PELIGROS DE CONFESAR

Entrevista con Richard Sipe, ex monje benedictino que fungió como experto en la sexualidad del clero y del celibato hasta su reciente muerte a los 85 años.  

Hombre cordial, paciente, disponible, nada de lo que dice es banal.



-La actividad sexual se practica entre eclesiásticos, secreto a voces, se sabe  pero no se quiere hablar de ello.

Hoy la sociedad está recargada de imágenes sexuales. Por un lado los católicos esperan que el cura encarne una sociedad asexuada y pura, y por otro no se escandalizan ya del sexo a toda hora. Y es porque prefieren que haya un cura que celebre misa, bautice, case, dé la comunión a que no lo haya.

-¿Cuáles son las causas? ¿por qué es un fenómeno tan extendido?

La razón principal es que el clero no tiene una gran formación en materia de sexualidad. El famoso jesuita americano John L. Thomas decía que un cura lo tiene que saber todo sobre el tema sin haber tenido experiencia ninguna. Durante más de 20 años enseñé en muchos seminarios y sé con certeza que los seminaristas no reciben formación en la materia durante ese tiempo de aprendizaje. Una vez se me ocurrió proponer al director del seminario un curso sobre el celibato, me contestó que no era necesario, que bastaban quince días de clases de teología moral. En otra ocasión cuando enseñaba educación sexual estuve en un seminario: los estudiantes no entendían y no eran capaces de responder a nada. Esta es la forma de pensar que domina y que lleva a no tener certezas.

-Tiene Vd experiencia directa de la vida en el seminario. ¿Es cierto que hay relaciones sexuales corrientemente?

Por supuesto, lo sé como lo saben todos los psicólogos que se han acercado a ese medio, 20% de los seminaristas tienen relaciones ente ellos, con miembros de la facultad o con curas. Puede parecer un contrasentido pero hay cierto nivel de tolerancia. 

-¿La jerarquía lo sabe y hace como que no sabe nada?

La actitud es la siguiente:  todos están convencidos de que es normal que cualquier joven sacerdote atraviese una fase de experimentación sexual, luego, una vez adulto pasamos a otra cosa sin más. El Vaticano no tiene intención de abrir procedimiento disciplinario al respecto. No les parece útil castigar a un cura sexualmente activo antes de los 40. La crisis que se ha desencadenado con los abusos pedófilos perpetrados por clérigos no ha hecho sino confirmar esta actitud. Los curas saben que pueden actuar sin temor a represalias.

-Así que en los seminarios nadie habla del tema. ¿Cómo tiene lugar el descubrimiento del sexo? 

La principal fuente de información es la confesión. Los fieles que tienen experiencias sexuales cuentan  y abren su alma al cura. Dan detalles que abren los ojos del confesor a un universo desconocido. Por eso mismo opino que no es nada conveniente ir a confesar. Es peligroso. Hay documentos que lo prueban. En particular las llamadas "solicitaciones en el acto de confesión". Hay una tensión sexual que se desencadena en el seno de la delicada relación entre el confesor y la persona penitente que abre totalmente el alma. Sólo 1 de cada 20 seminaristas está preparado para dar consejos espirituales y con reparos, 1 de cada 10 está de veras preparado para predicar. 

-¿Pretende Vd que el cura sale del seminario sin estar bien preparado para ejercer  el trabajo para el que ha estudiado?

El nivel intelectual del seminarista medio es super bajo, lejos del estudiante de base, y bastante más lejos del que tiene un master, sobre todo en disciplinas como matemáticas o psicología. Los raros seminaristas intelectualmente dotados son a menudo seres inmaduros en el plano sexual: lo demuestran estudios efectuados en EEUU. Su conocimiento del tema es banal, desde el punto de vista de los conceptos y desde el plano psicológico o emocional. Son incapaces de tratar aspecto ninguno de la sexualidad humana.

Y sin embargo en los últimos años ha aumentado la edad del seminarista, ¿no le parece que en un adulto hay mayor madurez?

 Está el proverbio: "no hay mayor imbécil que un viejo imbécil". Un inmaduro de cierta edad es más peligroso que un joven. No está probado que los candidatos a la vida eclesiástica mayores sean más maduros que los jóvenes en el aspecto del que tratamos.

Sólo sugería que han podido tener una experiencia sexual, que han tomado conciencia de este aspecto de la vida....

Al escoger el celibato se ven obligados a combatir contra ciertos aspectos de su pasado. Y si no han tenido experiencia siendo adultos es para cuestionarse por donde irá su desarrollo en este campo...

En Italia no se ha escrito sobre curas y sexo. ¿Intentó  Vd una investigación relativa al Vaticano?

No pude llevar a cabo esa investigación, pero conozco un médico que a principios de los 90  publicó una encuesta entre seminaristas romanos relativa al Sida, él se ofreció para pagar los análisis de sangre. Estudió a 65 estudiantes, 25 eran seropositivos. También me contó que le pidieron que rompiera las piernas de un arzobispo muerto de SIDA para poder presentar un certificado de defunción en el que se dijera que murió por una caída. Intenté realizar entrevistas pero en Italia es imposible hablar de sexo dentro de la Iglesia. 

-Las cosas están quizás empezando a cambiar en los últimos años

Sí el año pasado algo se movió, pero todo es forzado por los acontecimientos.

-Tiene Vd razón

Nadie puede expresarse con libertad. La crisis abierta por los abusos sexuales ha traído a la luz el tema pero se ven reticencias en los periodistas italianos. Incluso la cuestión de la homosexualidad dentro de la Iglesia es un tema tabú. No conozco otro país donde la cuestión sea más imposible de tratar. Recuerdo que en los 90 se publicó "Lo que el viento se llevó en el Vaticano" firmado por 5 anónimos miembros de la curia romana, denunciaban los vicios y pecados de cardenales y prelados, mostraban que los monseñores estaban convencidos de vivir por encima de la ley. Es la verdad, si eres un alto prelado,obispo o simple cura, el comportamiento criminal está castigado, pero en la Iglesia las cosas no funcionan así. 

-¿Por qué?
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