Dar palos sin palo

Qué interesante, con opiniones tan dispares puede una situarse mejor.

No pienso que tengo síndrome de estocolmo, mi familia me transmitió la fe, eran creyentes no sectarios. Vivían de su trabajo, te hablaban de la Virgen, de rezar, de la misa, y era algo que se vivía con naturalidad, sin despreciar a nadie ni creerse mejor que nadie. Lo mismo que aprendimos un idioma, una educación, en el mismo lote iba la educación católica. Hoy sé que faltaban algunas notas de modernidad en esa educación, pero lo esencial a la hora de transmitir la fe es que tú la vivas. Y pienso que yo desde muy pequeña vi vivir esa fe en mis padres. Estaba ahí sin rigideces, sin aspavientos, sencillamente en mi casa se creía. Y punto.

Luego llegó el opus dei con sus exigencias y como engañan a todo quisqui, mucho más nos engañaron a nosotros. Porque ya me he fijado que a la gente que es del opus dei de mucho tiempo atrás la engañan menos, se saben más los truquis de supervivencia.


Estoy con Kari en que nos pierde la buena educación, no soy de talante violento pero arrearle un par de mandobles a más de uno o que alguien se los hubiera arreado por mí me hubiera venido de perlas en más de una ocasión. Mi padre jamás pensó mal del opus dei, murió sin saber la enorme burla y fraude que su hija padeció. Siempre pienso que de estar vivo cuando yo salí de la secta me hubiera apoyado incondicionalmente, no sé si hubiera dado algún puñetazo que otro... Eso sí, no me lo imagino poniéndose de parte del opus dei como hicieron otras personas allegadas.





Y en otros eventos de mi vida no te creas que no se me ha pasado por la cabeza la posibilidad de contratar a alguien para repartir estopa... pero bueno, hasta ahora he salido adelante sin usar los guantes de boxeo.





Más de uno de mis ex alumnos, llevo más de una década en la enseñanza, me daría la razón. Y recordaran muchos de ellos situaciones en la clase en que aunque está muy mal que una profesora diga esto, no se hubiera visto nada mal el "varejón detrás de la puerta". Por lo visto en algunas casas de por esta zona los padres tenían o tienen dicho varejón.... Me río mientras escribo estas palabras porque jamás le he puesto la mano encima a un alumno ni he hecho ademán. Ni lo haré. Pero motivos no me han faltado. Qué paciencia he derrochado en mi vida....





Así que me gusta la historia que cuentas Cari. Nos andamos con unos remilgos que son nuestra perdición. Por desgracia hay gente que sólo entiende cuando le dan el palo bien dado.


También se pueden dar otro tipo de palos sin palo que están de maravilla ...





En cuanto a la opinión de Felipe sobre los años en el opus dei, yo no aprendí nada, a hacer los o las dobleces de los amitos y de los purificadores, a planchar, a trabajar sin cobrar. A perder el tiempo bien perdido en actividades que no eran útiles más que para la captación opusina. Perdí años de lectura, mi entendimiento se entorpeció para la filosofía, esto sí que lo lamento muchísimo. Con tanto santo Tomás como última palabra durante veinte años me ha costado Dios y ayuda llegar a la filosofía contemporánea, la de mi propia época y entenderla, vivirla. Comprender porqué hoy la sociedad es como es y se piensa lo que se piensa. Me quejo de haber estado mentalmente en el siglo XIII o XIV como mucho.


No entendía ni vivía nada, ni el arte, ni la literatura, ni el cine, ni entendía los problemas reales de la gente que tenía alrededor. No podía ayudar porque no podía "sentir con los demás", estaba en otro planeta. Era un ser inutilizado, zombi perdida.





A mí no me sirve la gente "estupenda" que cuando no hay problemas es simpática, apañada, que te entiendes con ella.


Gente que dan el pego de "ser estupenda" cuando conviene en el opus dei tienen a patadas. La palabra estupenda no es suficiente para describir a numerarias y directoras que conocí, se queda corta, son estupendísimas. Maja, majísima, no veas que dicharacheras, simpáticas, serviciales y sonrientes cuando esperan conseguir algo de tí.





Sin embargo, "para las cuestas arriba quiero mi burra que las cuestas abajo yo me las subo".





En los grandes y definitivos momentos de mi vida, cuando estaba en la encrucijada de la "decisión" para seguir mi camino en libertad, pero con mi trabajo en peligro, sin nada que me asegurara que iba a vencer, sentí el vacío a mi alrededor no sabes como.





Dicen que el vacío en física es muy difícil de conseguir.





Ahora bien, el vacío social que el opus dei consigue hacerte cuando te vas, que ellos te hacen y que pelean porque los que no son opus dei te lo hagan también, sino es el vacío de la física, casi, casi....se le parece. Impresionante. Muy difícil de pasar por ahí. Vaya caída del guindo la mía sobre la gente maja y dicharachera, tanto la que es del opus como la que no. El golpetazo después de años de "falsa fraternidad" fue tan monumental que todavía me estoy recuperando.





Creo que he aprendido a no fiarme ni de mi sombra después de esto.


Por eso "todo lo que he aprendido en el opus dei" realmente "lo he aprendido después del opus dei", liberándome, desenmascarando y quitándoles la careta, descubriendo su verdadera calaña tras la apariencia que también saben dar de "santa Bernardette".