COMO ENTORPECER INVESTIGACIONES
Pero el enfrentamiento más sonado
fue el del SJ Von Balthasar que les reprochó ser integristas. Se comenta que la
iniciativa de ese artículo pudo llegar desde el terzio piano Vaticano. Aunque
también cuenta que los opus de Zurich quisieron absorber una asociación
católica universitaria rival en esa ciudad.
Le Vaillant, apellido adecuado,
resumía en Le Nouvel Obsservateur las relaciones SJ/OD: “Al principio la
compañía observó con sonrisa indulgente esa evolución los jesuitas disfrutan de
una inteligencia más fina, de una espiritualidad más profunda….pronto la
sonrisa comenzó a helarse y más tardes se transformó en mueca. El Opus en
efecto empezó a cortejar a una clientela tradicionalmente reservada a la Compañía, la alta
burguesía., los recelos se multiplican y también las escaramuzas…”
Los SJ eran para Escrivá “los de
siempre”, los que les habían hecho mucho mal. Aunque en realidad Escrivá saqueó
literariamente, literalmente y arquitecturalmente el patrimonnio jesuitíco. OD
ocupó el hueco dejado por SJ, hubo un edificio en Izarra donado por una familia
a SJ y luego adquirido por OD. Los SJ rechazaron ocuparse de la educación del
futuro príncipe y rey, OD desde el año 47 anduvo detrás de ese puesto.
OD imparte una formación que
moldea a sus neófitos en el modelo tridentino, vayan donde vayan en el mundo.
SJ con sus dudas y flexibilidades, tolerantes, puntos de vista abiertos, se
amoldan a las culturas.
En 1969 el Vaticano quiso
investigar OD. Para evitarlo, Escriva convocó un Congreso que duró años. El
cardenal Villot, mano derecha del Papa, envió una carta pidiendo los nombres de
los OD que trabajaban en la curia. Eso es no estar informado sobre la empresa
que uno mismo dirige. Dos años más tarde pidió a Escrivá garantías de que los
opus en la curia no violaban el secreto profesional. Escrivá hacía aspavientos
y rezaba por “sus perseguidores”, mientras nos consta que no sólo violaban el
secreto profesional sino que se quedaban con los sellos y emitían comunicados del “Vaticano” a la Asamblea Conjunta
de Obispos y Sacerdotes a espaldas de los mandatarios de la curia y del Papa.
Los trabajos del Congreso General
se alargaron durante años. Escrivá veía que con Pablo VI de Papa no iba a
conseguir su objetivo de ser una Prelatura. En 1974 el OD tenía redactadas unas
nuevas Constituciones “adaptadas al Concilio” con sólo 194 normas. En el 75
muere Escrivá sin haber terminado el Congreso, lo que le permitió interceptar
la comisión de “investigación” vaticana, qué osadía el OD no es un objeto
invesigable.
Por tanto a su muerte quedaban
los curas como IS y el resto instituto de vida en común sin votos de carácter
diocesano dependiente del obispado de Madrid desde 1943.
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