TRES PREGUNTAS AL "OPUS DEI"
TRES PREGUNTAS AL "OPUS DEI"
P.Marcel METZGER, profesor en la facultad de teología de Estrasburgo
No tengo nada que decir sobre los progresos interiores de conversión personal, de contemplación y oración en el conjunto de esta asociación. Sólo Dios puede saberlo, porque todo crecimiento en ese ámbito pertenece "a la simiente que crece por sí misma" es decir que Dios hace crecer (Mc 4, 26-29). Sólo me ocuparé del tema de la pastoral ya que me parece importante en el espíritu cristiano que abordemos estas cuestiones en la plaza pública de la Iglesia, pues somos cristianos y formamos un solo cuerpo, laicos y clérigos, solidarios unos con otros, sobre todo cuando se trata de nuestra disponibilidad con respecto al Reino de Dios. Abordaré tres cuestiones: la eclesiología, la publicidad en la Iglesia y la santidad.
LA ECLESIOLOGIA
Varios conflictos que han surgido a propósito del "Opus Dei" me parece que provienen de la divergencia de puntos de vista sobre la articulación de la Iglesia universal y las Iglesias locales: los prelados que tienen responsabilidades "supradiocesanas" han acudido al "Opus Dei", pero las comunidades locales se oponen a él. Ahora bien, la cohesión de las iglesias locales está estrechamente ligada a la misión y es lo que me parece que el "Opus Dei" parece ignorar, su organización supradiocesana lo hace poco sensible a este hecho. Así por ejemplo podemos leer en el artículo de Le Tourneau (cura numerario): "Dios ha puesto la Obra al día una vez por todas dándole unas características particulares, laicas; no necesitará nunca adaptarse al mundo..." (p. 299). (Palabras que los ex opus y opus reconocemos como de la pluma de nuestro santo founder...¿es posible que eminentes teólogos censores vaticanos (Ratzinger en sus tiempos) no hayan apreciado "la tendencia gnosis" que encierran y por tanto la herejía?) No sé si el "Opus Dei" necesitará adaptarse al mundo, pero me parece seguro que tiene que adaptarse a la iglesia actual que ha evolucionado bastante desde los tiempos del P. Escriva de Balaguer.
PUBLICIDAD
¿Será sólo una impresión ? No lo sé, pero tengo el sentimiento de asistir desde hace algunos años en la Iglesia a una especie de campaña publicitaria en favor del "Opus Dei". Reportajes, artículos que miembros de esta asociación publican en las revistas, incluso las reacciones de hostilidad son explotadas con habilidad: establecer un paralelismo entre la historia de la Compañía de Jesús y el "Opus Dei", es decir, anuncian su triunfo final. Pero ¿es conveniente vender el producto con tanto ditirambo y alabanzas episcopales y cardenalicias (ver p. 300 del artículo citado), pretendiendo demostrar que el "Opus Dei" está en la línea del último concilio, más aún, que son queridas por el mismo Dios? En una iglesia sierva y pobre nos gustaría un lenguaje menos triunfalista.
UNA LLAMADA A LA SANTIDAD
El gran mérito del "Opus Dei" es haber proclamado ampliamente en la iglesia la llamada a la santidad. (Y también dedicarse a hacer con empeño todo lo contrario). Sin embargo la presentación de esta llamada y el lenguaje utilizado están muy marcados por la situación de la cristiandad. Por una parte porque la santidad me parece que es descrita a menudo de manera individualista, olvidando presentar a la Iglesia como lugar de la santidad. Lo mismo vale para la presentación del apostolado. Por otra parte desde la renovación profunda patrística y bíblica del concilio: "Santificarse, santificar a los otros por la profesión, santificar el mundo desde dentro, participar en la corredención de la humanidad". Todo el Nuevo Testamento nos enseña que la santidad es un don de Dios, esas expresiones no se corresponden para nada con esa enseñanza evangélica.
¿Qué podemos esperar del "Opus Dei" en pastoral ? No expreso aquí mi opinión ni mis deseos. Que los teólogos de esta asociación religiosa reformulen pues su teología y su lenguaje en lo referente a la llamada a la santidad; que todos sus miembros dejen la dirección de la obra ("Opus") a Dios. Ello calmará quizás las reacciones hostiles que se encuentran hoy y les evitará tener que invertir tanto en publicidad dentro de la iglesia.
P.Marcel METZGER, profesor en la facultad de teología de Estrasburgo
En estos tiempos en que las iglesias deberían de estar ocupadas en la misión, ¿es razonable que unos inviertan toda su energía y tiempo para contestar o para justificar al "Opus Dei" ?
Desgraciadamente sí. Porque también se trata de la misión, hay que desviarse un poco por este terreno. Lo haré esperando evitarles a otros el desvío.
No conozco el "Opus Dei" más que por mis lecturas, me voy a apoyar únicamente en un artículo en el que P. Le Tourneau justifica la erección del "Opus Dei" en prelatura
personal (en Revue des sciences religieuses, Estrasburgo, octubre 1983, p.
295a).No tengo nada que decir sobre los progresos interiores de conversión personal, de contemplación y oración en el conjunto de esta asociación. Sólo Dios puede saberlo, porque todo crecimiento en ese ámbito pertenece "a la simiente que crece por sí misma" es decir que Dios hace crecer (Mc 4, 26-29). Sólo me ocuparé del tema de la pastoral ya que me parece importante en el espíritu cristiano que abordemos estas cuestiones en la plaza pública de la Iglesia, pues somos cristianos y formamos un solo cuerpo, laicos y clérigos, solidarios unos con otros, sobre todo cuando se trata de nuestra disponibilidad con respecto al Reino de Dios. Abordaré tres cuestiones: la eclesiología, la publicidad en la Iglesia y la santidad.
LA ECLESIOLOGIA
Varios conflictos que han surgido a propósito del "Opus Dei" me parece que provienen de la divergencia de puntos de vista sobre la articulación de la Iglesia universal y las Iglesias locales: los prelados que tienen responsabilidades "supradiocesanas" han acudido al "Opus Dei", pero las comunidades locales se oponen a él. Ahora bien, la cohesión de las iglesias locales está estrechamente ligada a la misión y es lo que me parece que el "Opus Dei" parece ignorar, su organización supradiocesana lo hace poco sensible a este hecho. Así por ejemplo podemos leer en el artículo de Le Tourneau (cura numerario): "Dios ha puesto la Obra al día una vez por todas dándole unas características particulares, laicas; no necesitará nunca adaptarse al mundo..." (p. 299). (Palabras que los ex opus y opus reconocemos como de la pluma de nuestro santo founder...¿es posible que eminentes teólogos censores vaticanos (Ratzinger en sus tiempos) no hayan apreciado "la tendencia gnosis" que encierran y por tanto la herejía?) No sé si el "Opus Dei" necesitará adaptarse al mundo, pero me parece seguro que tiene que adaptarse a la iglesia actual que ha evolucionado bastante desde los tiempos del P. Escriva de Balaguer.
PUBLICIDAD
¿Será sólo una impresión ? No lo sé, pero tengo el sentimiento de asistir desde hace algunos años en la Iglesia a una especie de campaña publicitaria en favor del "Opus Dei". Reportajes, artículos que miembros de esta asociación publican en las revistas, incluso las reacciones de hostilidad son explotadas con habilidad: establecer un paralelismo entre la historia de la Compañía de Jesús y el "Opus Dei", es decir, anuncian su triunfo final. Pero ¿es conveniente vender el producto con tanto ditirambo y alabanzas episcopales y cardenalicias (ver p. 300 del artículo citado), pretendiendo demostrar que el "Opus Dei" está en la línea del último concilio, más aún, que son queridas por el mismo Dios? En una iglesia sierva y pobre nos gustaría un lenguaje menos triunfalista.
UNA LLAMADA A LA SANTIDAD
El gran mérito del "Opus Dei" es haber proclamado ampliamente en la iglesia la llamada a la santidad. (Y también dedicarse a hacer con empeño todo lo contrario). Sin embargo la presentación de esta llamada y el lenguaje utilizado están muy marcados por la situación de la cristiandad. Por una parte porque la santidad me parece que es descrita a menudo de manera individualista, olvidando presentar a la Iglesia como lugar de la santidad. Lo mismo vale para la presentación del apostolado. Por otra parte desde la renovación profunda patrística y bíblica del concilio: "Santificarse, santificar a los otros por la profesión, santificar el mundo desde dentro, participar en la corredención de la humanidad". Todo el Nuevo Testamento nos enseña que la santidad es un don de Dios, esas expresiones no se corresponden para nada con esa enseñanza evangélica.
¿Qué podemos esperar del "Opus Dei" en pastoral ? No expreso aquí mi opinión ni mis deseos. Que los teólogos de esta asociación religiosa reformulen pues su teología y su lenguaje en lo referente a la llamada a la santidad; que todos sus miembros dejen la dirección de la obra ("Opus") a Dios. Ello calmará quizás las reacciones hostiles que se encuentran hoy y les evitará tener que invertir tanto en publicidad dentro de la iglesia.
La Croix - 14 mayo 1985
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