Ingenuidades fuera

Ay cariño qué gracia me hace las cosas que me dices... que si el uno es bonachón, que si te dan el pésame en el funeral, que si planteas cuestiones que otros no pueden resolver...de verdad que no me lo explico. Las convenciones sociales se les dan de miedo  a estas gentes. Viven de eso, imagínate que no guardaran las formas ¿a quién iban a captar y cómo iba a seguir adelante la máquina del mal sin el impagable servicio de las apariencias de mundanidad? Hazme caso, los que parecen buenos son los peores. Te la meten doblada. No quiero ni pensar lo que esta gente dirá de tí a tus espaldas, la etiqueta que te habrán puesto. Abre los ojos hija mía, que yo tampoco me encontré con ningún marciano ni con un terrorista metralleta en mano ni me apuñalaron de noche en el Opus cuando era numeraria.

Mucho empalago, muchas formalidades, lo de las felicitaciones de cumpleaños, lo de ir a los funerales cuando eres de san Gabriel es una costumbre más del plan de vida. Siempre hay difuntos, madres, padres, hermanos de las supernumerarias. Todo lo convencional lo cuidan mucho. Hazme el favor, pídeles dinero a cualquiera de ellos, a ver qué pasa. Me gustaría que te vieras en una necesidad real de la vida y tuvieras que echar mano de esos Opus tan bonachones que conoces, te ibas a enterar. Así fue como yo caí del guindo, cuando necesité ayuda, dinero, abogados, apoyo moral  y emocional, de las decenas de hombres y mujeres excelentes del Opus Dei que había conocido en mi vida, no pude echar mano de nadie. Para jiji, jaja vale cualquiera. Quiero burros que me suban las cuestas hacia arriba, las hacia abajo me las subo sola.



La ayuda y solidaridad, el calor humano básico para toda persona que vive en este mundo, me lo tuve que buscar en otros ambientes. Y eran mi familia, maja, como se dice en Pamplona. Para familias así, prefiero vivir con mi perro... Tengo grabado el momento en que recibí la mayor puñalada trapera de esta familia sobrenatural. Siempre confíe en ellos: ya sabes el día de santa Ana no se olvidaban de felicitar, el día de mi cumple tampoco. En el funeral de mi madre, ellas las primeras y las últimas. Les dí con un palmo de narices ese día, pero esa es otra historia.
Me enteré con pruebas fehacientes de que estaban de parte de mi acosador laboral de bolsillo. Me tuve que sentar de la impresión, como si me hubieran dado un mazazo en la cabeza. Pocas veces me ha pasado algo así, fue gordo. Y el principio del fin.

Les daís oxígeno, y hay que colaborar en quitárselo. Las máquinas destructoras de personas se alimentan de gente "estupenda" y "excelente" pero que ha perdido lo esencial, la propia conciencia. El tonto ese del que me hablas, de qué está trabajando, de barrendero en paro. Yo  también quiero ser así de tonta ¿por qué no lo seré más? Por favor, que tenemos ojos en la cara para ver y sesos en el encéfalo para pensar y darnos cuenta de lo que hay.

Sin ese uso del entendimiento para la vida ya nos podemos haber leído la Crítica de la Razón pura en su versión A y B en español y alemán que no nos sirve de nada.

Yo sé que hay lazos emocionales que se establecen y que no es fácil, pero te aseguro que buenos y todo como los describes, no darían por ti ni un pelo de su cabeza. Como me llamo Ana. A la gente la conocemos, fuera de los convencionalismos sociales, en las necesidades.

El baboseo en la sociedad es muy común, pero quien te quiere no babosea, te lo demuestra.