EL ALCALDE DE UNCASTILLO
Necesitamos más gente así, para no morirnos de aburrimiento repitiendo lo mismo igual. Me ha parecido de antología. Imposible expresarse mejor. ¡Ole tu gracia! Lo de "menos papeles que una liebre" me lo quedo.
Me ha llamado la atención lo que sucedió en este pueblo aragonés.
De la comarca de las 5 villas, recorrido turístico célebre.
Las rencillas y animadversiones personales desempeñaron un papel crucial. En este pueblo fueron asesinadas 180 personas, irrumpieron en el pueblo varios grupos de falangistas y requetés que, con la colaboración de la guardia civil, entraron en las casas se llevaron los bienes y detuvieron a los miembros de organizaciones y sindicatos de izquierdas, así como a sus amigos y familiares. Las detenciones se basaron en documentos incautados, rumores o denuncias de los derechistas locales, que a menudo nacían de rencillas ocasionadas por conflictos económicos o sentimentales.
A las detenciones de mujeres, hombres, adolescentes, se sucedían las salvajes palizas y con frecuencia la muerte. Por el crimen de haber bordado una bandera republicana, dos hermanas, Rosario y Lourdes Malón Pueyo de 24 y 20 años, fueron violadas y luego asesinadas; los responsables quemaron sus cadáveres. En este caso, los hechos tuvieron lugar fuera de la aldea, pero muchas ejecuciones se hacían en público y se obligaba a todo el pueblo a estar presente.
Muchas veces, los arrestos y los asesinatos se llevaban a cabo por recomendación del párroco. Qué hijo de Dios más bruto. En el caso de una joven de 19 años, embarazada de gemelos, el médico pidió que se le perdonara la vida, y la Guardia civil aceptó, a regañadientes también los falangistas. Pero el cura exclamó: "muerto el animal, se acabó la rabia". Y finalmente fue ejecutada. Vaya un cura que no era Provida...qué raro. Porque la mujer, ya sabemos que no valemos, pero los fetos suelen ser el ojito derecho del clero y demás adláteres "fundis".
La víctima más prominente fue el alcalde, Antonio Plano Aznárez, quien, cabe recordar se había granjeado el odio de los terratenientes de la zona por haber mejorado las condiciones laborales de los jornaleros. También se le hizo responsable, aunque injustamente, de los actos revolucionarios que habían tenido lugar entre el 5 y 6 de octubre de 1935. En un principio lo mantuvieron arrestado en Zaragoza, a partir del 30 de julio, su esposa, Benita, y sus hijos, Antonio y María, fueron encarcelados en el cuartel de la guardia civil.
A principios de octubre de 1938 llevaron a Antonio Plano de Zaragoza a Uncastillo para ejecutarlo en coincidencia con el segundo aniversario de los sucesos de octubre de 1934. No fue solo un acto de venganza por el pasado, sino también un escarmiento de cara al futuro. Plano representaba en la región todo lo que la República ofrecía en términos de justicia social y educación: por ello, no se conformaron con matarlo, sino que lo sometieron a la forma más bruta de humillación, tanto antes como después de su muerte. Lo sacaron del cuartel de la Guardia Civil chorreando sangre como consecuencia de las palizas. Le habían obligado a tomar una botella de aceite de ricino, así que cubierto de sangre y de sus propios excrementos, tuvieron que sujetarlo a un tablón de madera para mantenerlo erguido. Frente a la iglesia lo fusilaron, para regocijo y aplauso de los derechistas allí presentes. A continuación, siguieron maltratando su cuerpo, hasta que uno de los falangistas lo mutiló con un hacha. Un año después de su muerte, Plano fue penalizado con una colosal multa de 25.000 pts., y su esposa con otra de 1.000. Para poder cobrarlas las autoridades confiscaron el domicilio familiar y los bienes que contenía. Hubo muchos casos similares, que ponían en bandeja una excusa para robar las propiedades de los asesinados. En Uncastillo murieron 140 izquierdistas. Buena parte de los lugareños que habían participado en los sucesos revolucionarios de 1934 habían huido, pero 44 de los que seguían en el pueblo fueron ejecutados.
Qué ambiente se quedaría en ese pueblo después de tanto horror ¿cómo se pudo seguir viviendo ahí?
Me ha llamado la atención lo que sucedió en este pueblo aragonés.
De la comarca de las 5 villas, recorrido turístico célebre.
Las rencillas y animadversiones personales desempeñaron un papel crucial. En este pueblo fueron asesinadas 180 personas, irrumpieron en el pueblo varios grupos de falangistas y requetés que, con la colaboración de la guardia civil, entraron en las casas se llevaron los bienes y detuvieron a los miembros de organizaciones y sindicatos de izquierdas, así como a sus amigos y familiares. Las detenciones se basaron en documentos incautados, rumores o denuncias de los derechistas locales, que a menudo nacían de rencillas ocasionadas por conflictos económicos o sentimentales.
A las detenciones de mujeres, hombres, adolescentes, se sucedían las salvajes palizas y con frecuencia la muerte. Por el crimen de haber bordado una bandera republicana, dos hermanas, Rosario y Lourdes Malón Pueyo de 24 y 20 años, fueron violadas y luego asesinadas; los responsables quemaron sus cadáveres. En este caso, los hechos tuvieron lugar fuera de la aldea, pero muchas ejecuciones se hacían en público y se obligaba a todo el pueblo a estar presente.
Muchas veces, los arrestos y los asesinatos se llevaban a cabo por recomendación del párroco. Qué hijo de Dios más bruto. En el caso de una joven de 19 años, embarazada de gemelos, el médico pidió que se le perdonara la vida, y la Guardia civil aceptó, a regañadientes también los falangistas. Pero el cura exclamó: "muerto el animal, se acabó la rabia". Y finalmente fue ejecutada. Vaya un cura que no era Provida...qué raro. Porque la mujer, ya sabemos que no valemos, pero los fetos suelen ser el ojito derecho del clero y demás adláteres "fundis".
La víctima más prominente fue el alcalde, Antonio Plano Aznárez, quien, cabe recordar se había granjeado el odio de los terratenientes de la zona por haber mejorado las condiciones laborales de los jornaleros. También se le hizo responsable, aunque injustamente, de los actos revolucionarios que habían tenido lugar entre el 5 y 6 de octubre de 1935. En un principio lo mantuvieron arrestado en Zaragoza, a partir del 30 de julio, su esposa, Benita, y sus hijos, Antonio y María, fueron encarcelados en el cuartel de la guardia civil.
A principios de octubre de 1938 llevaron a Antonio Plano de Zaragoza a Uncastillo para ejecutarlo en coincidencia con el segundo aniversario de los sucesos de octubre de 1934. No fue solo un acto de venganza por el pasado, sino también un escarmiento de cara al futuro. Plano representaba en la región todo lo que la República ofrecía en términos de justicia social y educación: por ello, no se conformaron con matarlo, sino que lo sometieron a la forma más bruta de humillación, tanto antes como después de su muerte. Lo sacaron del cuartel de la Guardia Civil chorreando sangre como consecuencia de las palizas. Le habían obligado a tomar una botella de aceite de ricino, así que cubierto de sangre y de sus propios excrementos, tuvieron que sujetarlo a un tablón de madera para mantenerlo erguido. Frente a la iglesia lo fusilaron, para regocijo y aplauso de los derechistas allí presentes. A continuación, siguieron maltratando su cuerpo, hasta que uno de los falangistas lo mutiló con un hacha. Un año después de su muerte, Plano fue penalizado con una colosal multa de 25.000 pts., y su esposa con otra de 1.000. Para poder cobrarlas las autoridades confiscaron el domicilio familiar y los bienes que contenía. Hubo muchos casos similares, que ponían en bandeja una excusa para robar las propiedades de los asesinados. En Uncastillo murieron 140 izquierdistas. Buena parte de los lugareños que habían participado en los sucesos revolucionarios de 1934 habían huido, pero 44 de los que seguían en el pueblo fueron ejecutados.
Qué ambiente se quedaría en ese pueblo después de tanto horror ¿cómo se pudo seguir viviendo ahí?
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http://www.lanacion.com.ar/1719754-esto-va-a-durar-dos-o-tres-anos-despues-llegare-a-la-casa-del-padre