Vampirizando

De Enrique López no sé.

Imagino que traer el link a esa entrevista radiofónica de la periodista conocida por ser CyL se debe a que el libro de la psiquiatra lo prologa Enrique Rojas. Y que la dicha psiquiatra huele a OD. ¿Numeraria fagocitando el trabajo del psicoanalista y neurólogo Cyrulnik? es un clásico opusino, a la caza de lo que hay por el mundo para vampirizar y usar en su beneficio. Da consejitos y como le han puesto el gentilicio "español" a la palabra resiliencia, la jugada completa. Ahora quien se refiera en la península ibérica a este palabro tendrá que darse una vuelta por estos "expertos" representantes.

Hagamos justicia nombrando al autor que puso de moda en verdad la palabra resiliencia, que escribió libros sobre el tema. Con testimonios de superación reales de la vida, como el suyo propio aunque no se considera un resiliente lo es. Con 8 años ser un niño judío perseguido por la Gestapo y salvado de la muerte segura por algunas almas bondadosas para luego comprobar que toda tu familia ha fallecido en Auschwitz te hace un resiliente y un superviviente. Qué cara tienen algunos. Formando parte de la mitad del mundo que oprime a la otra media, a colgarse las medallas de las víctimas, y a dar consejitos sin tener ni idea de lo que es sobrevivir y sobreponerse al sufrimiento.  Ellos no tratan de ayudar. La resiliencia es una pegatina más que añadir a la operación marketing. O un banderían de enganche. Un señuelo. A ver quien pica por ahí, y quien pica por allí. Y para que piquen hay que saber escoger atractivos cebos.



Me gustó mucho la Autobiografía del espantapájaros de Cyrulnik, el espantapájaros es la persona que se ve rechazada por la sociedad. Cuando se sufre no se necesitan los consejitos de todos estos psi a la búsqueda de víctimas inocentes a las que sonsacar. Se necesitan la escucha, la invitación a la palabra, poder hablar y sentir que lo que se dice no cae en saco roto. El apoyo o el desprecio, del que tanto saben ellos, puede cambiar una vida. El hecho de poder contar porque alguien escucha atentamente y empáticamente es toda la diferencia entre poder sanar las heridas o que el peso del sufrimiento te aplaste. De todo ello habla Cyrulnik en su libro, a través de sufrimientos de personas del mundo que no se ocultan y dan testimonio de cómo superaron los embates de la existencia. Sin pretender aureolas ni siquiera derecho a estampita. Simples seres humanos que lucharon por sobrevivir, no para hacer propaganda de su propia vida ni para servir de ejemplo.

Qué lata con los que siempre andan dando lecciones hasta con la mirada. Hartazgo.