FIDELIDAD A MERCADONA

No puedo menos que pensar que somos un país enfermo. He visto el reportaje y entrevistas de Evole a los trabajadores de Mercadona. Como para no volver a comprar ahí ni un paquete de pipas.

No es sólo lo denunciado por la sindicalista, el trabajador despedido y el proveedor, que cada cosa por separado tiene tela, sino el postureo y lo artificial, lo “pactado” y estilo papagayo en las respuestas políticamente correctas hasta la naúsea de la despampanante relaciones públicas y del encargado de planta o como quiera que le llamen.

Un jefe es un jefe, no confundir cliente con jefe, todas las entidades sectarias empiezan por manipular el vocabulario. Deberíamos ya de aprender el ABC. Claro que somos clientes que hemos de ver satisfechas nuestras expectativas y comprar “a gusto”, el jefe es el que te da órdenes y vigila que rindas y no te pilles excesivas bajas. El cliente es el que paga y hace que tu negocio marche si das un buen servicio, porque vuelve si se siente bien tratado y te hace la propaganda.

 El método mafioso de no pagar seguridad social sino autoasegurarse, si el gobierno lo permite, fatal, que cambien eso ya. El método mafioso de que un proveedor solo sea proveedor de Mercadona, fatalidad entre las fatalidades que a cualquiera se le ocurre es un riesgo que no se debe correr ni siquiera voluntariamente ni por muy bien que te vaya, estás en manos del supermercado y a su arbitrio.

El método mafioso de la reunión de proveedores recolectando billetes de 50 para ejemplarizar ¿qué? ¿Qué el jefe de Mercadona se comporta como una especie de Al Capone? De verdad que me puso mal cuerpo y me recordó a ciertas experiencias que fui a ver su biografía, en efecto, ha pasado por el IESE Business School. ¿Es que no hay manera de hacer negocios en este país sin  métodos inquisitoriales y semi sectarios? Qué tostón, pequeños opus en todos los niveles de la sociedad.

Digan lo que quieran sobre los dones caritativos pero en el pueblo en el que trabajo hubo Mercadona antes que en la capital, y los chavales comentaban que cerraban los contenedores con candado para que la gente no se llevara lo que tiran por caducado.

Los medios de deformación nos transformaron a los recluta de base en cristianos fundamentalistas. Los hijos de aristócratas y gran burguesía no pasan por estas servidumbres.

Cuando hicimos la fidelidad, de rodillas ante el cura y ante la cruz negra de madera, el cura revestido como para dar la bendición, dije más o menos:

En pleno ejercicio de mi libertad yo Ana Azanza declaro mi firme intención de dedicarme con todas mis fuerzas a alcanzar la santidad y a ejercer el apostolado según el espíritu y las costumbres del “Opus Dei”. Desde esta fecha hasta el próximo 19 de marzo, en la oblación, o definitivamente, en la fidelidad me comprometo a:

Permanecer obediente al Prelado y las autoridades que lo representan en todo lo que pertenece al fin específico de la Prelatura y

A cumplir mis obligaciones como numeraria del Opus Dei y observar las normas por las que se rige la prelatura y también a observar todas  las prescripciones legales del prelado y de las demás autoridades de la Prelatura según el Codex Iuris, el espíritu y su apostolado.

El cura, un tal don Enrique Molina, que no sé de donde salió, pero el pobre era un muermo predicando, me dijo:

Como representante del Vicario Regional yo Enrique Molina declaro que desde el momento en que te unes a la prelatura como numeraria y todo el tiempo que permanezcas como tal, el Opus Dei asume las siguientes responsabilidades:

proporcionar todas la formación doctrinal, espiritual, ascética y apostólica y a atenderte espiritualmente a través de los sacerdotes de la prelatura y

 asumir todas las responsabilidades que en relación con los fieles de la Prelatura figuran en el Codex Iuris propio de la Prelatura.