LOS QUE NO SE METIAN EN POLITICA
En esos años España seguía con el programa económico del
dictador que fue un desastre y sumió al país en la pobreza ralentizando su
recuperación económica. En 1951 la situación seguía igual y Joaquín Ruiz
Giménez sustituyó a Ibáñez Martín al frente del ministerio de Educación.
Pareciera que al OD se les iba su principal valedor cerca de Franco. Pero un
nuevo personaje providencial entró en escena,
el Almirante Carrero Blanco. Hacia 1950 los problemas matrimoniales del Almirante llegaron a oídos del entorno del Pardo. Su mujer le había dejado por un aviador norteamericano. Dña Carmen Franco era muy puntillosa con estos temas y quería alejar a Carrero Blanco, por el impresentable problema.
el Almirante Carrero Blanco. Hacia 1950 los problemas matrimoniales del Almirante llegaron a oídos del entorno del Pardo. Su mujer le había dejado por un aviador norteamericano. Dña Carmen Franco era muy puntillosa con estos temas y quería alejar a Carrero Blanco, por el impresentable problema.
Fraga, el del PP, con Carrero Blanco, el protector de los OD |
Laureano López Rodó joven nume de 30 años estaba por
entonces pergeñando el Concordato de España con la Santa Sede. Carrero supervisaba
la jugada por encargo del dictador. El nume y el Almirante aunque separados por
17 años de edad se hicieron amigos. Con frecuencia comían juntos en los mejores
restaurantes de Madrid y un día, en conversación apostólica de amistad y
confidencia, Carrero le contó a Laureano sus problemas matrimoniales. Laureano
por su parte no tardó en presentarle a un cura del opus recién ordenado, a la sazón
Amadeo de Fuenmayor, que se convirtió en confesor y director espiritual del
Almirante. Amadeo arregló el matrimonio, no sabemos cómo ni porqué, pero
despejó las preocupaciones de dña Carmen Polo de Franco. Carrero ascendió a
secretario general de la
Presidencia, mano derecha del Caudillo.
A pesar de que Escrivá seguía insistiendo y murió
insistiendo en que sus “hijos” no se metían en política, un grupo de ellos
conspiraban ya desde entonces a favor de un regreso a la monarquía tras la
dictadura. Las reuniones tenían lugar en Molinoviejo, una finca opus en la
provincia de Segovia, al lado de Ortigosa del Monte, un lugar histórico por
motivos varios y que tuve la oportunidad de pisar hace más de 20 años, en
masiva convivencia regional de directoras de “san Gabriel”. Escrivá seguía con
puntualidad todos los aspectos del plan e incluso se reunió con los diferentes
aspirantes al trono para tomar el pulso a sus reacciones. Ya para entonces Juan
Carlos estaba en España “estudiando” con profesorado opusino escogido.
En aquellos tiempos “Opus Dei” tenía dos sartenes políticas
calentando. Una era la llamada “tercera fuerza” dirigida por el décimo apóstol
el incombustible y entusiasta Calvo Serer. La otra más profunda y duradera
empezó con López Rodó, catedrático de Derecho Administrativo que practicaba la
ética opusina del virtuosismo profesional, veía el éxito de todo lo que
emprendía como un signo de su perfección cristiana.
Calvo y Laureano eran opuestos en temperamento y en los
medios que empleaban para conseguir lo mismo. Calvo se quemó a sí mismo en
variedad de batallas políticas y periodísticas. López Rodó alcanzó las cimas
más vertiginosas del poder, dejando un impacto perdurable en las instituciones
políticas españolas. Representaba lo más noble y elitista del “Opus Dei”.
Laureano |
Calvo tenía la intención de unir franquistas y monárquicos
en su “tercera fuerza”. Estaba a favor de una monarquía restaurada en la
persona de don Juan, exiliado en Portugal. López Rodó prefería al hijo, Juan
Carlos, lo mismo que Franco que contaba manejar al jovenzuelo con más facilidad
que a su padre. Como así fue y resultó.
En septiembre de 1953 Calvo se jugó el todo por el todo y
sacó un artículo demoledor de Falange en la revista de tendencia derechista
“Ecrits de Paris”. Los falangistas era incompetentes e ineficientes. Tildó a
los demócrata cristianos de paniaguados y afeó a Ruiz Giménez la falta de
cohesión en su política educativa. La alternativa: una tercera fuerza basada en
un control más estricto del gasto público, un gobierno descentralizado, una
economía más liberal y una monarquía “representativa”. El artículo fue una
bomba, por vez primera una figura pública conocida por su adscripción al “Opus
Dei” tomaba partido. Dentro del instituto algunos criticaron las intenciones de
Calvo. Otros temieron que el estatuto canónico opusino se viera comprometido.
OD no estaba interesado en el poder político, el sistema
político con su estructura de partidos, sus intereses y alianzas. Sino que
estaba interesado en el la política de su propio apostolado, que Cristo pueda
reinar en todos los aspectos de los esfuerzos humanos, añadiendo cómo Cristo
debería reinar, una visión que no era ni siquiera la de todos los católicos.
Franco ignoró a la Tercera
Fuerza, Calvo pasó al limbo político. Y el Caudillo se fijó
en Laureano.
En agosto de 1953 se firmó el Concordato, terminaba así el
aislamiento de España. Hubo un precio que pagar: la iglesia estaría exenta de
impuestos y se le facilitarían fondos para construir iglesias. Los obispos
tenían derecho a exigir que se retiraran las publicaciones que consideraran
ofensivas, al tiempo que las publicaciones de la iglesia no estaban sometidas a
la censura estatal. El concordato daba a la iglesia el derecho de fundar
universidades lo que fue importante tanto para Franco como para el “Opus Dei”.
Ruiz Giménez desde su puesto de ministro de educación
bloqueó las pretensiones de mayor influencia opusina en su negociado. A
principios de los 50 un tercio de todos los departamentos universitarios estaba
dirigido por miembros de OD. Escrivá decidió fundar su propia universidad, el
Estudio General de Navarra en Pamplona. Empezó por una facultad de derecho,
pero no podía dar títulos. Los estudiantes tenían que ir a Zaragoza en taxi
para examinarse, lo contaba López Jacoiste, al que
descubrieron como reliquia viviente de los “prmeros tiempos” de la uni.
Siguió una facultad de medicina y otra de filosofía, y otra
de periodismo.
En cuanto el Concordato estuvo firmado OD quiso transformar
su uni en univeridad pontificia. El nuncio Antoniutti salvó los obstáculos que
salieron al paso en esta ocasión. Era fan del Opus, su chófer y criadas
“pertenecían”. En Madrid se hablaba del nuncio opustólico. Escrivá esperaba que
la aprobación del Estudio como Universidad sería pan comido.
Simultáneamente al lobbying para conseguirlo un milagro
ocurrió en Villa Tevere. El 27 de abril de 1954, martes, EdB se curó de la
diabetes que padecía desde una década antes. Algunos días no podía tenerse en
pie, perdía vista, tenía una campanilla en la mesilla para llamar si necesitaba
la Extremaunción
por la noche. Dejó cilicio y disciplina para evitar infecciones.
Estaba cenando cuando se desmayó. Según Portillo pasó por
todos los colores: rojo, púrpura, amarillo pergamino, fue como si encogiera,
desplomado sobre la silla. Alvaro le dio la absolución y llamó al médico. Para
contrarrestar la insulina le puso un terrón de azúcar en la boca. Recuperó la
conciencia, perdió la vista durante varias horas. Cuando recuperó la vista se
había curado de la diabetes. Poco después la gente lo llamaba “el cura
milagro”, Alvaro recordaba que nada escapa a la divina Providencia.
Lo que acabó por catapultar a los tecnócratas opusinos
fueron los disturbios de los trabajadores en Barcelona en 1957. La inflación se
había disparado empeorando la situación económican y la balanza de pagos fuera
de control. El país era víctima del gasto descontrolado, no había una política
monetaria coherente ni una política fiscal. Franco restructuró el gobierno.
Marcó un hito en el desarrollo del Opus Dei.
López Rodó dirigió la reestructuración gubernamental. Tras
los cambios de julio de 1957 Falange retenía sólo 3 ministerios, interior,
exteriores y el ejército. Los tecnócratas no sólo querían hacer política,
también pretendían la integración de España en la economía europea. Gracias al
“Opus Dei” o al menos a López Rodó, España sin darse cuenta se alejaba de la
lista de dictaduras del mundo.
Los tecnócratas: Mariano Navarro-Rubio, ministro de
Hacienda, 43 años, abogado de Teruel, luchó en el bando franquista durante la
guerra y fue herido tres veces. Competente y trabajador era miembro del Banco
Popular y responsable del rápido crecimiento del mismo. Dotó a España de una
política monetaria.
El nuevo ministro de Comercio era Alberto Ullastres,
numerario, profesor de economía política y miembro del consejo del Banco
Hipotecario Con estudios en Francia y Alemania, luchó en el frente de Asturias
en el bando franquista. LR, NR y U trabajaron juntos y contribuyeron a poner
más tecnócratas en el gobierno.
Una vez que se formó el gobierno OD sacó un comunicado para
negar el compromiso en política de la institución: "las actividades son directa
y exclusivamente apostólicas y dada su espiritualidad no se mezcla en la
política de ningún país.” Estrictamente hablando era verdad. OD no es un
partido político ni quiere serlo. Sn embargo tiene objetivos políticos aunque
ocultos, coherentes con su visión de ser el regenerador del catolicismo. Sus
miembros sean ministros o empresarios están sujetos a una dirección espiritual
mucho más seria que cualquier católico de a pie.
En 15 años, entre 1960 y 1975 España creció más ràpido que
cualquier otro país. En 1968 la renta per cápita llegó a la cifra mágica de
1000 $. Cuando empezó la recesión a mediados de los 70 debida a la situación
económica mundial, España era la novena potencia económica mundial. Si en 1957
sólo 1 de cada 100 españoles tenía coche en 1970 ya eran 1 de cada 10. En todas
las casas había teléfono y en casi todas lavadora y frigorífico. El
analfabetismo había descendido por debajo del 10% y el número de estudiantes se
había duplicado. Los obreros españoles de 1970 podían aspirar a mucho mejores
salarios que sus padres, y gracias se decía, al "Opus Dei" España se había
integrado en la economía europea.
Pero con la riqueza llegó la corrupción.
Comentarios