Una palabra maletín del opus dei

En el opus dei se confunden voluntaria y constantemente esas dos virtudes. Cuando vas a una charla de fe, en realidad te hablan de obediencia a la directoras. Y cuando vas a una charla o meditación sobre la obediencia, justifican la necesidad de plegarse a la más mínima indicación de tus "jefas" en virtud de la fe.

Pero cambiarse de centro, o de habitación o dejar un trabajo por indicación de los "superiores" en la obra no tiene que ver con la fe. Son cuestiones de disciplina y organización, necesarias desde luego donde hay un grupo grande de gente. Disciplina no es fe.

Ellos inventan una palabra puente entre fe y obediencia, o quizás un "concepto maletín" como Lewis Carroll en "Alicia en el país de las Maravillas". Una expresión que lleva truco: "visión sobrenatural". Según esto "tengo visión sobrenatural cuando obedezco a las directoras". Con independencia de lo que me manden, si lo han mandado ellas no hay más que hablar. Lo mismo si te dicen "escucha las conversaciones telefónicas de fulanica", "quédate en la esquina de la calle vigilando quien entra y sale de esa casa", "despréndete de ese vestido al que estás muy apegada", "hazle tal corrección a mengana", "no te pongas más esa blusa con la manga tan corta", "no te quedes con este regalo de tu madre, "pídele x millones a la farmaceútica para becas de sacerdotes", "háblale a menganica para pitar".... etc, etc. De veras que el ejercicio de la "visión sobrenatural" en el opus dei no conoce límites ni fronteras.

Y como normalmente las personas captadas por el opus dei son católicos convencidos el cortocircuito que se produce es total, porque no es fácil si se ha entrado joven e inocente descubrir la falacia. De ahí los conflictos psicológicos que genera la pertenencia a este grupo, de los que muchos no se liberan en su vida, aún habiendo salido del opus dei, siguen arrastrando el estigma de la "falsa culpabilidad".

Decía el fundador en frase "requetecomentada" que "en una obra de Dios el espíritu ha de ser obedecer o marcharse." Yo diría que esa frase estaría mejor aplicada a un ejército, una secta, una tiranía cualquiera. En efecto, en esos casos, no hay lugar para la expresión libre de la opinión. Pero, ¿es un ejército o una tiranía el mejor analogado para expresar lo que es una obra de Dios?

Pienso que es otro abuso de las palabras llamar "obra de Dios" a lo que fue y es "obra de Escrivá", viva imagen de su creador. Escrivá era un señor que confundía constantemente sus intereses y preferencias con la voluntad de Dios.

Un ejemplo de ello es el tema de la "solución jurídica" de la obra que fundó. En otras palabras en la contestación a la pregunta ¿qué es el opus dei dentro de la iglesia católica?

La contestación es fácil si se aceptan las mistificaciones y embrollos opusinos, los discursos de Juan Pablo II escritos por curas numerarios para poner en boca del papa lo que es "doctrina del opus dei", ni de lejos "doctrina de la iglesia".

Pero la contestación a ¿qué es el opus dei? no es tan fácil cuando se observa lo que cotidianamente se vive en el opus dei, en especial como numeraria. Hemos vivido normas de monjas, hemos vivido como en un convento, con reglas de vigilancia que hace mucho ya no se estilan en las órdenes religiosas actuales, como la lectura de la correspondencia por parte de los superiores, o la confusión entre dirección espiritual y disciplina. Los mismos que gobiernan son los mismos que supuestamente "dirigen espiritualmente las conciencias". Abuso palmario.

Y otras reglas que hay en el opus de control muy estricto que tengo la certeza no las han tenido nunca ni las carmelitas descalzas ni los cartujos, por citar reglas que me parece son duras.

Cuando he tenido la oportunidad de charlar con personas que han estado en una orden religiosa me ha sorprendido comprobar que la vigilancia a la que yo estuve sometida no es ni mucho menos corriente en otras "familias" católicas. Por eso de esas conversaciones siempre he sacado la impresión de que mi vivencia de numeraria no fue vivencia religiosa ni espiritual, sino fanatismo sectario y culto a la personalidad de un jefe.

Escrivá predicaba sobre la solución jurídica como si realmente a Dios nuestro Señor le interesara tanto como a él el derecho canónico. "Dios quiso fundar el opus dei en 1928, (Dios no funda cosas), Dios quiso que el opus dei fuera instituto secular, Dios quiso que el opus dei fuera prelatura personal", que es su actual estatuto canónico.

Sorprende la paradoja de una institución rica en canonistas. Son los especialistas más abundantes dentro de las "ciencias teológicas" que tiene el opus dei. Repartidos por todas las universidades españolas y muy presentes en Roma, en su universidad de la santa cruz, en los dicasterios romanos. Y la paradoja del caso es que todo empezó por un sacerdote aragonés que prescindió alegremente del derecho canónico desde sus primeros pasos como presbítero.

En 1926 su traslado desde Zaragoza a Madrid, parece una iniciativa personal, no lleva una carta de su obispo o como se llame eso. Se va como hizo siempre "porque le da la gana". Y en Madrid no está en una parroquia, no tenía la correspondiente licencia episcopal para ello, sino que confiesa monjas, ¿prepara una tesis doctoral de derecho?, reúne jóvenes estudiantes en una chocolatería de la calle de Alcalá, en fin todo muy entretenido pero no era la missio canónica que le había dado su obispo ni obispo ninguno en el mundo.

Esa es la gran duda que me corroe, ¿se atuvo Escrivá en su ida de Zaragoza a Madrid al derecho canónico? ¿por qué nadie le pidió cuentas de ello nunca?

Es muy curiosa la sintonía que tuvo este cura Escrivá con los obispos y figuras eclesiales que más apoyaron a Franco en los años cuarenta, como fueron Eijo y Garay, el obispo que lo protegió sin preguntarle siquiera ¿por qué y cómo está Vd. en Madrid? y el fraile Pérez de Urbel.

Y ya su ida a Roma como fundador en 1946 desde Madrid, alucinante. ¿Puede un cura cualquiera hoy que no está incardinado hacer las maletas y establecerse en Roma con independencia de cualquier autoridad eclesiástica?

Digo todas estas cosas para ver si alguien reacciona y observa que los más "fieles servidores de la iglesia", como ellos se tienen a sí mismos, han hecho siempre lo que han querido. Y han elevado su voluntad a voluntad divina.

Otro aspecto interesante que sus seguidores cultivan profusamente es hacer de él una persona con dotes proféticas. Por ejemplo, tengo para mí que la anécdota según la cual ya en 1936 celebrando misa en una iglesia madrileña vió las lápidas de unos prelados de Indias y le indicó a Pedro Casciaro que allí estaba la solución jurídica del opus dei es una creación posterior. Con historias como esta conseguían hacernos creer en los dones tan especiales "que nuestro Padre había recibido del Cielo", como si fuera un nuevo profeta Isaías. Pero no lo era, y en cualquier caso, las soluciones jurídicas no suelen formar parte de las profecías. Son asuntos demasiado pedestres, de interés por el poder. Si hay profetas y profecías no tienen que ver con el derecho canónico, ¡hace falta ser torpes para confundir una cosa con la otra!