Enrique Rojas paseando bandera
Aquella madrugada en la que un ruído fuerte me despertó lo primero que vi fueron las botas de los policías, me parecieron enormes con suela muy gorda. Pensé en la ventana pero estaba lejos del suelo. La sensación que tuve todavía la identifico con la muerte.
Me llevaron al Hospital Puerta de Hierro. Allí me desperté. Había perdido el conocimiento.
Me dijeron varias veces que creían que había un móvil económico, repetía que no, me parecía imposible, el dinero venía de lo que había levantado yo, el ex había trabajado en un banco toda su vida hasta que se vino a trabajar conmigo ¿cómo iba a querer quitarme de en medio por lo que había levantado yo?... tampoco era tanto.
Al despedirme una de las doctoras me acompañó hasta la puerta de la calle y me volvió a decir que si tenía miedo que no me fuese, que me esperase en la sala de espera mientras encontraban una solución... Muy segura le dije que no, que no me podían hacer nada más, que estábamos en un Estado de derecho. Pensaba denunciar y todo lo que me podía ocurrir era que volviesen a llevarme otra vez allí.
Me equivoqué en todo. No acerté una.
48h. después, en cuanto cambió el juzgado de guardia, venían a buscarme de nuevo.
Otro certificado de Enrique Rojas de tres al cuarto, otra solicitud de internamiento del entonces marido tecleada por otra secretaria judicial, otra Providencia y otro Oficio a la Policía local de mi pueblo...
Fue entonces cuando me escapé unos minutos antes de que llegasen a buscarme. Había levantado el teléfono y me había enterado que no me iban a llevar a Puerta de Hierro, sino al psiquiátrico privado donde internaba Rojas y antes no me vería antes un forense.
Por lo que pueda pasar, dejo aquí los documentos. Hoy tengo miedo.
Gracias, Ana.
Isabel Caballero
Pdta.: Enrique Rojas lleva diciendo desde 1999, que los dos certificados (y otros que dice ha emitido, yo los desnonozco), me los entregó a mí. No aclara si antes de ir a buscar el 2º, me dio tiempo pasar por la peluquería o fui a recogerlo directamente desde Puerta de Hierro en pijama y zapatillas.
Todo esto, un supernumerario del Opus Dei bajo la bandera de la cruz. Como en el casino "no va más..."
Providencia Juzgado 3 Majadahonda |
Oficio |
Solicitud de internamiento, juzgado de Majadahonda |
Comentarios
Se me está cortando la digestión sólo de imaginarme cómo no te dió un síncope después de tres veces de jugártela...¡qué horror!
Hay gente sin entrañas por el mundo.
1º Hay una solicitud de internamiento psiquiátrico que firma un marido y avala y acompaña de un certificado médico falso de un médico impostor, Enrique Rojas.
2º) Acto seguido, la juez (una mujer) con los dos documentos (el del médico impostor y el del marido), abre un expediente de internamiento psiquiátrico, a mis espaldas (no me entero de nada, la juez no me avisa, ni me ve, ni se digana llamarme por telefóno y comunicarme lo que está sucediendo conmigo, sin mi conocimiento).
- Esto se hace de día, por la mañana.
3º) Ordena a la Policía que vaya a buscarme y se acuerda con la Policía que venga a buscarme de madrugada (al menos así lo declaró el entonces marido meses después, en ese mismo juzgado, a la juez le parece bien que se acuerde con la policía que a una enferma mental, como dicen Enrique Rojas y el marido, vengan a buscarla de madrugada). Por supuesto, archivó esa denuncia y muchas más.
4º) Y sí, la Policía entra en mi casa porque le abre la puerta el marido y cuando estoy rodeada me despierto por el ruído.
5º) En un momento te das cuenta, que Enrique Rojas y el marido están detrás de todo esto, aunque no sabes cómo, porque tú te has quedado dormida en un país que se llama España y estás convencida de que es un Estado de Derecho.
Sientes la muerte y no intentas escapar por la ventana porque está muy lejos del suelo y sabes que no tienes ninguna posibilidad,
pero dudas, porque antes de una tanda de electrochoks y medicación que te dejen babeando e inservible para siempre, tú prefieres una muerte con menos sufrimiento.
Los policías te cogen y te llevan.
Cumplen una orden judicial.
En este país no manda la Policía, mandan las juezas y jueces.
La Policía Local de mi pueblo, que fue quien me llevó, no me lesionó, ni me hizo daño ni me faltó al respeto.
Al contrario, me cogieron cuando perdí el conocimiento y evitaron que tuviera un accidente grave por las escaleras.
A lo lejos, les oí decir, "rápido, rápido al hospital, que esta mujer se nos muere, que se nos va".
Me llevaron al hospital Puerta de Hierro.
Aquella noche me había quedado dormida en el sofá de la buhardilla.
La ventana esba a 3,5 pisos del suelo, hubiera caído sobre suelo, no sobre plantas, por eso no lo intenté.
En el Hospital Puerta de Hierro me examinaron en una consulta de las de Urgencias.
Me dijeron que no tenía nada, que creían que había un móvil económico y que no me iban a internar, pero tenían miedo dejarme marchar, por si se les ocurría hacerme algo más.
Que me quedase en la sala de espera, mientras buscaban una solución para mí.
En ese momento me pareció que era imposible que existiese un móvil económico.
Enrique Rojas tenía mucho dinero y hacia años que yo había fundado una pequeña sociedad y había dinero de sobras para vivir normalmente dos personas, cada uno por su lado (el ahora ex y yo).
También me dijeron que habían hablado con mi hija mayor que estudiaba entonces 5º de Medicina (que ya es para tener conocimiento de causa de lo que me estaban haciendo) y había dicho a la doctora que habló con ella, que su padre era muy bueno y me quería mucho, que el internamiento había sido idea de Enrique Rojas que me dejasen marchar, que en cualquier caso, ella estaba en casa para protegerme, precisamente en aquellos días, con un pie estropeado que le impedía andar y ni siquiera iba a clase.
Le dije a una doctora que me iba, que estábamos en un Estado de Derecho y no podían hacerme nada más. Como mucho, llevarme otra vez al hospital.
Me equivoqué, el cálculo del Estado de Derecho, no lo tenía bien cogido.
Pero todo esto que acabo de contar, se hace con los documentos de la entrada que he citado, "La Justicia española...".
Con estos... se hace otra cosa.
Gracias por publicarlo.
48 horas después de que saliese del hospital Puerta de Hierro.
Puedes ver que con estos documentos, no me llevaban al mismo sitio.
A destacar, lo poco que necesitan dos juezas diferentes y dos secretarias judiciales diferentes, para abrir un expediente de internamiento psiquiátrico y actuar, en mi opinión, fuera de lo que dice la ley, a instancia de un individuo del Opus Dei y un marido.
Lo primero que deberían haber hecho es ver si lo que decía el médico impostor era cierto y lo que solicitaba el marido procedía. Venir a verme acompañada de un médico forense.
Si las juezas hubiese comprobado quien era Enrique Rojas (que menos!! ya que iba a privarme de mi libertad), con una llamada al Colegio de Médicos de Madrid, hubiera descubierto que el médico estaba colegiado como Licenciado en Medicina. Así que si ella lo conocía como "catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense", algo raro pasaba.
Y a destacar también la prisa de la juez en emitir la orden de "localización y traslado".
En los docs. dice que el marido presenta un certificado del día 24 y solicita el internamiento el día 27.
Bien se deduce, que la supuesta enferma, no estaba tirando tiros por la ventana, ni era elemento peligroso (o el marido hubiese corrido a solicitar el internamiento el mismo día 24), para que utilice su poderío de jueza, para enviar y permitir que la Policía viniese a buscarme de madrugada.
Muchas gracias Ana, por la entrada de "La Justicia..." y por ésta.
Sigo con mi empeño en que cada palo aguante su vela, en obtener justicia y en sentar las bases para que un médico impostor no pueda conseguir que se lleven a la gente de madrugada, aunque sea del Opus Dei.
Para redondear, diré que la juez sabía perfectamente que yo no tenía constancia que se había emitido un certificado médico sobre mí. El certificado esta expedido "a instancia de la familia".
Estaba claro que además, era una prueba obtenida ilegalmente (informes y certificados médicos sólo se pueden entregar al interasado).
Las pruebas obtenidas ilegalmente no pueden formar parte de procedimientos judiciales.
¿Os acordáis del padre coraje?
No le admitieron las cintas grabadas porque habían sido grabadas sin el conocimiento y consentimiento del asesino de su hijo.
- Y se trataba de esclarecer un asesinato y no de dejar inservible a una mujer.
Podéis creer, que Enrique Rojas lleva desde 1999 diciendo que este certificado oficial médico, me lo entregó a mí.
Y a mí me llevan archivando desde el 29 Dic. 98, aunque en realidad los juzgados 2 y 3 de Majadahonda, fueron informados de estos dos intentos de privación de libertad, el 6 de Nov. del 97.
Pero seguí en búsqueda por deficiente mental-enajenada mental, hasta el 27 Nov. 97.
http://www.elconfidencial.com/sociedad/grandes-movilizaciones-juveniles-europa-espana-botellon-20101218-72694.html
Gracias.
¿Ves? gran diferencia con los OPus Dei, que no ponen así de primeras en sus webs, "fulanico parlamentario, pertenece al Opus Dei...etc"
Dato que es sencillamente la sinceridad de quien no tiene porqué ocultar su condición de miembro de una institución católica con todas las "aprobaciones".
http://www.pedrolamet.com/
Tú sabrás que te ha llevado a hacerme esa pregunta....
Habría que contar todos los ingresos que ha hecho este h.p. aprovechado que no correspondían.
Acabo de ver que la clínica del documento, la San Miguel, parece que la haya cogido ahora la C. de Madrid. No me fiaría ni un pelo de Esperanza con estas concesiones.
Si tengo ocasión preguntaré donde ingresó Enrique Rojas a mi paisano y en que fecha exactamente, no lo recuerdo. Estoy convencida que el cabrón lo hizo para estigmatizarlo. He visto testimonios de adolescentes que se dan cuenta ahora del desafortunado paso por la consulta de Rojas, aunque fuese de la mano de la buena fe de sus padres.
Dí de mi parte a la familia que me alegro muchísimo que no le pagasen y si no los denunció, que no duden que tenían razón.
Estoy totalmente de acuerdo contigo en cuanto a lo de "estigmatizar".
Otro día contaré.