ELITISMO CATÓLICO IN NORTH LONDON

vice.com

Es posible que este artículo sea un encargo, hay que hacer apostolado en todos los ambientes. Pero me ha hecho gracia. Por otra parte Ruizma sufragó abundantemente esta residencia según sabemos por el caso RUMASA  (financió con préstamo barato Netherhall House, a través de la isla Guernesey)
 

Mi vida con el  "Opus Dei"

Todos tenemos un par de anécdotas en la recámara que sacamos a relucir ya sea en las acostumbradas charlas del "botellón" juvenil o en las reuniones sociales de los adultos. Como joven "queer" que suele llevar tops femeninos de lentejuelas, pendientes y barra de labios, mi anécdota personal suena así: "Estuve un año viviendo en una casa común sólo de hombres dirigida por una secta católico-romana llamada "Opus Dei". 
Tras estas palabras mágicas se olvidan completamente durante al menos cinco minutos todos los temas de conversación y la gente me bombardea con preguntas sobre porqué y sobre todo cómo pudiste sobrevivir la mayor parte del año 2010 en semejante lugar "hiperreligioso", en el que se practicaba el celibato, no se podía salir más tarde de medianoche y sobre todo estaba prohibida la entrada a las mujeres. Mi respuesta estándar es más o menos: "Fue un error". Lo que simprlifica  bastante pero sin embargo no refleja exactamente lo que pasó.

En mi adolescencia fui una persona muy religiosa. Mi último año de escuela lo pasé dudando entre irme a una carrera universitaria, a una escuela de actores o entrar en una orden religiosa.  En mi tercer año de universidad dejé de ir a la iglesia cada semana, empecé a fumar, a beber y me introduje en las drogas. Hice mi "salida del armario" primero como homosexual, luego empecé a  vestir ropa de mujer. Para los exámenes finales todo el mundo ya se había enterado de que era bisexual. 
Ese año y tras mi graduación decidí matricularme en un curso de derecho para graduados en Londres. Había empezado la recesión y me mantuve a flote gracias a un crédito. Buscando en internet un alojamiento  barato y temporal dí con Netherhall House en el norte de Londres. Cuando llegué al lugar fui recibido por el director, Peter. Peter me preguntó que iba a estudiar en Londres, le expliqué que acudiría a la Facultad de Derecho y me contestó: "yo estuve trabajando como jurista en   Allen & Overy [una firma muy prestigiosa de abogados londinenses], antes de que se me pidiera que trabajara aquí."

El autor del artículo en sus años universitarios

El uso de la forma impersonal en esa fórmula "se me pidiera" fue la primera señal de la presencia del "Opus Dei" (Obra de Dios, también llamada por sus miembros "La Obra" "das Werk" en la trastienda de mi nueva residencia.   Netherhall House fue fundada en  1966 en North London como residencia universitaria masculina. La fundación tuvo lugar bajo el patronazgo espiritual y financiero del  "Opus Dei".
Es algo difícil explicar qué es exactamente el "Opus Dei" a los católicos normales, no digamos a las personas que están fuera de la iglesia católica. La Organización fue fundada en 1929  por el cura español  Josemaría Escrivá, hoy santo. El armazón espiritual del "Opus Dei" consiste en que la santidad no sólo se encuentra en la convento o la consagración a la iglesia, sino también en el ejercicio de las tareas cotidianas. La organizacón "Opus Dei" es una de las más controvertidas dentro de la iglesia católica y sus críticos la tachan de cerrada y elitista.

"Opus Dei" representa una ética externa del trabajo muy estricta, es quizás el motivo por el que muchos de los que allí vivían, de los cuales algunos o al menos sus padres eran miembros, estaban matriculados en los más prestigiosos másteres de Londres. Muchos eran españoles, latinoamericanos o polacos y habían estudiado en las mejores universidades de sus respectivos países, antes de llegar a Londres para continuar estudios. Las carreras predominantes eran Ciencias Naturales, Medicina y Economía.

Escrivá mismo es la causa de muchas controversias que rodean al "Opus Dei". Los miembros de la organización lo llaman "el Padre", por documentos históricos y por sus propias cartas sabemos que se puso al lado del ejército de Franco el dictador fascsta para luchar contra el comunismo. Aunque se trata de una organización religiosa, para nada política, me quedó claro que todos los que allí vivían procedían de familias ricas de ideas extremadamente conservadoras a la par con sus convicciones religiosas.

La Organización compuesta en su mayoría por laicos tiene tres tipos de miembros. Peter era un Numerario, es la forma más comprometida de pertenencia. Son el 20% de los miembros del "Opus Dei" y viven la regla del celibato en casas separadas del otro sexo. Normalmente tienen trabajos en los que ocupan puestos destacados: médicos, banqueros, juristas. Todo su salario lo entregan a la organización. De manera discreta Peter me contó un día que él tras 4 años de ganar muy bien como abogado y dar todo ese dinero al "Opus Dei", le pidieron en la Obra de Dios que se despidiera y que iniciara una nueva carrera como director de  Netherhall. ¿Sabían los colegas de Peter de su vida más allá del trabajo, de su compromiso de celibato del por vida con el "Opus Dei"? es difícil saberlo, pero la discreción, (el secretismo como lo llaman los ex miembros descontentos) es un aspecto muy importante en la forma de funcionar del "Opus Dei".

Los supernumerarios forman la parte más importante del "Opus Dei". Son gente normal, a menudo casados, con hijos, que en las cuestiones de fe se orientan más por lo que les dice el Opus Dei que por su parroquia. La política laborista  Ruth Kelly, ministra con  Tony Blair y Gordon Brown, por ejemplo es una supernumeraria del  "Opus-Dei".

Las mujeres no podían entrar en la casa, ni como residentes ni como huéspedes. Después de 7 años como adolescente femenino en un instituto la universidad me había dado más libertad, no sólo por la presencia de mujeres. Ahora me encontraba en un lugar dominado por hombres, no podía hacer nada al respecto.

Por una gran parte me había separado de mi masculinidad y en ese lugar no encontré la típica conducta masculina de la escuela, pero la casa estaba llena de hombres, que representaban una nueva masculinidad, profundamente religiosa y nostálgica por un pasado que nunca existió. Por ejemplo uno de los residentes, Frank de 25 años, era un apasionado fumador de pipa.Otro, Luca, cortejaba a una chica de la residencia femenina "Opus Dei" como si estuviéramos en los años 40. Había un par más que seguramente eran  "queer" pero no lo decían. Mis intuiciones se vieron confirmadas años más tarde cuando los ví en East London en un club para homosexuales.  Eran hombres que tenían tanto cuidado en hablar de las mujeres con gran dignidad y respeto, que hacían de ellas un "otro", algo extraño que les servía sólo de pantalla de proyección de sus propios miedos. 

El autor el día de su Confirmación

Cuando digo que las mujeres tenían prohibido entrar en la casa no es cien por cien verdad. El "Opus Dei" dispone de un tercer tipo de miembro: las numerarias auxiliares. Sólo son mujeres que también viven el celibato y que se ocupan del cuidado de los centros ( por ejemplo de la limpieza) y de las casas como  Netherhall. Cada mañana a las 9 se abría la puerta de la habitación de Peter era una señal de que era el momento de dejar mi habitación al menos durante dos horas. La puerta de la planta baja que conducía a la escalera de las habitaciones se cerraba hasta las 11, así no podíamos entrar en contacto con las mujeres invisibles, que diariamente ordenaban y limpiaban nuestras habitaciones. Una vez por error me quedé encerrado. La numeraria auxiliar que me vió, bajó inmediatamente la mirada, parecía atemorizada. Sin decir una palabra se fue corriendo por el pasillo hacia la escalera de incendios.

La misoginia es uno de los reproches más frecuentes contra el  "Opus Dei". En 2002 Isabel de Armas ex numeraria publicó un libro  Ser mujer en el Opus Dei, en el que acusa a Escrivá de misoginia y megalomanía. Acusa a la propia organizacón de marginar a las mujeres miembros y de hacerlas vivir en un sometimiento total.

El entorno extremadamente tradicionalista tuvo un influjo en mi manera de vestir. Dejé de usar maquillaje y sólo me ponía ropa de hombre. Al cabo de pocas semanas empecé a evitar las comidas en común, aunque las había pagado. No tenía nada que hablar en la mesa con aquellas personas. La familia con la que vivía era amable y me pidieron de buenas maneras en varias ocasiones que participara más. No eran mi familia. Las invitaciones hicieron que hacia Adviento me encerrara más en mi habitación. Ya tenía pensado cambiarme de casa después de Navidad, pero la falta de dinero me lo impedía y además tenía que terminar el curso en la universidad.

Cuando llegó la primavera me visitó una o dos veces otro residente, era un polaco que parecía estar tan a disgusto como yo en ese ambiente. Había empezado a hablarme y le invité a un par de vaso de vino en mi habitación, para ser sincero lo invité porque no tenía Internet. Me explicó que estaba haciendo un máster pero que prefería ser peluquero. Fue el primero que me puso en contracto co la la droga Mefedron que entonces era todavía legal y que nos hacíamos enviar por correo. Mefedron es una droga asociada a los homosexuales, era muy divertido consumirla para ser medio sociable en ese ambiente en el que la sexualidad está tan severamente vigilada como se pueda imaginar.

En nuestras desinhibidas charlas le expliqué una y otra vez que era bisexual y que tenía unos padres muy religiosos, que sólo le habían dejado ir a Londres con la condición de vivir en una residencia religiosa.  Pude ver por sus pendientes y su barba que no tenía nada que ver con la sociedad en la que vivíamos. El efecto del alcohol le hacían parecer casi irreal, com un amigo imaginario que nace de la pura soledad. Los dos sabíamos que todo era pasajero, y que por lo demás no podía haber entre nosotros ninguna verdadera amistad.

Ex miembros enfadados reprochan al "Opus Dei" que es una secta y dicen que la organización recluta por medio de métodos agresivos. No tengo dudas de que aquel año lo intentaron un par de veces, pero no puedo decir que Peter, los empleados o los otros residentes intentaran reclutarme. Quizás era para ellos un caso perdido, aunque eran demasiado amables para decírmelo a la cara. Mi estancia en  Netherhall fue un viaje espiritual. Rodeado de hombres que vivían la mejor forma de masculinidad que yo podía representarme y que al mismo tiempop me pareció increíblemente insólita.  Reconocí de una vez por todas que ese sexo no podía ser salvado por la religión. 
Escrivá, el "Padre", según la tradición se pegaba tan fuerte con unas cuerdas para mortificarse que dejaba su celda llena de sangre. Algunos de esos castigos corporales todavía se usan hoy.
De mi encuentro con el "Opus Dei" aprendí que en toda mi vida podré castigarme ni mental ni corporalmente. Dejé Netherhall sabiendo que el catolicismo sería para mí importante pero que había trascendido su realidad cotidiana y que no viviría según sus principios básicos.