JUBILEO
Simone Wapler, ingeniera aeronaútica y experta financiera, explica que la moneda no es la riqueza. Imprimir dinero enriqueció siempre a los ricos y para el resto inflación.
También recuerda la disposición bíblica: cada 50 años los hebreos anulaban todas las deudas, porque sino la inmensa mayoría acababa esclava de los pocos ricos.
Era el jubileo. El año jubilar que se ha transformado eclesiásticamente hablando en otra cosa. Para los judíos, jubileo = liberación de las deudas.
Desde los sumerios había crédito, tenemos los registros de las deudas que sacerdotes- escribas gestionaban. Son los primeros escritos que conservamos: deudores y acreedores.
Fue bonito, bello y agilizador de los intercambios inventar la moneda para superar el trueque. Siguió un período de prosperidad. Aliates, rey de Lidia, padre de Creso, puso su sello sobre el oro y la plata para certificar el valor de la moneda. El Estado garantizaba la moneda: un servicio por el que se llevaba una comisión. Pero pronto el rey que ponía su sello, empezó a hacer trampa, cada vez menos oro en la moneda. Lo mismo pasó con el denario romano, al principio certifican y luego engañan. Aunque entonces pasaban siglos del certificado al engaño.
Hoy la moneda es una convención, un signo matemático de riqueza.
Pasamos de la moneda mercancía (oro, plata) a la moneda convencional, puro acuerdo, es 1 euro aunque sea papel.
Y ya Platón y Aristóteles discutieron sobre si el dinero era ideal o real.
Marx añadió el fetichismo de la mercancía, el valor está en la mercancía o en la rareza del producto, pero el poder se acumula en los signos: yates, trajes, palacios, coches.
Hoy nuestros 10 euros son un crédito que la comunidad nos da por un bien o servicio que ya hemos producido. Podemos gastarlo o capitalizarlo. Es un poder, hemos cambiado un servicio por ese dinero.
Si cambiamos algo por nada, o bien es un robo, una extorsión, o bien somos caritativos y entonces ya no es asunto económico.
(¿Qué pasa cuando hay una organización religiosa en la que muchos de sus miembros con un trabajo asalariado dan todo su sueldo a espaldas del Estado y del resto de la sociedad "caritativamente" a esa organización sin que medie ningún documento de esa donación? práctica mafiosa, puesto que además de estafar a la comunidad, no hay impuesto en esa transacción, organiza el despojo presente y futuro del interesado. Cierro el paréntesis.)
Cuando consumimos no nos enriquecemos. Con el billete uso mi poder de compra o de ahorro.
El dinero que cae del cielo es robo a todo el mundo.
La inflación es un fenómeno monetario, se crean billetes y con ellos la ilusión de que hay que riqueza. Los primeros beneficiados son los que están cerca de la máquina de euros, ellos van a invertir, no a gastar como los pobres necesitados.
Y ese dinero de más aumenta los precios, dañando a los que no tienen más que un trabajo para vender y del que vivir.
El asalariado padece la inflación, los precios aumentan y los salarios no.
Desde el principio de los tiempos pasa lo mismo con estas crisis monetarias.
La perversión es que el pobre se ve pillado por la inflación.
Hoy la moneda es crédito.
Ya los sumerios y los hebreos se dieron cuenta de que no se podía multiplicar los créditos ilimitadamente. Los prestamistas acababan esclavizando a sus deudores. Limitaron por tanto el tiempo de esclavitud.
Si el crédito sigue subiendo, pocos tendrán la propiedad y la mayoría reducida a la esclavitud.
Y así fue como los hebreos con su cábala 7 veces 7 años, inventaron que a los 50 años se anulaban las deudas, para obtener la paz social.
Hoy los escribas no se preocupan, a ellos les pagan, y no tenemos seguridad ni jubileo.
Y la segunda consecuencia para el ahorro, va a disminuir lo que has juntado año a año, te van a dar menos de lo que pusiste, si es que te lo dan.
Crisis monetarias previas en Argentina y Zimbabwe: interés negativo o inflación, corralito. El dinero pierde su valor si no hay riqueza correspondiente.
Allí arriba en las alturas del BCE les preocupa poco nuestra existencia, y lo que pueda pasar al final de esta historia. Los decididores están a salvo, o eso creen ellos.
Es curioso, empezamos con el confinamiento hablando de la crisis económica y los bancos y terminamos en el mismo sitio.
Muertos y enfermos no he visto.
Gentes en paro y pasándolo mal, sí he visto.
Comentarios
Nos falta cara para afrontar a los listos
De tontos y tarados no te fíes. Cuidado con las moscas muertas, obtienen un beneficio, así funcionan todos sus apoyadores sociales.