La RTVE de Adolfo Suárez
libro de Gregorio Morán sobre Adolfo Suarez |
¡Lo que me acaba de pasar! por poco meto la pata hasta el fondo....Cuando pasen unos cuantos años, que alguien me lo recuerde, "Ana ¿qué rayos te pasó el 27 de enero de 2011?" Anotadlo en vuestras agendas. Voy necesitando un escribano, como lo debía de tener Escrivá, para que levante acta porque a mí no me da tiempo, o vivo o escribo.
En fin, hablaré hoy de Adolfo Suarez que tiene que ver con el tema. Me ha gustado mucho el libro, pero mucho. El tema no es directamente el Opus Dei, y por eso me ha agradado, porque hablando de la carrera política de un personaje tan español, tan indispensable para comprender la historia de nuestro país o lo que seamos, resulta que el Opus Dei está allí como un elemento más del paisaje, con toda naturalidad, porque así era, ha sido y para nuestra desgracia sigue siendo. Con todas sus oscuridades, pero comprendo cada vez mejor a mi amada madre que en gloria esté.
Mi madre se educó en la dictadura de Franco. Y en aquellos tiempos lo que había como me dijo una vez la madre de un alumno "el que tiene padrino se bautiza". Es decir, que los habitantes de la España de Franco no eran ciudadanos de pleno derecho, no había constitución, tampoco eran súbditos, no había rey. Eran gentes que como cualquiera luchan por sobrevivir en su situación. Había que buscarse un "padrino". Alguien, o Falange o el Opus Dei o quien fuera, que desde las alturas se fijara en tí y te ayudara a "colocarte". No se le ocurrió pensar, nadie lo pensaba entonces, que llegaría un momento de democracia en lo que lo suyo no son los enchufes, sino los méritos propios. Aunque sobre este último punto habría mucho que discutir ¿el enchufismo español ha disminuido desde 1975?. Mi impresión es que hemos cambiado de siglas, pero de métodos, no tanto.
En la vida de Adolfo el Opus Dei fueron unas muletas indispensables en su camino hacia el poder. En principio era un "don nadie", sin título nobiliario, ni dinero, ni extraodinarias dotes inteletuales, tampoco hizo una carrera brillante. Estudió leyes en Salamanca casi pasando el rato. No sabía idiomas, la cultura no le interesaba ni poco ni mucho. No era hombre de lecturas. Pero tenía ambición de llegar a lo más alto, don de gentes, presencia ¡qué importante en el Opus la presencia!, incluso un guardia civil de los que entraron en el congreso el 23F se lo echó en cara: "¿tú que te crees el más guapito?", p. 298. Y dedicó gran parte de sus energías a buscar quien lo promocionase.
Tuvo otros bastones para llegar, no sólo el Opus Dei, también Torcuato Fernández Miranda, fue un hombre clave en su vida.
Me fijo en el capítulo 10, "Cuatro años al frente de la dirección de RTVE". Adolfo llegó allí al tiempo que el "gobierno monocolor", el de octubre de 1969 que fue más opusino que nunca. Caso único en la historia en el que un escándalo financiero mayúsculo como el de MATESA, del que hablé en otro foro, en lugar de hundir al partido opusino como estaba previsto sirvió para encumbrarlo todavía más. Alfredo Sánchez Bella ¿numerario o super?, que venía de ser embajador en Italia, fue nombrado ministro de Información y Turismo. En Roma el tal Sánchez Bella había aprovechado para despellejar vivo al ministro de Asuntos Exteriores, Castiella, acusándolo ante Carrero y Franco de traidor a España por su política con el Vaticano. Pero dejaré a este ilustre opusino a un lado, que él sólo se merece un post.
Adolfo Suarez entra como colaborador estrecho del ministro de Información y Turismo, también lo eran Hernández Sampelayo y Fernández Sordo. Sampelayo y Suárez pertenecían al Opus Dei, Sordo simpatizaba. En aquel tiempo, 1969, Adolfo estaba en varios empleos aledaños al poderoso Laureano López Rodó, numerario, y en la órbita de los jóvenes con futuro de la cantera del Opus. Los tres tenían un rasgo en común, frecuentaban mucho la Zarzuela, se entendían más con el joven príncipe y con Carrero, que con el ministro.
La antipatía entre el ministro y Suarez no hizo sino aumentar. Suarez despachaba directamente con Carrero. Pero Sánchez Bella no se venía abajo. Invitaba a cenar los sábados al matrimonio Carrero Blanco en el ministerio y les ponía las películas que, como ministro de INFORMACION, o sea censura, había decidido que "no eran convenientes" para el resto de los españoles.
Dicen de aquella etapa de Suarez que trató a Juan Carlos como rey antes de que lo fuera. Le dió muchas horas en la RTVE para darlo a conocer al pueblo.
Otro elemento que es el que nos interesa es que Suarez sirvió de puente para colocar en la cúpula de Prado del Rey a los hombres del Opus Dei. Su fervor religioso y proselitista estaba en el punto más alto: por aquellas fechas, como buen supernumerario, "apostolizó" a su padre, Hipólito que era agnóstico, y a su tío Francisco, y los llevó a un retiro espiritual. El padre entendió que el Opus tenía futuro, dada la categoría social de los asistentes.
Así mismo Suarez está en la comisión interministerial de planes provinciales codo con codo con los opus dei, Emilio Sánchez Pintado y Francisco Ansón, hermano de Luis María y Rafael.
Del Opus Dei Adolfo elige, apostolado y colocaciones sí, pero nada de ducha de agua fría matutina.
Suarez crea un grupo de "valoración de contenidos", capitaneado por el tal Francisco Ansón. En julio de 1969, después de haber ganado unas "opus-iciones" de profesor universitario, un clásico en aquellas fechas, entra como psicólogo adscrito al departamento de "Gerencia de publicidad".
En aquellos tiempos también algunos españoles ejercían de "censores" y escribían cartas a la tele cuando les parecía que alguna película no era moralmente adecudada. Gregorio Morán trae alguna a la que se le da curso oficial, y Suarez, como el español escandalizado opinaba que en "Cine para todos" se proyectaban filmes con criterios excesivamente amplios".
Otro opusino Luis Angel de la Viuda tuvo el gesto feo de suspender una visita de Roberto Rossellini, que había dirigido una coproducción sobre la vida de Sócrates. "No se debe hacer nada por invitar a Rossellini". p. 463.
Pero lo más curioso son las normas que el opusino Francisco Ansón elaboró para todas las actividades relacionadas con la censura. "Anotaciones para los censores" se llamaba:
"Se deben de tener en cuenta: Intención, Contenido, Forma y Efecto. La intención debe ser honesta y digna: el contenido, positivo o al menos inocuo. La Forma, correcta y limpia, sin concesiones gratuitas al mal gusto o los bajos instintos. El Efecto, en el espectador normal, nunca puede ser nocivos"
Dice Gregorio Morán en la p. 464:
"Como en un ensayo de tomística, se iba de lo general a lo particular, o viceversa, con la audacia que da tener el mundo en un puño. Deben excluirse las efusiones eróticas y consecuentemente no se permitirán los besos apasionados en los labios, sino cuando lo exige inevitablemente la acción dramática; en cuyo caso la cámara no debe aproximarse o detenerse en la imagen de los labios. Tampoco se permitirán demostraciones amorosas en la cama, ni aquellas en que los cuerpos se hallen en posición horizontal..."
Como director de la primera Cadena en diciembre de 1970, precisa Suarez:
"El 26 de noviembre el programa Audacia en el juego, no ha cumplido su objetivo por:
Las posibilidades de presentar el cine como vehículo de cultura popular y fomentar el gusto estético en tal sentido, así como el esfuerzo por desmistificar no se han cumplido en esta emisión. Como detalles observados en el episodio de hoy se reseñan:
-Confusionismo en la trama.
-Se suscitan reacciones de desconfianza respecto a la policía.
-Se presenta el estereotipo de familia americana desunida, socialmente traumatizada.
-Se cultiva como en otros episodios el mito del "periodista detective" que viene a estar por encima de la policía."
Ni los personajes históricos más señalados se libran de escribir tonterías cuando "caen" en el lado oscuro. La coproducción "las grandes batallas" sufrió el tijeretazo de Adolfo, intentando satisfacer a los profesionales de televisión y al poder, la batalla de Stalingrado duró treinta minutos menos, las imágenes en las que aparecía la División Azul en el frente ruso fueron alteradas en el texto, y un plano cinematrográfico en el que figuraba el general Muñoz Grandes desapareció.
El poder del director de RTVE era considerable: era un juez que impartía sentencia irrevocable. Muy pocos asistían a las deliberaciones y no se puede reclamar. Tan importante es lo que sale en la tele como lo que no sale. No es anecdótico.
Adolfo puso la tele al servicio de cualquier cargo respetable dentro del Gobierno, y estos, en su mayoría opusinos, le pagaban diciendo maravillas de su instrumento. Gonzalo Fernández de la Mora, subsecretario de Exteriores, y supernumerario a la sazón, llegó a decir sin rubor que "la Televisión Española es una de las mejores de Europa."
Queridos españoles de una edad que leeis, hubo un tiempo en que en nuestros cuartos de estar se veía la tele que el Opus Dei quería. No había más que una cadena y la dominaban ellos. Fue de 1969 a 1973, no está escrito que cuando Adolfo marchó de la tele, se fueran todos los opusinos que él promovió: José M. Carcasona, Ramos Losada, Miguel Martín, Luis Angel de la Viuda (este me suena mucho como productor durante un montón de años), Francisco Bermeosolo, Juan José Bohigas, Fernando Bofill, Pablo Irazábal o Francisco Ansón.
Pero no nos quedemos con la foto fija del Opus Dei capaz de escribir un manual del censor en 1969 en un país europeo. Hoy saben prodigarse por todas las cadenas, aunque tengan la suya propia. En especial en aquellas conocidas por su nivel diremos muy "popular", y así hemos visto a Pili Urbano o a los apesebrados de Intereconomía en la Noria. Ellos también evolucionan. Y los manuales de la censura ni saben por donde andan....Hay que adaptarse o morir.
Comentarios
¿Habrá que montarle una biografía oficial como al turbo santo? Pónganse a ello, no pierdan el tiempo.
http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2011/01/28/religion-iglesia-ratzinger-celibato-rahner-lehmann-kasper-opcional-1970-benedicto.shtml
En el nº de Febrero,
"Seduccion. Enamoramiento. Revista ELLE. La ciencia del amor",
lo digo porque participa masivamente Enrique Rojas. He dejado un comentario (salían con enlaces azules y todo) y me lo han borrado.
No sé si es por la rabia de que Enrique Rojas les haya metido un gol previsto antes del juicio (porque ya está editado ese nº) o, porque esta revista sea del Opus Dei o pro Opus Dei y a la par que se le juzga, le tienen preparado el encumbramiento.
Aunque sigo en mis 13. si son familia y hermanos entre sí, no denen intervenir ni ocupar puestos desde donde se toman decisiones que afectan a la vida de los ciudadanos.
Por ejemplo, a la juez que instruía la querella de Rojas, la Audiencia le echó la bronca por no permitir e incluso le dijo q debía permitir las pruebas q solicitábamos, hizo caso omiso.
y Luis Mª Ansón, el periodista, ¿también es del Opus?