"MAL DE ALTURA"
Tiene difícil la limpieza, se nota que hay costumbres asentadas, intereses creados difíciles de erradicar. Proponerse en serio hacerlo ya es un paso. Copio un retrato realizado por un catedrático de la Complu ya fallecido, del que me dijeron que al menos durante cierto tiempo fue supernume.
Quizás lo tuve alguna vez al teléfono en aquellos tiempos en los que trabajé para el dep. de historia en Pamplona. No tengo certeza de si asistió a las conversaciones de historia que se solían organizar con gran participación de profes nacionales y extranjeros.
El texto está en un libro dirigido por otro historiador del "sistema", escritor asiduo en el País, hermano como dijimos de cura nume pata negra romano. Juliá, fallecido recientemente. "República y guerra en España" texto de varios autores me atrajo por el de Moradiellos, biógrafo de Negrín, catedrático solvente según me parece y hasta que no se me demuestre lo contrario. No he quedado defraudada, su explicación de la posición de las potencias internacionales con respecto a la guerra española es magnífica, así como su dar cuenta de que el cuerpo diplomático español esparcido por el mundo no tardó mucho salvo honrosas excepciones, en pasarse al bando franquista.
La aportación de Javier Tusell, el ex super según me comentaron, tampoco está mal. Trata de la evolución política en la España que se sublevó. Y cómo Franco, mine de rien, se fue haciendo con la supremacía. Primero con el poder militar, habiendo sido eliminados Mola y Sanjurjo, no sabemos si la Parca recibió ayuda en ambos casos, muertes sospechosas, quedó él como general en jefe de los ejércitos, y luego con el poder político, anulando a los carlistas navarros a punto de organizar un estado dentro del Estado, y fundiéndolos en una improbable amalgama con los fascistas de Falange.
Ya el embajador portugués se dió cuenta de que Franco era un enamorado del poder y del poder personal, y de que todos los gobernantes de España el que decía las cosas más extrañas y estaba más cercano al Eje.
Francesc Cambó, ausente de España en 1939 se permitió escribir tras oír algunas intervenciones del Generalísimo al que previamente había ayudado en política exterior: "El generalísimo desconoce la historia de España, habla de política y muestra que no sabe más que un tertuliano de cafetín de pueblo, habla de economía y ¡válgame Dios las cosas que dice!". Parecido opinaba el general Kindelán que lo había alzado al poder. Diagnosticó que Franco padecía "mal de altura". Era taimado y cuco, más que perverso, asimilador de ideas en lugar de productor. El mal de altura lo percibía porque, como los escaladores que remontan en exceso para sus posibilidades, parecía mareado por la cota que había alcanzado partiendo de sus limitadas capacidades y más en concreto, por una formación deficiente. La combinación entre esa ignorancia, la tendencia a creer en fábulas conspiratorias, el ansia de poder y el caudillaje obtenido durante una larga guerra habían tenido como resultado el descrito.
Mediocres con mal de altura, especialidad nacional.
Quizás lo tuve alguna vez al teléfono en aquellos tiempos en los que trabajé para el dep. de historia en Pamplona. No tengo certeza de si asistió a las conversaciones de historia que se solían organizar con gran participación de profes nacionales y extranjeros.
El texto está en un libro dirigido por otro historiador del "sistema", escritor asiduo en el País, hermano como dijimos de cura nume pata negra romano. Juliá, fallecido recientemente. "República y guerra en España" texto de varios autores me atrajo por el de Moradiellos, biógrafo de Negrín, catedrático solvente según me parece y hasta que no se me demuestre lo contrario. No he quedado defraudada, su explicación de la posición de las potencias internacionales con respecto a la guerra española es magnífica, así como su dar cuenta de que el cuerpo diplomático español esparcido por el mundo no tardó mucho salvo honrosas excepciones, en pasarse al bando franquista.
La aportación de Javier Tusell, el ex super según me comentaron, tampoco está mal. Trata de la evolución política en la España que se sublevó. Y cómo Franco, mine de rien, se fue haciendo con la supremacía. Primero con el poder militar, habiendo sido eliminados Mola y Sanjurjo, no sabemos si la Parca recibió ayuda en ambos casos, muertes sospechosas, quedó él como general en jefe de los ejércitos, y luego con el poder político, anulando a los carlistas navarros a punto de organizar un estado dentro del Estado, y fundiéndolos en una improbable amalgama con los fascistas de Falange.
Ya el embajador portugués se dió cuenta de que Franco era un enamorado del poder y del poder personal, y de que todos los gobernantes de España el que decía las cosas más extrañas y estaba más cercano al Eje.
Francesc Cambó, ausente de España en 1939 se permitió escribir tras oír algunas intervenciones del Generalísimo al que previamente había ayudado en política exterior: "El generalísimo desconoce la historia de España, habla de política y muestra que no sabe más que un tertuliano de cafetín de pueblo, habla de economía y ¡válgame Dios las cosas que dice!". Parecido opinaba el general Kindelán que lo había alzado al poder. Diagnosticó que Franco padecía "mal de altura". Era taimado y cuco, más que perverso, asimilador de ideas en lugar de productor. El mal de altura lo percibía porque, como los escaladores que remontan en exceso para sus posibilidades, parecía mareado por la cota que había alcanzado partiendo de sus limitadas capacidades y más en concreto, por una formación deficiente. La combinación entre esa ignorancia, la tendencia a creer en fábulas conspiratorias, el ansia de poder y el caudillaje obtenido durante una larga guerra habían tenido como resultado el descrito.
Mediocres con mal de altura, especialidad nacional.
Comentarios
Nueva, de antes de la guerra civil. Novedosísma, último grito eclesial....
A los españoles nos cabe todo en el cuerpo, cualquier cosa y también lo de más allá.