ALABANZA DE FINES

DE CARRERO hace un largo panegírico y elogio. Que parece un escrito “pro beatificación”.

Me quedo con que LLR era su hombre de confianza plena, a todas horas disponible, gran conocedor de la Administración y de la vida pública. También por JM Gamazo Manglano, que no sé si tiene alguna relación con el Manglano del futuro CESID.

Cuando tuvo lugar el atentado que le costó la vida al almirante, diciembre de 1973, me ha llamado la atención la piedad del gobierno: los ministros hicieron turnos para velar el cadáver.

San Martín sugiere que Lydia Falcón sabe sobre el atentado contra Carrero y el atentado de la calle Correo. No entiendo a qué se refiere. El atentado de Carrero lo presenta San Martín como un gran fallo de los servicios de Seguridad y de Información. Al parecer los etarras que pusieron el explosivo alquilaron un piso en un subsuelo de la calle Mirlo, 1, y desde allí cavaron el túnel para poner el explosivo bajo la calzada. Que por lo visto había informes anteriores de terroristas actuando en Madrid pero que no se actuó. Y que como fue un fallo tan evidente del régimen no se quiso ir hasta el final de la investigación. Muerto Carrero, muerto Franco, pasamos a otro tema.

LA SEGUNDA PARTE del libro "Servicio especial" examina estamento a estamento cómo iba la subversión entre 1969 y 1973:

en el mundo religioso  trae diversos apartados significativos de la importancia que tenía para la dictadura el control de lo eclesiástico como fermento de lo ideológico, fundamental para controlar a la población:

 -secuelas de la “guerra de liberación” en la iglesia, llama “guerra de liberación” a la guerra civil,

-crisis en la iglesia española,

-el Concilio y sus efectos,

-el problema separatista agitado por los curas ¿quién sino?,

- la jerarquía,

-las órdenes religiosas,

-el clero secular,

-las organizaciones apostólicas y seculares,

-la iglesia subterránea o comunidades de base

Luego trata sobre la subversión en la enseñanza, en el mundo laboral, en los medios de comunicación, en el mundo cultural, en las fuerzas Armadas y el separatismo.

Un amplio barrido buscando rebeldes al último régimen fascista de Europa occidental.

Y creando rebeldes para infiltrar a los pocos valientes que se atrevieron a decir “esta boca es mía”.

Si nos pensamos que todo esto no ha dejado una huella en el pueblo y la cultura española estamos muy equivocados.

Es la desventaja de disfrutar de un régimen militar con protección oficial por parte de las “democracias liberales” potentes. Qué mala suerte ser español y luchar por la libertad, destinado al hundimiento por tierra, mar y aire, y nunca mejor dicho.

Ya he dicho que estoy estupefacta de que este hombre perteneciera a Opus y se expresara como lo hace al respecto, totalmente tapado.

Pero acometo el tema, nos incluye en el apartado “organizaciones apostólicas y seculares”. De la ACNP a pesar de algunos discolos con tendencias democristianas, colaboradores de “Cuadernos para el diálogo”, asegura que no dio problemas.

De Acción Católica, lamenta el alto grado de politización en esos años de JOC y HOAC, además de infiltración comunista.

Entre tanto “infiltrado” de unos y otros me pregunto si quedaba espacio para los “auténticos” en las organizaciones españolas de la época. La traición es la divisa.

“Dentro del Opus Dei las tendencias eran muy dispares políticamente”. Esta frase según mi opinión le sitúa como uno de ellos, o era tonto, porque cualquier observador como él y servidor de la información estatal, no puede dejar de ver que Opus es un monolito de poder. De ahí la admiración que despierta en sus émulos atacados de la misma pasión por el mando.

“Junto a la presencia de miembros de la Obra en los Gobiernos sucesivos muchas de las críticas más duras a los mismos y encubiertamente incluso al régimen así como informaciones nada gratas procedían del periódico Madrid, y en cierta época de la agencia Europa Press, con control uno y la otra de miembros del Opus y apoyadas en ocasiones por el propio consiliario de la Obra en España. También en este caso la pluralidad de opiniones y la autocrítica encerraban el riesgo en frase de Pablo VI de la autodestrucción.”

Con respecto al periódico Madrid lo más sensato y sincero que he oído al respecto lo dijo Miguel Fisac en la Clave. Cuando se enteró de que sus antiguos compañeros de armas se habían hecho con el diario aseguró: “estos van a que Franco los meta en la cárcel”.

Saber que hay un consiliario es mucho saber, lo saben dentro, no pinta nada, es una figura de paja, de cara a la galería. Los que mandan estaban más arriba que el consiliario.

Luego viene la "alabanza de fines", toda una confesión de la simbiosis Opus- régimen franquista, que como casi nadie se va a molestar en leer (el libro es un poco tostón), no se han preocupado en quitar de en medio:

“Aunque el Opus no era bien visto en las organizaciones del Movimiento y muchos le atribuyeron la responsabilidad del desgaste del régimen, lo cierto es que hubo más apoyos al sistema de hombres procedentes de la Obra que posiciones hostiles. Y si es verdad que los que pudiéramos llamar “colaboracionistas” eran evolucionistas en el plano político, eran absolutamente ortodoxos en materia de comportamiento religioso, de modo que nunca hicieron el juego a quienes siguiendo corrientes disgregadoras de la Iglesia la mayoría de sus planteamientos eran netamente subversivos. En este aspecto, el régimen tenía que estimar las grandes muestras de imparcialidad y hasta las colaboraciones prestadas en el ámbito religioso para contener las tendencias progresistas. Mientras que un sector avanzado del clero lograba penetrar en los medios de comunicación social, apoderándose materialmente de las secciones de información religiosa de los principales periódicos, sacerdotes de la Obra, tanto en la Agencia Europa Press como en televisión, les daban la oportuna réplica. Precisamente en televisión, el Gobierno no cedió a las presiones que le venían de un sector del episcopado, para intervenir en medio de comunicación tan importante, ellos o quienes designaran a tal fin.”

Se refiere evidentemente a Urteaga y Dorronsoro, que eran los clérigos opus con espacio televisivo para dar las buenas noches a los españoles de la época en la única cadena existente en el país. Pienso en personas cercanas, muy creyentes, totalmente engañadas por esta fachada opus, buenos ciudadanos, buenos padres, buenos profesionales, gente a la que no había un pero que ponerle, totalmente ignorantes de lo que Opus escondía y esconde tras una imagen tan santa, correcta, católica y ortodoxa.

Sufrideras sin cuento para salir de la ignorancia y la inocencia al respecto.