TODO ESTABA PREVISTO (I)

La España en la que florece el Opus Dei. Contexto internacional.

Desde  1944 USA tenía su plan para España, nunca tuvieron impaciencia por echar al Dictador ni prisa por que los ciudadanos españoles recuperaran su soberanía. Más bien consiguieron convencer a Indalecio Prieto de que si se renunciaba a la oposición, intervendrían contra Franco. Mentira, en los años 40 hasta don Juan de Borbón sabía que nadie pensaba invadir España para echarlo.

España y Portugal tenían un papel en las alianzas militares de la guerra fría. Bases militares americanas en el territorio, configuración socioeconómica favorable a los intereses usamaericanos. “que España se quedara aislada” significaba salirse de ese papel que USA nos había dado en su particular e interesado tablero geoestratégico.

 

El apoyo de USA a la Dictadura fue proyectado más allá de la persona de Franco. Desde 1952 y antes la estrategia era tener a la oligarquía franquista contenta y asentada e ir ganando para la misma causa a los grupos de oposición el régimen que fueran surgiendo.  Ayudar económicamente a España para que España ayudara alos objetivos políticos americanos.

Papeles de la embajada norteamericana en Madrid de 1959 así lo demuestran: muerto Franco España tenía que seguir siendo “prooccidental”

En 1967 F. Franco Salgado Araujo comunicaba al Dictador español los planes de la CIA para cuando él muriera: dos partidos uno de carácter socialista y otro democrático, que deberían tener su expresión en dualidad similar en el campo universitario y sindical (Del libro “Mis conversaciones privadas con Franco”)

Lo mismo pasó en Portugal, Mario Soares consiguió ayuda de EEUU y sus aliados europeos para un partido socialista portugués. Hasta Miterrand y Felipe González ayudaron cuando llegaron al poder dando un dinero del que Soares no daba cuenta a nadie, ni siquiera al propio partido socialista portugués. Soares recibió dinero a cambio de cooptar dirigentes incondicionales, marginar a los críticos y desde el gobierno acabar con la influencia de los comunistas.

Ante la escalada de disturbios en nuestro suelo, Nixon dijo a Franco en 1970 que hiciera el favor de darse prisa en poner al Príncipe y de quitarse él de presidente del gobierno. Franco lo hizo a su modo, fue en 1973 cuando puso a Carrero. Carrero era un problema, por una parte garantizaba la subordinación de España a la Coalición de la guerra fría pero por otra era demasiado franquista para poder pilotar la transformación del régimen en uno democrático. ¿Solución? Carrero voló. 20 años después seguía sin saberse si se facilitó el magnicidio dejando hacer. Más cuando se vió el cinismo de Franco capaz de decir ante este atentado perpetrado contra uno de sus más fieles colaboradores: “no hay mal que por bien no venga.”

Tras la muerte de Carrero, Franco puso un gobierno y encaminó las cosas más al gusto de Washington.

 

Los acontecimientos en nuestro país se han sucedido a pedir de boca para USA.

Con una módica inversión político-monetaria, aprovechando la desestructuración en la que la dictadura dejó la sociedad desde los años 60 se aplicaron los planes de cooptar, financiar y proteger partidos de las más variadas etiquetas.

Los “partidos” fueron organizados como si se tratasen de sucursales de un centro estratégico supranacional. A los electores se les asignó la función que hoy tenemos: consumidores del mercadeo de votos entre equipos cooptados que competirían entre sí en régimen de oligopolio.

Lo que pasó con la revolución de los claveles en Portugal en 1974 lo muestra bien. Fue un movimiento imprevisto por el gran hermano USA. Había que ahogarlo. Y sobre todo evitar el contagio a España. Los alemanes no querían que USA actuara en España y Portugal como había hecho en Chile, matando a Allende y poniendo un Pinochet. Y se ofrecieron a penetrar en la España democrática a través de los partidos políticos, cooptarlos, financiarlos, darles apoyo desde la República Federal Alemana.

El 19 de julio del 74 Franco tuvo un arrechucho. Inmediatamente los alemanes organizaron Suresnes. Allí reunieron a un millar de militantes escindidos del PSOE histórico, a la cabeza pusieron a González Márquez. Una campaña de marketing dio a conocer en España a gentes hasta entonces desconocidas, aislando a los militares de Unión Militar Democrática, que se estaban organizando sin ayuda exterior.Y que Joan E. Garcés identifica como una posibilidad de democracia desde la base y desde dentro del país.

Los restantes partidos del parlamento alemán cooptaron y financiaron partidos homologados, y con unos pocos millones nos organizaron la vida. Entonces España era la segunda potencia mundial en pesca, la 11 en producción industrial, la primera en Europa en exportar fruta y verdura.

La transición española apuntalada por la Coalición bélica de EEUU fue elevada a modelo para América Latina.

Los grupos que en 1977 emergieron controlando la escena política eran los que habían sido financiados por la Coalición de la guerra Fría. Antes de la muerte de Franco, Carrillo ya se había comprometido a reconocer la monarquía de Juan Carlos a cambio de la legalización del PC.

Los cooptados para políticos se debían más a sus fuentes extranjeras que los sostenían que a los ciudadanos. Y se comprueba en el desfase ente las propuestas políticas de Carrillo y Felipe González y sus prácticas políticas. Hasta 1976 postulaban elecciones libres, dejar que los españoles decidieran la forma de gobierno, gobierno provisional. Buscaban atraer votos y una vez en el poder, hacer lo pactado a las espaldas del pueblo.

Con lo que había y se encontraron, no tenía sentido en 1976 hablar de gobierno provisional ni de elegir la forma de Estado en referendum, cuando había grupos financieros y Estados que habían decidido lo contrario desde décadas atrás. Ya Nixon en 1971 había enviado a su embajador a Madrid para que convenciera a Franco de que nombrara a Juan Carlos, u antes Giscard lo había recibido como rey…

En 1976 ¿dónde estaban las organizaciones nacionales españolas independientes para sostener que la forma de Estado la iba a decidir el pueblo?

En 1970 según un informe sobre la situación social de España publicado en NY, 1976, casi el 50% de los españoles querían república, el 30 el régimen que había y la monarquía el 20%.

El acuerdo entre Franco y el Borbón se había auspiciado desde EEUU desde 1944-45.

El equilibrio de la nueva monarquía aceptada por los militares por habser sido orden de Franco, fue difícil. Juan Carlos dijo que “No quería hacer de los vencedores de la guerra civil los vencidos de la democracia” (Libro de Villalonga de entrevistas al Rey) Pero esta declaración fue agua de borrajas, porque haberla llevado a cabo habría supuesto revisar críticamente la dictadura que le hizo rey.

Así se postergó la recuperación de la memoria histórica ciudadana y de sus raíces como nación soberana y democrática.
Así se obvió lo obvio: que gran parte de la población identificaba “España” con la negación de los derechos ciudadanos y nacionales. No era una cuestión de nombres. Tanto en monarquía como en república se pueden asumir valores republicanos.  Son cuestiones materiales, no formales, de soberanía popular, de libertades cívicas, igualdad y solidaridad social, independencia de España en la comunidad internacional o su negación con variados pretextos como tenemos ocasión de comprobar en repetidas ocasiones.