TEOLOGIA DEL CRIMEN ORGANIZADO

Gracias Magí por el link a tu intervención de 2015 sobre aspectos legales de sectas y ex sectarios. He de escucharlo atentamente. Mientras sigo con mis actividades descubrimiento de las cloacas

La teología del crimen organizado era la teología en la que se había formado marino Mannoia. Conocía bien los sacramentos de la mano negra. Sabía algo de química ya que era diestro en destilar heroína a partir de opio. Fue uno de los arrestados en la primera Pizza Connection en NW 1985. Se trataba de un círculo mafioso que vendía heroína siciliana en las pizzerías norteamericanas. Antes que pasar su vida en prisión prefrió testificar. En julio de 1991 5 magistrados italianos se desplazaron a NY para oirlo.

Según Mannoia al ministro de Hacienda de la mafia, Pippo Caló, le dijeron que Calvi ya no era de fiar. Calò tenía que ver con la mafia y con la camorra y era un buen conocido de Carboni y Gelli. La conspiración empezó a cuajar en torno a estos tres hombres. Gelli era el cerebro, Carboni el coordinador, y Caló aportó el músculo. Por razones estratégicas Caló estimó que Londres sería más seguro que Italia para lo que tenía en mente. Ordenó a Francesco di Carlo que llevara a cabo la tarea.

A ojos de sus vecinos de Woking en Surrey, Frank Di Carlo parecía un hombre de negocios que iba y venía todos los días a Londres donde regentaba un pequeño hotel, una agencia de viajes y una oficina de cambio de divisas cerca de King’s Cross. En Sicilia sin embargo se le llamaba el “carnicero de Altofonte” y para los agentes de aduanas de su Majestad representaba el mayor precio en la operación Devoción, que incautó 60 kg de heroína pura en mayo de 1985 en el muelle de Southampton. En marzo de 1987 le cayeron 25 años de cárcel. Escuchando el juicio entre el público estaba Pippo Bellinghieri, uno de los hombres de Di Carlo y sospechoso en el crimen sin resolver de Vaccari.

Tras las manifestaciones de Mannoia el detective superintendente White de la policía de la  ciudad de Londres visitó a Di Carlo en la cárcel. Di Carlo dijo que tenía un alibi inmejorable para la noche en que murió Calvi pero que diría todo lo que sabía si lo llevaban a una cárcel italiana. Se hizo la oportuna gestión por los cauces oficiales, pero las autoridades italianas no tenían interés en tenerlo de inquilino en sus cárceles.

Tras la declaración de Mannoia los Calvi, madre e hijo decidieron contratar una agencia internacional de detectives para seguir con la investigación. En NY el hijo de Calvi fue presentado a Steven Rucker el director de Kroll Assoc. Incorporated agencia que se describe a sí misma “como una corporación de investigación y consultoría con más de 200 empleados y 9 oficinas localizadas en el mundo.” Kroll pidió un millón de $ en provisión. Y dijo a Carlo Calvi “tenemos un ejército de informantes recorriendo las calles de Londres que pueden trabajar para Vd.” Calvi hijo bizqueó y sacó el talonario. Kroll asignó la investigación a Jeffrey M. Katz, ex sargento del servicio de inteligencia de la US Air Force. Katz dirigió un equipo de 10 investigadores y 10 años después del crimen de Blackfriars descubrió que las pruebas en manos de la policía se habían perdido a propósito.

Katz asumió que la parte débil del caso Calvi era Silvano Vittor. Los investigadores de Kroll informaron de que Vittor estaba implicado en contrabando de armas a Croacia, un país en el límite del telón de acero o Cortina espiritual y uno en los que acaba de instalarse uno de los más recientes centros Opus Dei. ¡Ah, los Brajnovic, vecinos…! Katz también descubrió en los archivos de los abogados de Calvi una copia de una ficha de registro de un hotel suizo supuestamente rellenada por Hans Albert Kunz cuando estuvo en el Holiday Inn de Zurich para un encuentro con Carboni el 20 de junio de 1982, dos días después del crimen de Calvi.

Hans Albert Kunz nunca fue interrogado a fondo por la policía. Sabía que Ernesto Doiotavelli de la banda della Magliana era sospechoso de hacer negocios con traficantes de armas junto con Licio Gelli, y de pertenecer a la sociedad de Carboni, Sofint, en Roma. Su mujer le había dado a Anna Calvi, que estaba esperando en Zurich a su padre 14.500 ₤ para subirse en un avión a Washington la mañana en la que se encontró el cadáver del banquero.

Aunque la ficha estaba a su nombre era obvio que lo había rellenado otra persona. Kunz había nacido el 23 de febrero de 1923. En la ficha ponía 10 de diciembre de 1923, la firma no era la suya y daba una dirección en Londres cuando Kunz vivía en las afueras de Ginebra. La dirección 80 Grove park Road London SE 9. Cuando Katz comprobó la famlia que vivía en ese lugar nunca había oído hablar de Kunz. Katz descubrió otra 80 Grove Park Road en  Strand on the Green, Chiswick. Pero el último número de la calle  era 78. El 80 estaría en el lugar por el que se bajaba al Támesis. Strand on the Green estaba a 25 min de coche de Chelsea Cloister. Katz se montó en un barco e hizo el viaje en las mismas condiciones de la marea que el 17 de junio de 1982, el viaje duró 2 horas.. Calvi había sido visto saliendo de Chelsea C a las 22. Una hora para el viaje a Chiswick y ser llevado al barco, casaba con el tiempo necesario para colgarlo bajo el puente y entraba dentro de los cálculos que había hecho la policía sobre la hora de su muerte.

Kroll Ass contrató a la dra Angela Gallop una antigua jefa del laboratorio forense del min. interior británico para que investigara las evidencias que habían quedado. Le ayudó el dr Clive Candy, tambén científico que había trabajado en la policía metropolitana. Concluyeron que era inevitable afirmar que Calvi fue asesinado.