Queremos hechos
Soy la primera en querer que todo sean habladurías, malas interpretaciones. Gracias a Dios que no era obispo en aquellos años. Es muy difícil desmarcarse de la línea oficial de la iglesia cuando se es obispo y especialmente desde la etapa de Juan Pablo II. Ojalá todo sea bello y hermoso como decís, y como afirma Pérez Esquivel, pero son tantos chascos que hay que mirar bien.
Además si hubo curas que justificaban el hecho de que los militares argentinos tiraran al mar a los opositores al régimen, hay una diferencia entre no manifestar una oposición decidida y andar sacando la parábola del trigo y la cizaña de apoyatura a tamaños crímenes.
Es muy difícil juzgar desde fuera de un país la historia de otro. Hay que respetar las soberanías nacionales. Bastante tengo con aclararme con la propia historia de España que tan negativamente me ha afectado. Y hoy todavía hay ramalazos de esos tiempos oscuros en algunas familias. Parece mentira que estemos en 2013. No me consuela nada observar comportamientos en madres españolas actuales que me recuerdan a la mía, sólo hace que me lamente de lo caro que nos ha salido socialmente ser el guardián anticomunista de Occidente. Vaya papelón y qué desastre para la moral cívica. Fascismo conservado en las familias hasta hoy, da miedo.
No traigo a colación más que las noticias que me parecen interesantes. No sé siquiera que son los montoneros. Sí sé que la madre patria además de su lengua y su religión antigua usanza ha dejado otros restos en América nada recomendables. En concreto el tipo de iglesia católica y el tipo de relación con el poder político. Por analogía con lo que aquí se ha vivido, deduzco ciertas cosas. Y además me parece altamente significativo el hecho de que en esos países americanos hermanos fue donde más a gusto se encontraba el fundador, donde más lo mimaron. Si cogemos el mapamundi allí es donde más ha fructificado el invento.
Más luego se añade Juan Pablo II que no entendió nunca América, ni las diferencias sociales enormes de ese continente que clamaban al cielo. La cuestión no era marxismo o no marxismo. Excusas. La cuestión era la desigualdad, la miseria mientras otros nadan en la abundancia. Y eso no se puede arreglar ayudando a los militares a extinguir "el marxismo". Hacía falta justicia. Sigue haciendo falta. Justicia que no es caridad, ni limosna es justicia, equidad. Luchar por la promoción y ayuda a salir de la miseria, no como quien hace un favor, sino como quien debe hacerlo por exigencia evangélica y de justicia. El papel de la iglesia católica con la llegada del polaco a Roma ha sido de involución y de no querer entender. Y el Opus Dei en esa política ha tenido un peso decisivo.
De historia de Argentina no sé mucho, pero de a qué se dedicó ese papa concretamente, quien lo aupó al trono vaticano y cómo funciona el Opus Dei tengo algunas ideas.
Estamos deseando un cambio y hace falta esperanza, tiene muchos boletos buenos. Ojalá esté dispuesto a hacer algo, un gesto, el que sea contra los fundamentalismos eclesiásticos. El texto de Bergoglio en ese libro no puede ser más adecuado para describir el caso que nos ocupa. Parece que los está apuntando directamente.
Estamos hartos de decepciones, de que todo sean buenas palabritas y miradas de conmiseración. Dejando los insultos aparte. Y que no se mueva un solo dedo. Hartos de fachadas, de discursos contra el mundo en general, a la vez que se permite ocupar los puestos eclesiásticos a los hombres de paja opusinos. Gestos. Todos fuera ya. Ni un minuto más de opusinos trepando. Fuera con ellos. Si dicen que es tan determinado en sus decisiones que lo demuestre.
Hay que darle tiempo, que pase esta etapa de parabienes, saludos y ceremonias y nos arremangamos para coger la fumigadora. La necesidad es grande. Me parece excelente su plan de Jueves Santo, ojalá nadie le cambie su manera de fijarse en los pequeños de este mundo, no puede ser más representativo de lo que hizo Jesús de Nazaret.
Además si hubo curas que justificaban el hecho de que los militares argentinos tiraran al mar a los opositores al régimen, hay una diferencia entre no manifestar una oposición decidida y andar sacando la parábola del trigo y la cizaña de apoyatura a tamaños crímenes.
Es muy difícil juzgar desde fuera de un país la historia de otro. Hay que respetar las soberanías nacionales. Bastante tengo con aclararme con la propia historia de España que tan negativamente me ha afectado. Y hoy todavía hay ramalazos de esos tiempos oscuros en algunas familias. Parece mentira que estemos en 2013. No me consuela nada observar comportamientos en madres españolas actuales que me recuerdan a la mía, sólo hace que me lamente de lo caro que nos ha salido socialmente ser el guardián anticomunista de Occidente. Vaya papelón y qué desastre para la moral cívica. Fascismo conservado en las familias hasta hoy, da miedo.
No traigo a colación más que las noticias que me parecen interesantes. No sé siquiera que son los montoneros. Sí sé que la madre patria además de su lengua y su religión antigua usanza ha dejado otros restos en América nada recomendables. En concreto el tipo de iglesia católica y el tipo de relación con el poder político. Por analogía con lo que aquí se ha vivido, deduzco ciertas cosas. Y además me parece altamente significativo el hecho de que en esos países americanos hermanos fue donde más a gusto se encontraba el fundador, donde más lo mimaron. Si cogemos el mapamundi allí es donde más ha fructificado el invento.
Más luego se añade Juan Pablo II que no entendió nunca América, ni las diferencias sociales enormes de ese continente que clamaban al cielo. La cuestión no era marxismo o no marxismo. Excusas. La cuestión era la desigualdad, la miseria mientras otros nadan en la abundancia. Y eso no se puede arreglar ayudando a los militares a extinguir "el marxismo". Hacía falta justicia. Sigue haciendo falta. Justicia que no es caridad, ni limosna es justicia, equidad. Luchar por la promoción y ayuda a salir de la miseria, no como quien hace un favor, sino como quien debe hacerlo por exigencia evangélica y de justicia. El papel de la iglesia católica con la llegada del polaco a Roma ha sido de involución y de no querer entender. Y el Opus Dei en esa política ha tenido un peso decisivo.
De historia de Argentina no sé mucho, pero de a qué se dedicó ese papa concretamente, quien lo aupó al trono vaticano y cómo funciona el Opus Dei tengo algunas ideas.
Estamos deseando un cambio y hace falta esperanza, tiene muchos boletos buenos. Ojalá esté dispuesto a hacer algo, un gesto, el que sea contra los fundamentalismos eclesiásticos. El texto de Bergoglio en ese libro no puede ser más adecuado para describir el caso que nos ocupa. Parece que los está apuntando directamente.
Estamos hartos de decepciones, de que todo sean buenas palabritas y miradas de conmiseración. Dejando los insultos aparte. Y que no se mueva un solo dedo. Hartos de fachadas, de discursos contra el mundo en general, a la vez que se permite ocupar los puestos eclesiásticos a los hombres de paja opusinos. Gestos. Todos fuera ya. Ni un minuto más de opusinos trepando. Fuera con ellos. Si dicen que es tan determinado en sus decisiones que lo demuestre.
Hay que darle tiempo, que pase esta etapa de parabienes, saludos y ceremonias y nos arremangamos para coger la fumigadora. La necesidad es grande. Me parece excelente su plan de Jueves Santo, ojalá nadie le cambie su manera de fijarse en los pequeños de este mundo, no puede ser más representativo de lo que hizo Jesús de Nazaret.
Comentarios
http://www.europapress.es/sociedad/noticia-pontificado-papa-francisco-recibe-audiencia-privada-exvicario-opus-dei-argentina-20130321124818.html
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/03/23/actualidad/1364057234_327032.html
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/03/24/actualidad/1364087082_791943.html?rel=rosEP