Pecados mortales
Me gustó este circuito preparado para aprender a remar en rápidos.
Me doy cuenta de que no he contado todo lo que quería sobre la confesión. El tema no es aburrido en absoluto, y es central. Porque se trata de una práctica católica que yo creo tiene su momento, su lugar, su manera y su razón de ser, pero de la que el opus usa y abusa extraordinariamente. Una de las doctrinas que te enseñan dentro, en la más pura línea tridentina, es que cada sacramento tiene forma y materia. La forma en este caso es la fórmula de absolución: "ego te absolvo a peccatis tuis, in nomine Patri, et Filii et Spiritui Sancti", y la materia los pecados mortales "desde la última confesión bien hecha". Ya he descrito suficientemente las razones por las que es prácticamente imposible cometer un pecado mortal si se es numeraria tipo esclava (hay otros tipos de numeraria en los que no me meto porque no ha sido mi experiencia). De modo que para asegurar que la absolución no cae en saco roto, es necesario "aportar materia", es decir, "pecados mortales". Y si esa semana has tenido la desgracia de no cometer ninguno entonces se soluciona la cuestión jurídica del asunto aludiendo a los pecados de tu vida pasada.
Dado que todos somos pecadores, seguro que hay algo por ahí atrás inconfesable, yo no sé si por ejemplo no ir a misa un domingo lo consideran pecado mortal. No me puedo acordar de este extremo. Pero del recurso al pasado sí, y me enseñaron a decir en todas mis confesiones semanales: "me arrepiento de todos los pecados de mi vida pasada especialmente de los pecados contra tal virtud o contra tal mandamiento." Supuestamente aludías a aquello en que habías fallado más esa semana.
Ahora me viene otro recuerdo de la doctrina: en los temas de "pureza" es decir todo lo que tiene que ver con la sexualidad, pensamiento, obra, mirada, deseo... no hay parvedad de materia. Es decir, que este es un campo que está tirado cometer un pecado mortal, que no hay diferencia entre mortal y venial. Todo es mortal en este campo. Un pecado mortal supuestamente mata la gracia en tu alma, te irías al infierno si te mueres en pecado mortal.
Con pasar delante de un kiosco o delante de una cartelera o ya que estamos no apagar la tele en un anuncio, o en una peli el beso, ¡estaba chupado pecar mortalmente contra el sexto y el noveno! o sólo porque hubieras sentido algo hacia alguien, aunque siempre te enseñaban que no es lo mismo sentir que consentir. ¡Madre mía cuánta estupidez! mientras mira que hay injusticia y necesidades en el mundo, nosotros perdiendo el tiempo y la salud por una mirada indiscreta...
No tengo ni la más remota idea de que piensan los teólogos morales católicos de hoy fuera del opus dei de todas estas cosas que estoy contando. Pero por favor, si hay alguno por ahí y se está llevando las manos a la cabeza que se las lleve bien llevadas y que no se quede sólo en eso...hay que frenar tanto abuso.
El remate, lo digo por el comentario de Arthur, es que no te vayas tú a pensar que los jerifaltes se privan mucho. Ni tampoco creas que se ponen el cilicio. El cilicio me lo puse yo, pero creo que muy pocos se tiran dos décadas poniéndose el cilicio.
Mira por donde, una encuesta chula para hacer entre los ex ¿cuánto tiempo te pusiste el cilicio? ¿y las disciplinas? tampoco creo que la gente las usara mucho. Yo reconozco que la única mortificación que fui incapaz de vivir era dormir sin almohada una noche, ese fue mi fallo. Normalmente se hacía la "noche anterior al día de guardia".
En general en el opus lo que funciona para sobrevivir es atontar tu conciencia y sustituirla por las órdenes que te den. Esto es lo que encuentro más alucinante de su poder, acabas tan noqueada que estás absolutamente dispuesta a hacer todo lo que te digan.
Ana Azanza
Me doy cuenta de que no he contado todo lo que quería sobre la confesión. El tema no es aburrido en absoluto, y es central. Porque se trata de una práctica católica que yo creo tiene su momento, su lugar, su manera y su razón de ser, pero de la que el opus usa y abusa extraordinariamente. Una de las doctrinas que te enseñan dentro, en la más pura línea tridentina, es que cada sacramento tiene forma y materia. La forma en este caso es la fórmula de absolución: "ego te absolvo a peccatis tuis, in nomine Patri, et Filii et Spiritui Sancti", y la materia los pecados mortales "desde la última confesión bien hecha". Ya he descrito suficientemente las razones por las que es prácticamente imposible cometer un pecado mortal si se es numeraria tipo esclava (hay otros tipos de numeraria en los que no me meto porque no ha sido mi experiencia). De modo que para asegurar que la absolución no cae en saco roto, es necesario "aportar materia", es decir, "pecados mortales". Y si esa semana has tenido la desgracia de no cometer ninguno entonces se soluciona la cuestión jurídica del asunto aludiendo a los pecados de tu vida pasada.
Dado que todos somos pecadores, seguro que hay algo por ahí atrás inconfesable, yo no sé si por ejemplo no ir a misa un domingo lo consideran pecado mortal. No me puedo acordar de este extremo. Pero del recurso al pasado sí, y me enseñaron a decir en todas mis confesiones semanales: "me arrepiento de todos los pecados de mi vida pasada especialmente de los pecados contra tal virtud o contra tal mandamiento." Supuestamente aludías a aquello en que habías fallado más esa semana.
Ahora me viene otro recuerdo de la doctrina: en los temas de "pureza" es decir todo lo que tiene que ver con la sexualidad, pensamiento, obra, mirada, deseo... no hay parvedad de materia. Es decir, que este es un campo que está tirado cometer un pecado mortal, que no hay diferencia entre mortal y venial. Todo es mortal en este campo. Un pecado mortal supuestamente mata la gracia en tu alma, te irías al infierno si te mueres en pecado mortal.
Con pasar delante de un kiosco o delante de una cartelera o ya que estamos no apagar la tele en un anuncio, o en una peli el beso, ¡estaba chupado pecar mortalmente contra el sexto y el noveno! o sólo porque hubieras sentido algo hacia alguien, aunque siempre te enseñaban que no es lo mismo sentir que consentir. ¡Madre mía cuánta estupidez! mientras mira que hay injusticia y necesidades en el mundo, nosotros perdiendo el tiempo y la salud por una mirada indiscreta...
No tengo ni la más remota idea de que piensan los teólogos morales católicos de hoy fuera del opus dei de todas estas cosas que estoy contando. Pero por favor, si hay alguno por ahí y se está llevando las manos a la cabeza que se las lleve bien llevadas y que no se quede sólo en eso...hay que frenar tanto abuso.
El remate, lo digo por el comentario de Arthur, es que no te vayas tú a pensar que los jerifaltes se privan mucho. Ni tampoco creas que se ponen el cilicio. El cilicio me lo puse yo, pero creo que muy pocos se tiran dos décadas poniéndose el cilicio.
Mira por donde, una encuesta chula para hacer entre los ex ¿cuánto tiempo te pusiste el cilicio? ¿y las disciplinas? tampoco creo que la gente las usara mucho. Yo reconozco que la única mortificación que fui incapaz de vivir era dormir sin almohada una noche, ese fue mi fallo. Normalmente se hacía la "noche anterior al día de guardia".
En general en el opus lo que funciona para sobrevivir es atontar tu conciencia y sustituirla por las órdenes que te den. Esto es lo que encuentro más alucinante de su poder, acabas tan noqueada que estás absolutamente dispuesta a hacer todo lo que te digan.
Ana Azanza
Comentarios
Fui una estúpida por no darme cuenta antes de que en el opus dei para triunfar (ser directora) sólo debes preocuparte de guardar las apariencias.