RECTIFICACIONES
Objeté la beatificación pues la presentaban como científica destacada cuando se dedicó a dirigir. Y hoy esta ex nume auxiliar mejicana da testimonio de que santificó la caza y captura de niñas de pueblo, "desfavorecidas", engatusadas por ella para ir a la ciudad, "haréis estudios" y en realidad se convirtieron en mano de obra esclava. Aunque la esclavitud no incluya malos olores y nada que ver con los campos de algodón, como en la Cabaña del Tío Tom.
El escrito me sugirió que dentro de la uniformidad ha habido diferencias según momentos, países y sobre todo según mujeres/hombres. El complemento ideal sería el testimonio de una colombiana de la misma época.
En las décadas 80, 90 en los centros femeninos en los que habité, aunque hubiera numes que habían pasado por la universidad, toda conversa que se saliera del Padre, las pitables, tal o cual labor, anécdotas apostólicas diversas no era bien recibida. Imposible hablar de un libro, una novela, una película, un tema más cultural, rápidamente la risa, la broma, el corte, el desvío. Estaba mal visto y te hacían notar que te querías hacer la lista, dártelas de culta y especial.
A parte de eso predominaban piques absurdos entre numerarias, no nos queríamos, aquello era soportarse, aunque en mi ingenuidad no era capaz de hacer el balance tan claramente como hoy.
Las mujeres fueron inventadas de cara a la intendencia. Con el tiempo la sociedad española evolucionó y las nuevas vocaciones de los 60, 70 ya eran todas universitarias. Pero no afectaba al "ambiente" entre numerarias, seguía presente el tema de fondo, las mayores de 50 habían sido todas directoras, administradoras, oficiales de delegaciones, trabajos internos. Y las que eran posteriores se adaptaban a la conversa típica que he relatado antes.
Alguna catedrática con la que conviví y que he mencionado, sorprendentemente, no era la misma en la llamada "vida de familia", de persona con conversación enmudecía y como las demás una soportadora de chaladuras y tonterías.
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