IRRESPONSABILIDAD ORGANIZADA
En efecto sí parece que se le condena por poca cosa, porque en 2015 no se fue a la justicia cuando la víctima Alexandre Hezez le contó que había sido objeto de abusos. Cuando Alexandre narró su historia la prescripción era de 20 años, y entonces los hechos ya habían prescrito. Eso es lo extraño que lo hayan condenado por no acudir a la justicia en ese momento de hechos prescritos.
Un resumen de su comparecencia y respuestas a la jueza del caso, que por cierto ha sido un montaje raro de cita directa cuando ya se le había declarado absuelto en 2016. Veremos si el recurso prospera y lo vuelven a absolver, ¿probable?
No parece cierto que hasta 2015 no supiera nada de nada de dicho cura, lo mantuvo en puestos parroquiales hasta septiembre de 2015. Pero eso los jueces no lo han podido comprobar. El repitió ante la jueza que hizo lo que tenía que hacer, consultar a Roma y Roma le replicó que evitara el escándalo.
Penalista y ex juez de instrucción estiman que es una decisión poco frecuente. La califican de sentencia inédita, puesto que la fiscalía que ejerce de acusación pública no solicitaba condena sino que pedía absolución, y el tribunal condena aunque no se le hace petición de condena. Técnicamente posible pero más bien raro. El penalista Henri de Beauregard estima que en dicha condena se entiende que el delito se extiende a la obligación de denunciar hechos que ya habían prescrito. Y la otra rareza es que si la persona que ha sufrido la agresión no ha denunciado sí debe hacerlo la persona a la que se confía dicha agresión. Puede pues haber procedimiento sin y contra la opinión de la víctima de la agresión. Difícil decir si el clima mediático ha jugado en contra del cardenal, además de la película presentada en el festival de Berlín, que retoma precisamente este caso Preynat. "Grâce à Dieu", película que por otra parte tampoco ha gustado tanto a las víctimas, a pesar de haber colaborado, ya que en ella hay mucha ficción.
La sentencia es desde luego llamada de atención a la sociedad y especialmente a la iglesia católica. Hay que esperar que la dimisión presentada por el cardenal tranquilice y facilite que la decisión de los jueces que reciban el recurso se haga en un clima más sereno.
Culpable por irresponsable
lo juzga Réné Poujol, que se llama a sí mismo católico en libertad. El tribunal estima que en vez de dirigirse a Roma el cardenal debería de haberlo hecho a la justicia de la República. Voluntad de defender la imagen de la institución. Y eso que los hechos no se produjeron bajo su mandato. Es interesante anotar las causas estructurales ligadas al gobierno de la Iglesia que han llevado a Barbarin a ser el chivo expiatorio después de ser uno de los protagonistas de la película.
A. Confusión de géneros porque el sistema eclesial pide a sus clérigos que sacrifiquen todo a su función, porque no se puede disociar el cardenal del hombre y del ciudadano. Barbarin paga el precio de poder dividirse en 3 al ser condenado aunque sea simbólicamente.
El hombre fue inhumano frente a las víctimas, el ciudadano no atendió a la ley de la república, el prelado subordinó el respeto de los consejos evangélicos a la ley del clan del magisterio clerical, la perennidad del sistema eclesial pasa antes que cualquier otra consideración. Y el evangelio se convierte en mera excusa para legitimar las propias acciones sean cuales sean.
B. Los motivos de esta confusión, el gobierno de la Iglesia procede con una lógica totalitaria que rechaza todo tipo de contra poder. Se sirve de hombres que sacrifican todo a esta lógica, también su conciencia personal, es lo que el cardenal declaró "No tengo nada que reprocharme, actué escrupulosamente como Roma me indicó." El gobierno eclesial hace que sus jerarcas sean simples engranajes cuyo aparente prestigio es la parte brillante de una sumisión real al poder romano del que el nuncio es inmisericorde comisario político. Este sistema organiza la irresponsabilidad estructural de los obispos. Por tanto no es raro que nunca se sientan responsables de nada, pues de hecho la propia lógica del sistema organiza su irresponsabilidad.
C. En la condena al cardenal apreciamos la distancia cultural que separa sociedad e Iglesia:
-los abusos de poder se evitan con la institucionalización de contra poderes, el poder limita el poder, frente a los abusos de poder se evitan teóricamente por la clarividencia y la lucidez en lo alto de la pirámide de un poder feudal sin contrapoder.
-la persona no se confunde con su función, en nombre del libre arbitrio, frente a la persona ES su función y en el caso de los obispos no es más que su función.
-el poder tiene que probar su legitimidad siempre limitada por la separación de poderes frente a el poder procede de Dios y es por tanto ilimitado.
-la sociedad espera de sus jefes que sean responsables es decir, que respondan de los errores de las estructuras que presiden aunque no tengan culpa personal en dicho error frente a el jerarca no puede ser culpable, puesto que no es más que el engranaje sacralizado de un poder de derecho divino que nadie tiene legitimidad para contestar.
Philippe Barbarin se vió en el peor momento y en el peor lugar concentrando en su persona (puso mucho de su parte) este foso que separa Iglesia y sociedad.
D. El prelado Barbarin ha quedado fuera de juego, incluso es un estorbo para el sistema eclesial en el actual contexto. Se desharán de él a corto o medio plazo y se convertirá en chivo expiatorio ideal de un poder eclesial que quiere convencernos para poder sobrevivir de que los abusos de los clérigos no tienen causas estructurales, sino que son consecuencia de equivocaciones personales y falta de vigilancia.
E. El ciudadano Barbarin condenado en primera instancia, puede que no lo sea en la segunda.
D. El hombre Philippe Barbarin se convierte hoy en víctima, incluso si su suerte se justifica, incluso si ha sido un cómplice celoso del sistema que hoy lo deja caer. Está bien que se haga justicia. Pero no que se adoptara ante un hombre condenado, caído en desgracia hoy simbólicamente, mañana quizás formalmente si el papa acepta su dimisión, la misma actitud inhumana, arrogante, ciega e irresponsable que él hizo suya en tiempos. No lo merece, tiene derecho a compasión por coherencia y humanidad y cristianismo.
Vergüenza dan los medios de comunicación católicos que ayer lo apoyaban sin reservas y hoy lo dejan caer también sin reservas haciendo leña del árbol.
Un resumen de su comparecencia y respuestas a la jueza del caso, que por cierto ha sido un montaje raro de cita directa cuando ya se le había declarado absuelto en 2016. Veremos si el recurso prospera y lo vuelven a absolver, ¿probable?
No parece cierto que hasta 2015 no supiera nada de nada de dicho cura, lo mantuvo en puestos parroquiales hasta septiembre de 2015. Pero eso los jueces no lo han podido comprobar. El repitió ante la jueza que hizo lo que tenía que hacer, consultar a Roma y Roma le replicó que evitara el escándalo.
Penalista y ex juez de instrucción estiman que es una decisión poco frecuente. La califican de sentencia inédita, puesto que la fiscalía que ejerce de acusación pública no solicitaba condena sino que pedía absolución, y el tribunal condena aunque no se le hace petición de condena. Técnicamente posible pero más bien raro. El penalista Henri de Beauregard estima que en dicha condena se entiende que el delito se extiende a la obligación de denunciar hechos que ya habían prescrito. Y la otra rareza es que si la persona que ha sufrido la agresión no ha denunciado sí debe hacerlo la persona a la que se confía dicha agresión. Puede pues haber procedimiento sin y contra la opinión de la víctima de la agresión. Difícil decir si el clima mediático ha jugado en contra del cardenal, además de la película presentada en el festival de Berlín, que retoma precisamente este caso Preynat. "Grâce à Dieu", película que por otra parte tampoco ha gustado tanto a las víctimas, a pesar de haber colaborado, ya que en ella hay mucha ficción.
La sentencia es desde luego llamada de atención a la sociedad y especialmente a la iglesia católica. Hay que esperar que la dimisión presentada por el cardenal tranquilice y facilite que la decisión de los jueces que reciban el recurso se haga en un clima más sereno.
Culpable por irresponsable
lo juzga Réné Poujol, que se llama a sí mismo católico en libertad. El tribunal estima que en vez de dirigirse a Roma el cardenal debería de haberlo hecho a la justicia de la República. Voluntad de defender la imagen de la institución. Y eso que los hechos no se produjeron bajo su mandato. Es interesante anotar las causas estructurales ligadas al gobierno de la Iglesia que han llevado a Barbarin a ser el chivo expiatorio después de ser uno de los protagonistas de la película.
A. Confusión de géneros porque el sistema eclesial pide a sus clérigos que sacrifiquen todo a su función, porque no se puede disociar el cardenal del hombre y del ciudadano. Barbarin paga el precio de poder dividirse en 3 al ser condenado aunque sea simbólicamente.
El hombre fue inhumano frente a las víctimas, el ciudadano no atendió a la ley de la república, el prelado subordinó el respeto de los consejos evangélicos a la ley del clan del magisterio clerical, la perennidad del sistema eclesial pasa antes que cualquier otra consideración. Y el evangelio se convierte en mera excusa para legitimar las propias acciones sean cuales sean.
B. Los motivos de esta confusión, el gobierno de la Iglesia procede con una lógica totalitaria que rechaza todo tipo de contra poder. Se sirve de hombres que sacrifican todo a esta lógica, también su conciencia personal, es lo que el cardenal declaró "No tengo nada que reprocharme, actué escrupulosamente como Roma me indicó." El gobierno eclesial hace que sus jerarcas sean simples engranajes cuyo aparente prestigio es la parte brillante de una sumisión real al poder romano del que el nuncio es inmisericorde comisario político. Este sistema organiza la irresponsabilidad estructural de los obispos. Por tanto no es raro que nunca se sientan responsables de nada, pues de hecho la propia lógica del sistema organiza su irresponsabilidad.
C. En la condena al cardenal apreciamos la distancia cultural que separa sociedad e Iglesia:
-los abusos de poder se evitan con la institucionalización de contra poderes, el poder limita el poder, frente a los abusos de poder se evitan teóricamente por la clarividencia y la lucidez en lo alto de la pirámide de un poder feudal sin contrapoder.
-la persona no se confunde con su función, en nombre del libre arbitrio, frente a la persona ES su función y en el caso de los obispos no es más que su función.
-el poder tiene que probar su legitimidad siempre limitada por la separación de poderes frente a el poder procede de Dios y es por tanto ilimitado.
-la sociedad espera de sus jefes que sean responsables es decir, que respondan de los errores de las estructuras que presiden aunque no tengan culpa personal en dicho error frente a el jerarca no puede ser culpable, puesto que no es más que el engranaje sacralizado de un poder de derecho divino que nadie tiene legitimidad para contestar.
Philippe Barbarin se vió en el peor momento y en el peor lugar concentrando en su persona (puso mucho de su parte) este foso que separa Iglesia y sociedad.
D. El prelado Barbarin ha quedado fuera de juego, incluso es un estorbo para el sistema eclesial en el actual contexto. Se desharán de él a corto o medio plazo y se convertirá en chivo expiatorio ideal de un poder eclesial que quiere convencernos para poder sobrevivir de que los abusos de los clérigos no tienen causas estructurales, sino que son consecuencia de equivocaciones personales y falta de vigilancia.
E. El ciudadano Barbarin condenado en primera instancia, puede que no lo sea en la segunda.
D. El hombre Philippe Barbarin se convierte hoy en víctima, incluso si su suerte se justifica, incluso si ha sido un cómplice celoso del sistema que hoy lo deja caer. Está bien que se haga justicia. Pero no que se adoptara ante un hombre condenado, caído en desgracia hoy simbólicamente, mañana quizás formalmente si el papa acepta su dimisión, la misma actitud inhumana, arrogante, ciega e irresponsable que él hizo suya en tiempos. No lo merece, tiene derecho a compasión por coherencia y humanidad y cristianismo.
Vergüenza dan los medios de comunicación católicos que ayer lo apoyaban sin reservas y hoy lo dejan caer también sin reservas haciendo leña del árbol.
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