6 de julio

Para cualquier pamplonica hoy es un día especial. Para mí es un día marcado en el calendario por otras cosas que en diferentes 6 de julio me han pasado. Este año le he añadido otra marca al 6 de julio.

Hace un tiempo alguien de Jaén me dió el diagnóstico de lo que le pasa a Pamplona en sanfermines y me pareció la mar de acertado. Una ciudad tan religiosa, tan piadosa y moral, tan "estreñida", (por opus ahora) pero incluso de antes, tan llena de curas y monjas... hay algo descompensado en esta manera tan encorsetada y en la que opus ha encontrado un bastión mundial. De manera que del 6 al 14 de julio ¡¡¡nos dan suelta!!! y todas las cosas que en otra ciudad con menos cortapisas se dan espaciadas a lo largo del año, en Pamplona se concentran en una semana de auténtica locura.
Y es cierto, lo mismo que doy testimonio de mi vida en opus también doy testimonio de que las contadas ocasiones en que por poco los muchachos de mi ciudad natal ligan conmigo ha sido en San Fermín....

En san Fermín los curas numerarios no venían a celebrar misa a los centros. Se ve que al ir vestidos de clergyman se exponían al escarnio público. Teníamos que buscarnos la misa diaria en las parroquias. Otra rareza de las numes: la gente volviendo a casa después del encierro tras una noche de juerga y nosotras volviendo de misa de ocho de la mañana. ¡Somos gente corriente!

Los únicos espectáculos a los que asistí siendo numeraria eran los fuegos de las once de la noche. También la procesión del santo el 7 de julio, que siempre me emocionó. Así que toda mi vida mis sanfermines fueron "infantiles".

Y como lo que busco en la vida es justicia y no juerga, como diría un inglés no estoy "in the mood" para la fiesta bacanal que ya estarán disfrutando o padeciendo en mi tierra. Que les aproveche.