Optimismo moderado
Te veo muy optimista, yo no me creo que el opus dei va a cambiar su modo de ejercer la "dirección espiritual". En realidad lo que ellos hacen no corresponde a un "acompañamiento espiritual", es vigilancia y control. No me creo que van a dejar sus arraigadas costumbres de obtener e intercambiar información exhaustiva, cuanta más mejor, sobre las familias que llevan sus niños a los coles opus, no van a renunciar a saberlo todo en el plano financiero, situación social, carácter, psicología, relaciones intrafamiliares, a ponerlo por escrito y a usar esa info preferentemente en los confesonarios, cuando la gente está de rodillas ante un crucifijo y un "sacerdote de la iglesia" y es por tanto más vulnerable.
Sin esas prácticas el opus dei no tendría "gracia" ninguna. Porque lo "güay" del opus dei para los que pertenecen como cargo directivo, es que lo saben todo de todo el mundo. Hasta donde tú ni te imaginas que se puede saber de tí. Ese es su poder, tienen la clave para tratarnos como hamsters en la jaula.
Benedicto ha hecho algo, no le vamos a quitar sus méritos, pero el camino por recorrer es todavía demasiado largo. Entre otras cosas porque las víctimas del opus dei, al menos yo y pienso que no soy una excepción, somos tan creyentes en el evangelio como él y nos merecemos un respeto. Y por ahora nadie de la jerarquía ha hecho un gesto por pedir perdón o resarcir esos años que entregamos inocentemente con toda la buena fe a una secta que actúa fraudulentamente poniendo a la iglesia católica por delante.
Me parece que estamos ante una iglesia católica muy "política", más preocupada por cuestiones institucionales, de cara a la galería que por el bien de los creyentes.
Ahora en su viaje a Gran Bretaña, Benedicto XVI sigue en su cruzada en defensa de la Verdad y contra el relativismo. Pero la verdad del opus dei, que no es nada relativa para el que la ha sufrido, sigue oculta, sigue tapada.
Además este asunto opus dei, no nos engañemos, tiene también implicaciones económicas que no se deben dejar de lado. Y eso no se ha investigado, ni se ha rozado, ni la iglesia ni gobierno alguno en el mundo ha tocado el tema de las propiedades inmobiliarias del opus dei ni de las ingentes cantidades de dinero que circulan en el interior de la institución perfectamente libres de impuestos y a salvo de la vigilancia de las autoridades monetarias. El opus dei ha sufragado los acuerdos extrajudiciales de las diócesis americanas en casos de pederastia. El opus dei "alivió" el desfalco del Ambrosiano en tiempos de Juan Pablo II, estas son las verdades que compran el silencio de todos, incluida la jerarquía, porque poderoso caballero es don dinero.
Se echa en falta una iglesia menos comprometida con los poderes de este mundo.
Comentarios
http://www.interviu.es/reportajes/articulos/asi-hereda-el-opus-dei
Muchas gracias por dejarlo.
Denunciar la intromisión familiar o la manipulación de menores, sí. Y armarles un buen escándalo, también.
Si va Enrique Rojas a Pamplona, avísame, porfa. Iré para allá con una mesa de Ikea.
Un beso,
http://www.youtube.com/watch?v=7_AG-jXLYq0&NR=1&feature=fvwp
A mí me ocurre con algunas personas. Por ejemplo con mi madre (desde el inicio dijo q debía olvidarme de lo sucedido y no denunciar, porque... puedes imaginar por qué lo decía).
Yo sufrí el Opus unos años de mi vida. Y aunque no dejaré que un hijo mío se acerque por un centro que huela a Opus, prefiero mirar el futuro reconciliándome con mi pasado. Quiero decir que como ahora ya no puedo cambiar aquellos años y, me guste o no me guste, soy en parte fruto de aquel tiempo, voy a aprovechar lo bueno que aprendí (que algo hubo, aunque fuera conocer a algunas personas estupendas) y a procurar que a los de mi alrededor no les toque vivirlo.
Benedicto, repito, es el único pontífice que se ha atrevido a comenzar a investigar a la Obra y a otros movimientos que, bajo el paraguas de que eran de laicos, han hecho en su interior lo que les ha dado la real gana y sin control. Y yo eso lo alabo porque, aunque sea tímidamente, la Iglesia comienza a quitarles la impunidad. Puede que no sea suficiente, pero es un comienzo.