ESPAÑA MASACRADA

En el primer comentario 13.10 te doy la razón en el segundo párrafo: el federalismo austracista catalanista, porque en efecto creo que era un socialista austríaco Bauer el que estaba por el federalismo del antiguo imperio austro húngaro. Traspasar eso a España es una locura.
Llamar nazi a los catalanes no me parece de recibo, deja esa mala costumbre. Nazi es una palabra muy concreta para una realidad histórica de un determinado período y no se debe abusar de ella, así directamente aplicada a quien nos cae mal, por muchas razones que haya.

 La dictadura franquista destructora de españoles, directamente y más que nadie, lo declararon tanto Mola como Franco en los inicios de la guerra, "yo veo a mi padre en las filas del enemigo y lo mato". Y Yagüe otro general sublevado, "había que matar rojos, no iba a dejar la retaguardia llena de enemigos". Sí,  las tropas de regulares, moros, legionarios, entraron desde Africa a España como en terreno colonial a extirpar pobres españoles o españoles pobres, y  la paz de 1939 fue continuar matando de tiro, de hambre, de piojos, de tuberculosis, de amargura.

A el le pega lo de nazi, porque implementó el exterminio de sus propios connacionales que no pensaban como él pensaba que había que pensar.

No llamaría al PSOE ejército afrancesado de ocupación, el PSOE original y originario no tiene nada que ver con Francia..
No entiendo tu enfado monumental porque restauren Notre Dame de París, pues sí será todo lo falso que quieras¿y qué?, gustan los símbolos, los monumentos famosos para ir de visita y emocionarse ante las piedras y hacerse fotos. Y está Notre Dame de Victor Hugo, y Esmeralda que me encanta en esta versión de Belle




Más le temps de cathedrales



 dice que en el tiempo de las catedrales, se quiso llegar a las estrellas (l'on a voulu monter dans les étoiles), con esas agujas de las que te burlas, y escribir en piedra la historia para las generaciones futuras. Aunque al final asegura que en el año 2000 entrarán los vándalos y se acabará el tiempo de las catedrales.


Unas palabritas que he encontrado en "La España masacrada" de Julio Prado, ya que estamos con el aplastamiento de España, efectos del terror sembrado en nuestro país a partir de 1936 que ha dejado honda huella hasta nuestros días:

foto de portada, falangistas navarros en Teruel

"La represión franquista hizo anidar en las conciencias de los hombres y mujeres de todo el Estado, y muy especialmente en las zonas rurales, el recelo permanente hacia el vecino, el miedo a cuanto sea signficase compromiso con causa alguna, el rechazo de toda forma de acción colectiva por miedo a las delaciones, la precepción de que sólo en un individualismo exarcebado era posible hallar refugio a la espera de que cambiasen los tiempos. Sólo quien se mantenía al margen podía sentirse relativamente seguto, pues "quien nada debe nada teme" como reza el dicho. Ni de las indiscreciones de los más allegados se podía estar seguro, como prueban los casos de quienes permanecieron varios enterrados en vida entre las paredes de sus casas o en algún agujero excavado en una huerta sin más consuelo que él de sus familiares más directos, casi siempre mujeres, pues ni siquiera los hijos pequeños podía confiarse por temor a un descuido que los delatase.

Los comportamientos externos de las gentes se modificaron y la desconfianza pasó a presidir las relaciones entre vecinos y familiares. Incluso mudó el concepto de política, que de ser percibido como un instrumento de modernización de la sociedad pasó a considerarse negativamente y a la postre responsable de la barbarie que había tenido que soportar España; a ser vista como un pecado congénito de buena parte de la población que era preciso expiar con el sufrimiento, incluido el colectivo, para redemirse.

Las actitudes discrepantes con el poder político pasaron a ser percibidas como ejemplos de inadaptación social, porque quienes disentían esran presentados como elementos ajenos a la sociedad, como seres enfermos a los que había que exterminar, o, cuando menos, aislar para evitar su contagio. Como consecuencia, se acentuaron las tendencias inhibidoras y se generaron comportamientos antiasociativos que arraigaron en las generaciones posteriores a la guerra y, de suspicacias y reticencias. Convivir con la exaltación de los muertos del otro bando mientras los del contrario eran estigmatizados y relegados al olvido, sobrevivir a la derrota y a la miseria, vivir con esa permanente sensación de miedo e interiorizar el vacío que se había apoderado de los vencidos fueron, para media España, las principales cuando no las únicas preocupaciones durante largos años."