VOTAR LO QUE SEA
Más que gente en caixadanos andaluz conozco entusiastas de un sucedáneo de PP, no pringado en corrupción, y no separatista, pero ahora recuerdo que alguien del gremio se iba a presentar, aunque quizás fue UPyD, las modas políticas pasan como el AVE. Investigaré.
Lo de Guinea lo cuenta con pelos y señales en varias de las conferencias que están en YT.
Se levanta un guineano que le acusa de connivencia con los crímenes del dictador Macías. Y Trevijano cuenta la novela de la independencia de Guinea en 1969.
En una de las últimas intervenciones en la radio señala que uno de los 2 guineanos había estudiado en Pamplona, quizá el tal Anastasio Ndongo, aunque no cree que perteneciera al Opus. Anastasio le traicionó hablando mal de Trevijano en la ONU. Macías nombró ministro a Anastasio. El tal Anastasio le hicieron falta 5 meses para dar un golpe de Estado contra Macías con ayuda del gobierno español. Qué "louche" son todos los asuntos coloniales.
Trevijano hizo tratados internacionales de Guinea con los países vecinos para que tras la independencia no quedaran aislados, tratado con el Vaticano, y viajes para Nestle aceptara el cacao guineano, les hizo un contrato de suministro. Luego a Londres, con la misma embajada.
En agradecimiento, dice, hay niños en la selva guineana que llevan su nombre.
En el apartado dictadura franquista se narra desde la perspectiva wikipediana.
Yo soy la primera sorprendida de encontrar el opus hasta en la sopa. Salí creyendo que era MI problema personal y resulta que es el elefante en el pasillo de este país, elefante del que nadie habla, pero gracias al cual todos tienen que hacer contorsiones para poder pasar a su lado. Increíble. Es el tema.
Trevijano le dedica bastantes de sus consideraciones radiofónicas a Albert Rivera como se puede ver en el listado de títulos de los programas de radio Libertad constituyente.
Otro párrafo ilustrado de Trevijano:
Lo de Guinea lo cuenta con pelos y señales en varias de las conferencias que están en YT.
Se levanta un guineano que le acusa de connivencia con los crímenes del dictador Macías. Y Trevijano cuenta la novela de la independencia de Guinea en 1969.
En una de las últimas intervenciones en la radio señala que uno de los 2 guineanos había estudiado en Pamplona, quizá el tal Anastasio Ndongo, aunque no cree que perteneciera al Opus. Anastasio le traicionó hablando mal de Trevijano en la ONU. Macías nombró ministro a Anastasio. El tal Anastasio le hicieron falta 5 meses para dar un golpe de Estado contra Macías con ayuda del gobierno español. Qué "louche" son todos los asuntos coloniales.
Trevijano hizo tratados internacionales de Guinea con los países vecinos para que tras la independencia no quedaran aislados, tratado con el Vaticano, y viajes para Nestle aceptara el cacao guineano, les hizo un contrato de suministro. Luego a Londres, con la misma embajada.
En agradecimiento, dice, hay niños en la selva guineana que llevan su nombre.
En el apartado dictadura franquista se narra desde la perspectiva wikipediana.
Yo soy la primera sorprendida de encontrar el opus hasta en la sopa. Salí creyendo que era MI problema personal y resulta que es el elefante en el pasillo de este país, elefante del que nadie habla, pero gracias al cual todos tienen que hacer contorsiones para poder pasar a su lado. Increíble. Es el tema.
Trevijano le dedica bastantes de sus consideraciones radiofónicas a Albert Rivera como se puede ver en el listado de títulos de los programas de radio Libertad constituyente.
Otro párrafo ilustrado de Trevijano:
LA PASION DE
VOTAR LO QUE SEA
En España los electores votan pero no eligen. Refrendar una
de las listas de partido no es elegir.
Los integrantes de lista no son elegidos por los votantes sino por los jefes
de partido. No representan pues a los electores ni a la sociedad civil. El
régimen político resultante tampoco. La distribución de cuotas electorales
entre partidos sólo puede representar a la sociedad política costeada con
fondos públicos, es decir, a la sociedad estatal. No se vota a diputados de los
electores, el pueblo o la sociedad, sino a puros delegados de partidos
estatales. Esta realidad formal, que todos pueden ver sin emplear apenas la
inteligencia, se tapa torpemente con impúdicos velos de propaganda democrática.
Todos, gobernantes y gobernados, apuntalan la colosal mentira de llamar
legislativas a estas burocráticas elecciones administrativas para cubrir
puestos de relieve en el Estado, de llamar representantes del pueblo a simples
delegados de partidos: de llamarr separación de poderes a la simple separación
de funciones públicas entre personas de una misma obediencia de partido, de
llamar democracia representativa a esta degenerada oligarquía estatal. Esto es
lo que se vota, en derecho formal, con la pasión de votar.
Todos saben que están votando a un presidente del gobierno
que haga el crimen que haga nunca será investigado por un Parlamento dominado
por los diputados de su Partido.
Lo vimos con Felipe, lo estamos viendo con Mariano. Atado y
bien atado.
Diputados que el propio presidente ha designado a dedo, como
a dedo puede tacharlos en la próxima lista si no dan pruebas de obediencia
incondicional a las consignas del partido del que también es jefe absoluto.
Pero a la pasión de vota le importa un bledo esta afrentosa realidad.
A falta de razones propias de la sociedad civil, la pasión
de votar lo que sea, sin saberlo, está votando por razón de Estado. Por eso
tolera los crímenes que se cometen en su nombre. Por eso hay una relación de
objetiva complicidad de los electores con los delitos cometidos por los
elegidos. Por eso no hay una moralidad civil autónoma con autoridad para
enfrentarse a la inmoralidad de los gobiernos del Estado. Votar lo que sea,
pues da lo mismo lo que un partido haga o se aventure a prometer, equivale a
votar lo que hay para que siga siendo lo que es: un grupo criminal y otro que
lo encubre o indulta. A eso se reduce la alternativa de la sociedad, votando lo
que sea, para realizar la alternancia en el Estado de lo que hay.
Comentarios
He oído un poco de la radio y pone a caldo a Albert Rivera, como un ignorante, pero en plan doctrinal, nada de relaciones de poder. Y luego ha escrito eso de El Confidencial, quizás por agarrarse a un clavo ardiendo.
Hablando de Guinea, el caso de un opusino “guineano” que revela mucho de las verdaderas relaciones de poder: Hermenegildo Altozano. Militar y banquero opusino, gobernador civil de Sevilla a finales de los 50, luego cesado. Durante décadas era el que desde el sindicato vertical controlaba la importante madera guineana, que abastecía a RENFE, las traviesas. En el extraño libro de Franco Salgado Araujo, primo y asistente de Franco, publicado después de la muerte de este, cuenta lo que Franco le dijo de Hermenegildo Altozano. Este en la guerra había estado en el bando republicano, en la columna de El Campesino. Después de la guerra, sin ningún problema, buena carrera en el franquismo. Era jurídico de la Armada. Franco sospecha que fuera un infiltrado. Dice que los expedientes de depuración que hizo la Armada eran una filfa y se les colaban enemigos. Que había pedido el expediente del Hermenegildo y lo conocía bien. ¿Qué hace Franco con uno que sospecha que es enemigo? ¿Le reprime, le posterga? Pues no, le premia nada menos que con la jefatura del Banco Hipotecario, uno de los más importantes bancos públicos de la época. Será porque el Opus mandaba más que Franco.
Otro Hermenegildo Altozano, que será hijo, ahora es un experto en las relaciones económicas con Cuba, que van a subir a lo bestia.
“Pasión de votar”. Estoy de acuerdo. Nos lo imponen casi como un acto reflejo. Yo creo que es una estupidez, en primer lugar porque ni siquiera cuentan los votos y nos dan los pucherazos que quieren, como ahora ha reconocido la Junta Electoral. En las mesas sí se cuenta, pero luego la suma de todos los resultados de las mesas no la hace la Junta Electoral, como es su primera obligación. Los resultados electorales son pura brujería, los que dicta un oscuro poder. Un tu vota que ya cuento yo los votos. Parece increíble pero es cierto, ellos mismos lo dicen y nadie se entera. Y en segundo lugar porque da lo mismo lo que salga, porque todos están controlados por el mismo poder. Dejar las urnas vacías sería un ejercicio de dignidad colectiva, un modo de denunciar la farsa que nos subyuga.