ESPAÑA, UN GRAN MANICOMIO
Explicación ya en 1938 de sucesos posteriores que
recientemente nos han contado, p.e. robo de niños, estaba en el programa y lo formuló Vallejo Nájera o Nágera, otro que disfrutaba cambiándose el nombre:
“Nuestras esperanzas de justicia no quedarán defraudadas, ni
tampoco impunes los crímenes perpetrados, lo mismo morales que materiales.
Inductores y asesinos sufrirán las penas merecidas.
Unos padecerán emigración perpetua –así fue- lejos de la Patria a la que no supieron
amar, a la que quisieron vender, a la que no podrán olvidar, porque también los
hijos descastados añoran el cariño materno.
Otros perderán la libertad, gemirán durante años en
prisiones, purgando sus delitos, para ganarse el pan, y legarán a sus hijos una
mancha infame: los que traicionan a la Patria no pueden legar a la descendencia
apellidos correctos.
Otros sufrirán el menosprecio social, aunque la justicia
humana les haya absuelto de sus culpas, porque la justicia social no les
perdonará y experimentaran el horror de las gentes que verán sus manos teñidas
de sangre…..
OTRA PSIQUIATRÍA ES POSIBLE
Emilio Mira y López
catedrático de Psiquiatría en la
Autónoma de Barcelona exiliado en 1939, escribió en 1943 Psiquiatría en la guerra. Sus
reflexiones no estaban tan ideologizadas y eran más ajustadas a la realidad que
las de los psi franquistas.En contra
de lo que pensaban los psi de Franco, y también Escribá ensalzaba la guerra, la
guerra podía ser considerada como una neurosis colectiva, una tentativa para
descargar los impulsos libidinosos largamente reprimidos, diría Freud. La guerra
significa ausencia de amor e implica un modo de sobrevivir nuevo en unas
condiciones en las que predomina la violencia, la fueraza, la hostilidad sobre
la persuasión de la razón. En contra de los psi de Franco, Mira opinaba que la
guerra privaba al hombre de sus dimensiones espirituales y trascendentales,
limitándolo a una vida natural, simple y salvaje para asegurar la
supervivencia.
También se dio cuenta de que cuando la guerra se hace
demasiado larga, la gente tiende a la apatía y la depresión, como si nada le
importara, sólo deseaba paz y tranquilidad. Eso fue lo que ocurrió con la larga
guerra de Franco, él la necesitó larga y dura para extender el terror así
afianzar su poder, no sólo como militar, también como político.
La guerra pudo durar
año y medio menos, la batalla del Ebro fue un sin sentido, no era un punto
estratégico pero Franco se empeñó en aplastar al ejército republicano en 1938
en vez de seguir a Barcelona y acabar de una vez. Hartó a todo el mundo con su
voluntad de machacar y no dejar títere con cabeza detrás aunque se tratara de
un terreno yermo y casi un desierto. Lo mismo pasó en Belchite y en Brunete.
Lugares sin importancia en los que se luchó palmo a palmo. Por no hablar de la
“conquista” de Toledo en vez de dirigirse a Madrid. La República pudo organizar
en ese tiempo la defensa de la capital.
Con la falta de táctica que le reprocharon militares
expertos, F. reforzó su poder y supremacía política que no tenía en 1936, al
comienzo del golpe era un “segundón”. El Director era Mola y el futuro Jefe si
triunfaban era Sanjurjo. Ambos fallecieron oportunamente en sendos accidentes
de avioneta.
EXALTACIÓN DE LA
GUERRA
López Ibor, al que conocí en la última etapa de su vida como
psiquiatra de cabecera de la opusina revista Mundo Cristiano, expuso en El
español y su complejo de inferioridad su forma de ver las cosas. Para abrir
boca, otro exaltador de la guerra:
“La convulsión que sufrió España durante la guerra civil
representó una coyuntura inmejorable, porque gracias a ella se pusieron al
descubierto, en una y otra parte, las raíces más profundas del hombre español.
Es como si se hubiera desgarrado en sus carnes y nos hubiera enseñado sus
entrañas como pudiera hacerlo trasn un terremoto.”
“Así el español en esta terrible purificación de la guerra,
se ha podido purificar como pueblo y como destino, y tras la noche oscura de
una vida sin profundidad, entregado a remediar su necesidad cotidiana ha
sentido la iluminación súbita de su propia esencia”.
No era cuestón de hacer estudios de campo, ir con un
micrófono y hacer tests por las calles. Estamos hablando de la “esencia de lo
español” Estas personas no habían padecido las miserias del pueblo llano
vilipendiada, torturada, vejada hasta extremos inhumanos. Así la guerra vista
desde la barrera “purifica”, pero a otros, no a ellos.
Cuando el español se hallase totalmente fundido con su
esencia, su vida tornaría a su prístina gloria esencial….El español era
portador de valores eternos y depositario de una forma de cultura, cristalizada
en un designio católico y universal.
Habría que ir a mirar Camino
y los puntos de exaltación de lo “católico”. La ideología es la misma. Aunque
ambos, padre espiritual e hijo psiquiatra, caen en equívoco, puesto que el
catolicismo que ellos propagaban era muy español y poco universal.
En el hombre hay cuatro dimensiones según LI, dos en
superficie u horizontales y dos en profundidad o verticales. En el hombre
español estaría escasamente desarrollada la dimensión horizontal. El español
poco apto para el amor humano, la filantropía y la democracia. “Por ello ha
fracasado entre nosotros la concepción rousseauniana y todo género de doctrinas
que sobre ella se asienta. No han podido anclar en nuestras tierras ciertas
doctrinas sociales filantrópicas…” Sí, claro, primero pasa la apisonadora
franquista ametrallando jornaleros por los pueblos, bombardeando población
civil con ayuda de Hitler y Mussolini además de con la ayuda de los marroquíes
del Rif, sembradores todos ellos del horror, y luego una vez que el ejército ha
pasado apalstando, resulta que es que el español no está hecho para la
democracia. Hechos consumados y justificación a posteriori.
El español, hombre de esencias, caracterizado por su
posición erecta dura y difícil ante la vida, raíz de su heroísmo y muchas de
sus desgracias. El español necesitaba cultivar el estoicismo y la sobriedad
para no salirse de madre. La ideología de L.I seguía la huella del
menendezpelayismo y de Ramiro de Maeztu.
Al renovado espíritu español le cabía la gloriosa misión de
alumbrar un hombre nuevo. Había que reconquistar aunque fuese espiritualmente
el imperio perdido. Lo que era posible a través de la religiosidad intrínseca
en el auténtico vivir español y adoptando el mundo religioso como forma de vida
social.
La realidad es que la religión se impuso en la posguerra a
toda persona de mal y de bien. No era una opción, fue una obligación y un modo
de “no señalarse” como desafecto al régimen franquista. Trento tenía que
inspirar la cultura española y también la psiquiatría española. Los rojos
debían de ser recatolizados.
Aunque se dijo que quien no tuviese delitos de sangre sería
dejado en paz, pobres de los que lo creyeron y volvieron a sus pueblos tras la
derrota del ejército de la república. Franco obtuvo una victoria como si
hubiese estado en terreno extranjero. Los que no pensaban como él pensaba, no
eran españoles “y sanseacabó”.
Muchos de los que se habían ido a Francia volvieron porque
no se les acogió. Pero en España les esperaba el campo de concentración o la
cárcel. Otros se ocultaron en los montes, escondidos durante años, en
situaciones favorables al enloquecimiento. Los no combatientes fueron
encarcelados por vía gubernativa o justicia castrense. Sólo los vencedores y
asimilados eran libres aunque no lo fueran.
Toda España estaba en cuarentena pues las libertades
públicas habían sido abolidas y todos debían pensar lo mismo y comportarse
igual. Ya lo había vaticinado VN. Los vencedores diversamente uniformados,
lucían boina roja, camisa azul, uniforme militar…Los desafectos apenas salían a
la calle, al ir mal vestidos podían ser sospechosos, detenidos e interrogados.
Los periódicos proclamaban las fechorías reales e inventadas de los rojos y
alentaban a la delación.
España, un gran manicomio, o una inmensa prisión donde
cualquiera podía ser visto como un apestado. A los vencidos les estaba vedada
la propia España.
En realidad el régimen de vida carcelario: jerarquía, orden,
trabajo, se quería trasvasar a toda la sociedad. Lo mismo en la cárcel que en
la familia la sumisión era el valor principal. Era tal el número de presos que
pronto las autoridades vieron la salida de la cárcel con libertad provisional
como una válvula de escape. Optimizar recursos para que la disciplina
carcelaria calara en toda la sociedad. La masificación de las cárceles
facilitaba la organización política de los presos, era imposible la reeducación
política que pretendía Franco encarcelando.
Me ha llegado la historia de un pariente lejano, Luis Elío,
juez republicano. Detenido el primero en Pamplona por cuatro requetés y dos falangistas en
Pamplona el 19 de julio, la policía lo soltó animándole a “buscarse la vida”.
No se le ocurrió mejor idea que ir a casa de un carlista, conocido de su padre.
Con reticencias el carlista lo escondió 3 años en un lavadero. Al finalizar la
guerra lo sacaron de estrangis a
Francia. Desde allí huyó a Méjico donde rehizo su vida, pero quedó marcado a
fuego por la experiencia “enloquecedora” de vivir encerrado y escondido
pendiente siempre de que en cualquier
momento hubiera un registro que lo descubriera y llevara al paredón.
Luis Elío aprendió a sobrevivir metido en un armario, respirando por el ojo de
la cerradura.
La ley de 9 de febrero de 1939 dada en Burgos llamada de
Responsabilidades políticas dejó en la indigencia a más de uno. Las sanciones
penales y administrativas que se podían aplicar suponían la exclusión de los
sancionados de la vida civil, mediante la inhabilitación parcial o perpetua
para el ejercicio de cargos públicos, el extrañamiento, el confinamiento y el
destierro, o la pérdida de bienes, el pago de una multa. Las sanciones
económicas que en todos los casos se impusieron debían se efectivas, aunque el
responsable hubiese fallecido, siendo transmisibles a los herederos. Por efecto
de esa ley muchas familias se vieron en la más absoluta indigencia. Era una ley
vindicativa para la explotación de la victoria y se completó con la Ley de depuraciones de los
funcionarios públicos y empleados públicos que tuvieran relación con la Administración.
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