Feliz Año

No te dé vergüenza ocupar espacio, hablando, escuchándonos mutuamente, intercambiando nos ayudamos entre nosotras y ayudamos a los que miran, que son más de los que te parece.

Un gran reto de los ex opus es comunicar como es debido con personas ajenas a ese mundo. Y en este caso pienso que lo hemos conseguido, me viene muy bien todo lo que explicas.

Por eso te matizo, durante 19 años no ví incoherencias en las directoras. La directora era perfecta por definición. Otros sí ven y aguantan años y años viéndolas, ahí es donde la gente acaba perdiendo el norte. No se puede vivir eternamente en la incoherencia sin pagar un alto precio psicológico.

Pero no fue mi caso. De hecho, cuando empecé a reaccionar, a pensar, ví cosas que me hicieron dar un salto de gacela porque ni entonces ni ahora quiero nada que ver con ciertas marranerías.

Sólo sé explicar mi comportamiento infantil de confianza total en ellos de una manera, pienso que ser creyente tiene algo de ingenuo o infantil en el sentido de que es admitir un superior sin demostración científica. Estoy hablando "patateramente" para simplificar. Esa misma actitud que es legítima porque hay una parte que se nos escapa del sentido del mundo como humanos que somos, no lo es cuando te la hacen aplicar a tu relación con otros seres humanos. Es lo que hace esta gente: abusan de la creencia religiosa legítima.

Lo compruebo releyendo textos del fundador, instrucciones a los directores que Bruno Devos ha sacado en su libro "La face cachée de l'Opus Dei". Habla de servir a Dios, de servir a la iglesia, cuando en la realidad cumpliendo las normas del opus estás sirviéndoles a ellos. Ni Dios ni en principio la iglesia tienen que ver con el invento. Está claro que muchas veces en los textos del fundador donde dice "el Señor", podemos sustituirlo por "yo, el fundador". Los directores participan de ese endiosamiento, se ponen en el lugar de Dios al ponerse en el lugar de "nuestro Padre" que se puso el primero en el lugar de Dios.

Desmontar todo esto cuando te lo has creído a pies juntillas tiene tela.

Para empezar Escrivá llama una y otra vez a los miembros de la obra sus hijos, cosa que no es verdad. No somos hijos suyos. Ya es un abuso del lenguaje. Fuimos víctimas captadas, nada de que "nos engendró con dolor como las madres" , frase lapidaria del founder, otra bola. De dolor nada de nada, "nací" al opus por la acción proselitista de las numerarias programadas para ello. La consigna cuando una directora manda que pite fulanita es dar la lata hasta que la víctima escriba la carta. Son unas pesadas del patín. Normalmente cae gente que desconoce ese mundo, ignorante total de lo que hay detrás, de que es una acción programada, de todos contra tí. También las sonrisitas que gastan en el proceso prepitaje son contra tí.

La manipulación sigue cuando te dicen que las demás numerarias son tus "hermanas", y en realidad son tus vigilantas y tus delatoras. Para sobrevivir hay que entrar en el juego de la vigilancia. Y ya depende mucho del carácter de cada cual hasta donde entramos en ese juego asqueroso. Jamás registré la habitación de otra numeraria, ni sus cajones, ni leí las cartas de otra. Todos esos comportamientos hoy tengo la certeza de que los tuvieron conmigo. En dos décadas no estaba mentalmente preparada para entender la falta de escrúpulos y la crueldad que gastan.

Sólo viviendo en propia carne todas las putadas imaginables fue cómo logré entender. Llamando a las cosas por su nombre.