LLEVARSE EL GATO AL AGUA
Yo también pienso que Juan Manuel de Prada está más cómodo sin pertenecer al opus dei. En este caso es indiferente que pertenezca o no, sus palabras son calcadas a las del integrismo religioso católico más recalcitrante. Pienso que este fenómeno de gente con un mínimo de cultura y un máximos de defensa de posturas "ultra" entre la supuesta intelectualidad es difícil encontrarlo tan extendido como en España en otros países de cultura católica. Italia por ejemplo.
Acabo de leer un gran argumento sobre porqué estas posturas son tan perniciosas. La iglesia ha sido la depositaria de valores culturales, esos que unen a un país, que hacen comunidad. Y ahora está convirtiéndose, al menos en España, en un grupo vociferante en contra de la mayoría social, violentando la recta conciencia de muchos españoles que tienen fe pero ninguna gana de jugar a las cruzadas.
En lugar de caridad con las víctimas de un crimen, echando bálsamo en las inexistentes heridas de una jerarquía muy mal acostumbrada. Porque ese mundo que tienen montado, en que el clérigo es un estamento superior al resto del pueblo, ya no existe. Hace mucho que periclitó. No estamos en el siglo XVII, aunque España ha sido en el siglo XX un gran congelador de modos y maneras antiguos, tienen que ir haciéndose a la idea de que esa iglesia de la inquisición, de la vigilancia al que no hace la misa según las normas y zarandajas por el estilo, está "demodé". Y además no responde a un auténtico espirítu de fe. Es querer conservar privilegios del pasado.
Con respecto al tema de la pederastia, no sé si se me entendió, que ya desde el siglo XI hay cánones, o sea, leyes eclesiásticas referentes al tema. Es decir, que no lo han inventado los curas del siglo XX. Pero que el tratamiento de la cuestión hoy en día nos escandaliza el doble porque entendemos que un niño tiene derechos. Esto a los del opus les pone malos: decir que la gente tiene derechos. Los derechos del niño son un avance muy reciente, que hace sólo medio siglo en España hubiera sido algo ridículo y risible, un crío es lo último. Y un cura está muy por encima en consideración. Pero hemos cambiado, la sociedad ha cambiado. y el clericalismo o neoclericalismo que no sé a quien quiere confundir, se ha quedado atrás.
Pienso que todavía hay católicos muy de a pie que no se enteran, que esta gente en su "doctrina" estará con "lo de toda la vida" con el padre Astete and Company. Pero en sus acciones están en este mundo, no en las nubes de lo que decía el padre Astete que seguramente estaba muy bien en su época. Quiero decir, que los integristas agitadores de hogueras contra los teólogos Díez Alegría, Pagola, Masía... etc. de teología no saben hacer la o con un canuto. Saben de finanzas y de hacer la vida imposible a los demás. También insultan mucho. Y lo que bordan es mover los hilos del poder.
Un internauta que me felicita desde el anonimato y no quiere ser publicado ¿POR QUÉ? y ¿HASTA CUANDO TANTO MIEDO? me ha dado una buena pista a la que sacar partido. El siglo, un periódico en internet, en el que poniendo opus en su buscador salen muchos artículos interesantes con nombres propios de opusianos manejando los hilos de la judicatura, la fiscalía, los negocios en this country. Concretamente he pinchado en uno que habla del que fuera fiscal general del Estado con Aznar, Jesús Cardenal. Como intervino para que no se procesara a Josep Piqué. Y de paso proteger a Aznar.
En el mismo artículo se habla de otro fiscal general del opus dei, Herrero Tejedor. Interesantísimo dato, él fue quien se ocupó de que el asunto Matesa, una fuga de dinero público que implicó a todos los ministros franquistas del opus dei no llegara a mayores (1969), es decir, no acabara ni con los ministros en la cárcel, ni salpicara por lo más mínimo a la organización religiosa opus dei.
Me faltaba este eslabón en mis investigaciones sobre Matesa. También me parece destacable en un fiscal general del estado que llegue a semejante altísimo cargo habiéndose señalado por sus declaraciones anticonstitucionales en el pasado. Eso es lo que cuentan de Jesús Cardenal en este artículo que he copiado. Creo que todo él es una joya de documento para los que hemos vivido en la esclavitud opusiana y en la Babia más Babia de todas las Babias. De paso señalaré como los opusianos en el fondo las ideologías y lealtades políticas les dan bastante igual. El caso es colocarse. Más que nadie. Porque si en un principio hubo enfrentamientos ministros opus - ministros falange, poco tiempo hizo falta para que surgiera el "Ministro puente" entre ambos bandos, que por supuesto no iba a ser de falange, sino del opus dei. Los "mediadores" acaban siendo también de su campo, porque al final ellos se llevan el gato al agua.
Un hijo de Herrero Tejedor es el periodista Luis Herrero, antiguo eurodiputado del PP. Que reconoció una vez "no estar en la pomada" del poder del PP, es decir, como siempre: estoy lo justo para beneficiarme sin tampoco quemarme las pestañas en guerras que al final son bien contingentes y pasajeras. Y no te traen más que disgustos.
Nº 475 17/9/2001
DE JESÚS CARDENAL, DEL OPUS
Luis G. DEL CAÑUELO
Escribe José Martí Gómez en La Vanguardia: “Desde Herrero Tejedor no se recordaba un fiscal general del Estado que hubiese sometido, sojuzgado hay quien dice, a la carrera fiscal a los intereses del Gobierno de la forma como lo está haciendo Jesús Cardenal. Como guinda al caso Ercros, ha ordenado a la Fiscalía Anticorrupción que Josep Piqué no sea investigado sin permiso del propio Cardenal, lo que es una interpretación forzada del estatuto del ministerio fiscal, que si en su artículo 25 contiene una serie de previsiones encaminadas a que el fiscal general del Estado siempre esté informado de temas muy conflictivos, en ningún caso parece prever la posibilidad de desplazar a un fiscal jefe para asumir el propio fiscal general del Estado la dirección del caso”.
Evoca Martí Gómez a Herrero Tejedor. Habría que completar la cita subrayando alguna coincidencia y otros aspectos interesantes. Yo me he referido alguna vez en EL SIGLO a Herrero Tejedor (Fernando), quien murió en un accidente automovilístico, viajando él en su vehículo oficial como ministro secretario general del Movimiento. Como Jesús Cardenal, curiosamente –o significativamente–, Herrero Tejedor también pertenecía, como supernumerario, de los que se casan, al Opus Dei. Era una época, la de Herrero Tejedor, en la que florecían, como ahora –asimismo significativamente–, los políticos o los hombres públicos vinculados a la pía institución fundada por Escrivá de Balaguer, que antes de alcanzar el título de beato reclamó y obtuvo, en medio de una gran escandalera, el de marqués de Peralta, al cual acabó renunciando.
Herrero Tejedor era un híbrido dentro del régimen franquista. Por una parte, era cofrade o correligionario de los famosos lópeces, cuyo jefe de filas fuera López Rodó, tras la incorporación, como ministro de Comercio, de Alberto Ullastres. Los del Opus eran conocidos como los tecnócratas. Por otra parte, Herrero Tejedor era falangista, algo inusual entre los miembros de la Obra, muy mal vistos precisamente por los seguidores de José Antonio Primo de Rivera. Herrero, pues, se situaba en el centro, hacía de puente entre unos y otros. Fue fiscal general y le tocó lidiar el caso Matesa, hacia finales de los sesenta. Este affaire –probablemente el más aireado del franquismo– sirvió de confrontación abierta entre tecnócratas y falangistas. Con éstos se alineaban Solís Ruiz, secretario general del denominado Movimiento, y el omnímodo Fraga Iribarne, poderoso ministro de la censura y la propaganda. Los acusados eran los del Opus. En el fondo, se estaba jugando la sucesión de Franco. López Rodó y compañía apostaban por Juan Carlos. Los azules preferían más bien una regencia, que llevara incluso hacia una especie de fórmula republicana de tipo corporativista.
Cuando parecía que los del Opus iban a salir derrotados de la contienda, y aunque algunos de ellos estaban tocados judicialmente –hasta ser amnistiados directamente por el Caudillo sin mediar explicación o justificación alguna–, la crisis se resolvió en contra de los deseos de los falangistas. Fueron destituidos Fraga Iribarne y Solís Ruiz –que era, además, el hombre fuerte de los sindicatos verticales, los únicos legalizados–, el Gobierno se llenó de tecnócratas y los reyes del mambo entonces fueron Carrero Blanco, el gran valedor de los devotos de Escrivá, y López Rodó. Herrero Tejedor, como fiscal general, hizo lo que está haciendo ahora Cardenal para salvar a Piqué y, en definitiva, a José María Aznar. Fue premiado con el ministerio político más importante: la Secretaría General del Movimiento. Alguna versión, sin embargo no probada, apuntó por aquellas fechas, veladamente, que el accidente de coche en el que encontró la muerte había sido provocado. Herrero Tejedor tenía un discípulo predilecto: Adolfo Suárez, adscrito en ese tiempo al Opus. La desaparición de Herrero supuso un grave contrapié para Suárez. Años después superaría el bache y sería el presidente de la transición.
El vicepresidente de la Comisión parlamentaria de Investigación sobre el caso Gescartera, Romay Beccaría –ministro de Sanidad con Aznar en el primer Gobierno del PP–, también es del Opus. Como Federico Trillo. O Isabel Tocino. Como el director general de la Policía, Cotino, entre otros muchos altos cargos de la derecha gobernante. Romay, no obstante, es un hombre de Fraga Iribarne, porque los enemigos de antaño se convirtieron posteriormente en aliados o amigos. El Opus está de nuevo en el apogeo. Lo más llamativo es que, en el presente, pasa más inadvertido y, como escribía en El País recientemente el teólogo progresista Juan José Tamayo, incluso parece de mal tono entre los opinadores de izquierdas aludir a esta institución tan enigmática. Desde luego, tan conservadora en los usos, costumbres y actuación política. En España y en muchos otros países. Tamayo narraba ciertas historias sombrías del Opus en países centroamericanos o en el Chile de Pinochet. Téngase en cuenta que el líder de la derecha en Chile, Joaquín Lavin, que estuvo en un tris de ganar las últimas presidenciales al socialista Ricardo Lagos, es también del Opus Dei y, como era frecuente durante los años terribles del pinochetismo, colaborador del sanguinario general.
Lo cierto es que, en la España de nuestros días, el hombre que tiene en su mano a la justicia, y que ha hecho y deshecho sin escrúpulo alguno en el asunto Piqué –y en otros–, es militante del Opus Dei. Y no es menos cierto que la judicatura, entre jueces y fiscales, está copada por esta organización. Jesús Cardenal, cuando era fiscal jefe en el País Vasco, destacaba por sus discursos aconstitucionales. Al ser nombrado fiscal general por Aznar el Consejo General del Poder Judicial subrayó esta circunstancia en su informe preceptivo. En vano. ¿O es que alguien creía que un político que, cuando el referéndum constitucional, escribió críticamente contra la Carta Magna le iba a importar un soberano comino que Cardenal no fuera entusiasta de la Constitución? Al contrario, el presidente del Gobierno debió de considerar esa circunstancia como un mérito relevante.
No se trata de emprender campaña y, menos aún, cruzada de ningún tipo contra el Opus. Pero sí que habría que exigirle transparencia. ¿Por qué es sistemáticamente obviada la afiliación al Opus en los curricula de los ministros y altos cargos? No es un asunto ni privado ni estrictamente particular. Ser del Opus supone una forma de ver el mundo y la vida. Supone un compromiso con una serie de valores que trascienden la dimensión personal de los afectados. El común denominador es la apuesta por valores conservadores, reaccionarios o derechistas. Este país está judicialmente –es decir, políticamente en gran medida– gobernado por un ciudadano que, como en el pasado le ocurría a Herrero Tejedor, se debe a las directrices de una poderosa organización ultracatólica y, sobre todo, opaca. El Opus ha de ser sometido, al menos, al debate público. Cuando proclama su cacareado pluralismo no dice toda la verdad. Abrumadoramente, se trata de una asociación repleta de gentes ideológicamente ultramontanas, eso sí, revestidas de apariencia moderna y, en algunos casos, hasta liberal.
Comentarios
Tiene muy buenas fuentes de información tanto en el PSOE como en en el PP.
La web por si interesa es:
http://www.elsiglodeuropa.es/
De nada, por la información.
Sé que este comentario no se corresponde en absoluto con el tema de la entrada, pero quiero
difundir a través de tu blog una noticia gravísima que demuestra a las claras qué es el Opus Dei y cómo actúa realmente.
Dejo varios enlaces, porque hay que leer detenidamente y a fondo los reportajes. Es para no creérselo.
El impago del Consistorio de Jerez deja a una mujer sin "quimio" en la CUN
La CUN atenderá, pese al impago, los casos urgentes del Consistorio de Jerez
Véase la mentira flagrante en el titular de un periódico onubense, para evitar poner "Universidad de Navarra":
Una clínica de Jerez deja a una mujer sin "quimio" por impago municipal
¿Y éstos son los que montan manifestaciones "en favor de la vida"? Qué asco. Qué gentuza. NO TENGO PALABRAS.
Ésto tiene que saberse, tiene que difundirse a través de OpusLibros, de toda la Red, incluso deberíamos intentar que se llegue a publicar en la prensa nacional (aunque sea muy difícil). Por cierto, qué curioso que solamente un periódico de los dos que se publican en Pamplona, Diario de Noticias, haya tratado este tema. En cambio, Diario de Navarra se ha quedado calladito como siempre.
¿Y qué hace un Ayuntamiento contratando un seguro médico privado para sus funcionarios, para "casualmente" engordar los beneficios del Opus Dei? Por no hablar del robo de dinero público y de la estafa que se ha cometido.
Esto huele fatal. Hay que investigarlo a fondo.
Y después de tanta porquería, algo bueno: también en Navarra, aunque sea de forma semi-clandestina, se empieza a cuestionar al Opus Dei. Un ejemplo: Foros de Diario de Noticias. Tema: ¿Actúa el Opus sectariamente?
Postdata
Hoy, 7 de julio, se cumplen dos años del asesinato en Pamplona de Nagore Laffage, estudiante de enfermería, a manos de José Diego Yllanes, médico residente del departamento de Psiquiatría de la Clínica Universitaria de Navarra. Tras el veredicto del jurado estuvo la larga y siempre en la sombra mano del Opus.
El jurado popular declara a Yllanes "culpable de homicidio", no de asesinato. Merece la pena leer los comentarios a la noticia. Sólo Diario de Noticias permitió expresarse a los lectores durante todos los días que duró el proceso. En cambio, Diario de Navarra anuló sistemáticamente la posibilidad de hacer comentarios, cuando sí los permitía (y los permite) en muchas otras informaciones, incluso en temas de escasa relevancia o anecdóticos.
Descanse en paz Nagore.
Un documental de Helena Taberna ahondará en el caso de Nagore Laffage
http://www.lavanguardia.es/lacontra/lacontra.html
Publícalo o no, como quieras... aunque mejor sí, así los dires del Opus se dan cuenta de lo normal que es que un chico salude a una chica por una fiesta, jeje ;-)
Son tan "nuestros".
http://www.elpais.com/articulo/portada/legionarios/confiesan/elpepusoceps/20100711elpepspor_9/Tes
Dios los cría y ellos se juntan...
http://www.publico.es/espana/327340/rouco/une/empresas/pagar/visita/papal