió en la URSS, en la Alemania nazi, en España, y yo lo he vivido no hace mucho. Porque en un sistema totalitario tu lugar en el mundo ya no son tus amigos, tu familia, tus conocidos... es la pertenencia al partido.
¡Parece que esta Arendt nos vió vivir en el opus dei!

El opus son muchas cosas. Son los directores "totalitarios", pero también son gente que pulula por los programas de televisión, van de demócratas, de listos, hasta de graciosos, y de "la sal de todos los platos". Pero si están donde están el mérito se lo deben al poder que los arropa desde la infancia.

Isabel me va a reñir si traigo a colación a mi madre. Pero no es ella la que me preocupa, Isabel, es que hay todavía miles de mujeres españolas que piensan así.

Cuando me fui al centro de estudios,con 18 años, la directora de Goroabe era Pilar Herrero Tejedor. Hija de un ministro franquista, que era supernumerario, como también  su hijo el periodista Luis Herrero. (Que no sabemos exactamente el motivo, pero lo podemos adivinar, porqué oculta medio apellido y su relación con Opus, al tiempo que no duda en reconocer que Adolfo Suárez es supernumerario,...)

Pues bien, mi madre estaba emocionada de pensar con quien me estaba relacionando, con la hija de un ministro nada menos. Esto es una perfecta imbecilidad, pero ellos se alimentan de muchas imbecilidades así, que se agarran a las relaciones sociales, a los apellidos sonados, a los títulos nobiliarios... Pijolandia. En vez de preocuparse de los valores que nos hacen persona.

Esto de Opus es muy pegajoso, cuando entran en una familia son peor que la gripe porcina. Y es que o entras en el juego o ya puedes emigrar. El mismo fundador lo reconocía, que el opus se transmitía en las familias como la gripe...