CAZA Y PESCA
La historia del Opus en Portugal tiene su capítulo chusco, de esos que les gustaría borrar como han conseguido con tantos otros. Me refiero a aquel numerario, amo de las finanzas, hermano de Encarnita Ortega, una numeraria histórica candidata a santa, que se largó con la pasta y lo encontraron en Venezuela. La policía lo extraditó a España, y en Barajas fue recibido por una comisión opusina que lo internó rápidamente en la clínica psiquiátrica del doctor López Ibor.
Clásico con la gente importante y molesta, porque un numerario de postín dando semejante espectáculo con joyas y mujeres le hubiera costado la canonización al entonces instituto secular. Pasó en 1965 y aunque la historieta es larga no tiene desperdicio, mucho color, con unos diciendo que era un comunista y los otros aclarando la noticia e internando al susodicho. España es sórdida cuando nos ponemos a ello.
Opus sin psiquiatras no funciona, van de la mano, hay que recoger los deshechos que va produciendo el monstruo. Tienen que tener en todas las ciudades su "psi" de confianza, que no necesite ver al paciente para recetar. Sí es terrorífico. Pero está muy bien tapado. Todavía hay gente que se extrañe de que sigamos adelante, cuando es de pelos de punta lo bien atado que lo tienen todo por cada uno de los posibles cabos por los cuales la trama se podría soltar.
Luis Rojas Marcos no tiene nada que ver con esta historia. Al final de este post Isabel Caballero, una gran colaboradora del blog, explica el porqué de la confusión que no es casual. Has de ir al último párrafo.
Por desgracia se han salido con la suya y ya les han dado permiso para montar una escuela de esas que son pero que no son pero que no tienen nada que ver en Postdam. Ha pasado lo contrario que en el caso de Catherine Tissier, en primera instancia el juez dijo que no al futuro colegio. Que que era eso de separar niños de niñas, que no era igualitario. El caso lo tenía que revisar el tribunal contencioso administrativo federal, es decir la instancia suprema.
Y le han dado la razón "al grupo de padres y madres", primer disfraz. El sr. Horst Henner no es ningún padre ni ninguna madre. El encabeza por ahora y de cara a la prensa el "grupo de padres y madres", pero es un numerario, que se diría director del centro en Berlín. Todos los demás numerarios están trabajando cuando un periodista va a visitarlo, él hace de "amo de casa" y los honores a las visitas. Santifica la visita guiada de la casa.
Me detengo en la argumentación de los supremos jueces, ¡quiero ser supremo juez! y así tener siempre la razón "no está probado que la coeducación asegure el objetivo educativo de la igualdad entre hombres y mujeres" y "que los mismos objetivos se pueden conseguir con distintos métodos educativos". Que de momento los expertos pedagogos no han dado por bueno y sentado que esa igualdad se consigue con clases mixtas, hay que dejar la puerta abierta a que se pueda conseguir también separando.
Entiendo porqué se dedican al derecho y para que les sirve el derecho, torcer y retorcer a su gusto el mundo. Y también porqué quedarse en juez de primera instancia es de pobres, y por eso procuran acceder a las altas. Donde no hay quien te tosa cuando dictas, así sea tu dictado una patochada.
Con los jueces no me meto, ¿qué visitas habrán recibido? ¿cómo irán de relaciones sociales?. Los Opus no se quedan en casa esperando a ver qué sale como el resto de la población. Me meto con la sustancia del asunto. La igualdad les da igual. Una escuela es para ellos un microclima en el que poder captar cuanto antes mejor. Tal y cómo va la sociedad, aceptar las movidas opusinas como lo hicimos todos hasta el estómago sólo se puede hacer en la edad temprana. Ni igualdad ni desigualdad. Hay que tener a los muchachos lejos de las muchachas, educados sólo por hombres, muchos de ellos célibes para meterles el gusanillo de la vocación. Entre la clase, la preceptoría, el comedor, el campamento y por si acaso quedara algún minuto libre, el club de por las tardes. Entras sin querer en el planeta y al principio es muy divertido y diferente, y para los chicos muy bruto. Pronto llegan las rebajas.
Conozco unas cuantas numerarias que después de una carrera universitaria, no han desempeñado otra actividad en su vida que la caza y pesca. Eso sí, hay posibilidades de ascenso. No es lo mismo pescar en Jaén que pescar en Sevilla, Valencia, Madrid o Barcelona. Todavía hay clases. E incluso puedes pasar a ser "asesora regional" si lo haces rematadamente bien. Estómago hace falta para seguir en la brecha veinte años, cuando conforme pasa el tiempo ya se tiene experiencia de numes que se va destrozadas y de otras que se quedan dentro pero ¡en qué condiciones llegan a viejas las numerarias!.... Seguir con la caza y pesca conociendo de sobra el destino es negarse a ver. Con lo que les gusta calcular ya habrán dado con "el índice de perseverancia". En mi época ya era bajo, la inmensa mayoría de las que se hicieron numerarias de mi quinta, lo habían dejando antes que yo. En aquellos entonces sin ser de la posguerra éramos "más religiosas" y "más piadosas" que hoy. Así que las perspectivas de que la gente se quede no son muchas. Pero si te pueden explotar cinco años, con esos cinco años que se quedan. Las cuentas irán por ese lado. Como se van muchas que entren muchas y lo comido por lo servido. Mientras están dentro sacan algo de dinero y de trabajo regalado.
Cuando un alemán que cayó en la trampa de la numerariez y ya salió, Georg Döller, dice que acabó agotado de tanto santificar el trabajo, el numerario Horst Henner de 69 años, contesta que ser del Opus Dei es como el Everest de la creencia. Top of the world en una palabra. De ahí que la cantaran non stop en las juventudes opusinas.
El tal Georg Döller, un "Ausstieger", "former member", un "ex", cuenta lo mismo que todos pero en alemán.
Sus padres buscaban un lugar católico cuando él tenía 9 años. Encontraron un club para adolescentes. Vaya, del Opus Dei. La misma fórmula: excursiones, aventura, sólo para chicos, muy divertido. Como de paso le preguntaban si quería asistir a Misa o a la meditación. Era un muchacho sensible a la religión, así que el Opus lo tuvo fácil con él. También el hecho de participar en algo le atraía, en la escuela solía estar solo. En un viaje a Roma ¿UNIV? le urgieron a escribir la carta de pitaje (Aufnahmebrief) tenía 15 años. En Camino, punto 617 se dice. "Obedece como la herramienta en manos del artesano que no pregunta porque tiene que hacer esto o aquello".
Hoy Döller reconoce que "se trataba de ser dócil, de hacer todo lo que te mandaran desde arriba sin la posibilidad de una sola crítica". No le pareció mal, estaba orgulloso de pertenecer a algo. Las chicas, el alcohol, las fiestas no iban con él.
Con 21 años hizo la fidelidad, entraba en el equipo líder. Procediendo de un medio relativamente sencillo se encontró con una organización mundial, estaba fascinado. Le dieron encargos, organizaba la formación de los numerarios, administraba el dinero, los estudios. Después de un año estaba agotado. "Te tienen siempre ocupadísimo, no hay tiempo para pensar." Tras su crisis personal le dió por pensar, por cuestionar las cosas que le ponían nervioso. Habla de un control permanente, de las charlas semanales con el director espiritual, de la confesión semanal, de la enmendatio o reconocimiento de culpas en público "Schuldbekenntnissen im Kreis der Mitbrüder". Duró un año más.
Pero durante mucho tiempo el sentimiento de culpa le acosó, se preguntaba si había traicionado a Dios por irse. Posteriormente se dió cuenta de que había sido teledirigido en su desarrollo personal. Y todavía hoy cuando algo va mal en la vida se pregunta si será un castigo divino, tiene 50 años y enseña en un Gymnasium.
La pertenencia, la religiosidad, las ganas de participar, de hacer algo que no sea divertirse, la gente más valiosa, de mejor corazón. Decididamente pescan chicos con ideales. Inmaduros pero con ideales.
Comentarios
"Se le nota que es un cura de pueblo"
Cada cual que saque sus conclusiones....