ETICA MINIMA
El libro de Rebeca Quintans ha acabado por hacerme sentir
asco, directamente y sin más, cuando he llegado al capítulo del monarca disparando
a un oso emborrachado y medio amaestrado, puesto a tiro para más seguridad en una cacería en Rusia.
Estos
millonarios del mundo con sus armas carísimas, algunas de decenas de miles de
euros, con incrustaciones de oro, son una amenaza para el planeta. ¿Qué
necesidad y qué gracia tiene cazar animales y ponerlos en peligro de extinción?
Están acabando con ellos. Además del dineral y el derroche que supone vivir
como en un hotel de cinco estrellas estando en medio de la selva. Da igual si
se lo regalan todo, es inmoral, y ya si se ha usado el dinero del contribuyente
para estos viajes cinegéticos sería el colmo. Una ONG ecologista lo quitó de
presidente de honor, menos mal porque los episodios que ha protagonizado no son
para que esté al frente de WWF.
Millones que se gasta España en su protección, guardia
civil, ejército, policía, aviones a disposición de la última “amante” oficial
con la que incluso pensó casarse. Los parlamentarios y jueces ejerciendo de
parapeto para todas las iniciativas que podían ser nocivas a las reales
personas. Si yo fuera Leti, que no lo soy, me llevaba a mis hijas para que no
se criaran en semejante enrarecido ambiente, donde uno lleva una vida de
millonario, gastando un dinero que no ha ganado y viviendo con una mentalidad
de que “me lo den todo hecho por ser quien soy”.
El cerco periodístico y judicial a la monarquía para
protegerla de los escándalos y los
jueces es el verdadero escándalo, los ha transformado en auténticos monstruos morales,
que no conocen los límites que tiene la vida de la persona. Viviendo en el
derroche “casi siempre de vacaciones” sin hacer nada útil, más que negocios
turbios que a todos enturbian menos a él por ser su persona inviolable. Con miles
de millones en el extranjero mientras el pueblo pasa necesidad. Palacios y
servidumbre a disposición por toda la península, al tiempo que se habrán
enterado imagino del drama de los desahucios por la prensa.
Les da lo mismo, no van con ellos, tren de vida, 2 millones de dinero
público para ponerle la casita en los mismos terrenos de la Zarzuela a la Corinne. Y la reina tragándose todo
eso y más, puesto que esa señora alemana ha sido la última de una larguísima
lista. Hijos por ahí más que con Sofía, que hasta le podrían birlar el trono a
Felipe si los tribunales españoles accedieran a las pruebas de ADN.
¿Qué es esto? ¿El OD defensor del matrimonio y la familia
protegiendo tanta inmoralidad? Ellos que dormían con el Royo Marín de almohada
y a la otra noche con el Catecismo nuevo de la Iglesia católica, dando su
consentimiento a este modelo de padre y marido.
El numerario y cura Federico Suárez estuvo de capellán real
¿cómo llevaba confesar numerarias que se acusan de haberse mirado en un espejo
con una oreja y con la otra ver la vidorra de un monarca que elegía las mujeres
según salían en la televisión? Qué barbaridades nos hemos tragado.
Luego los hipócritas de los periodistas diciendo que esa es
su vida privada, ya, bien que nos los ponían de modelo en los posados navideños
y veraniegos haciendo de familia feliz.
Ha demostrado pasar de todo y de todos.
Precisamente ha sido el modelo de lo contrario que dice Kant
hay que hacer con los “seres racionales”. El ha usado a todo el mundo y cuando
se cansaba de la persona o ya no le era útil lo dejaba tirado como una colilla:
pasó con su padre, con Suárez, con Sabino, con Armada, con Conde, con Manolo
Colón…a la cuneta uno detrás de otro y de la noche a la mañana después de años
de fidelidad perruna.
También me ha fastidiado mucho enterarme de que está detrás
de la “privatización” del sol, que lo de las placas solares no tira en España
porque lo que importa es que no baje el margen de beneficios de sus amigos
multimillonarios. Cuando si algo nos sobra y tendríamos que ser primera
potencia mundial es sol, qué vergüenza y qué desastre. Hasta las narices de
mantener tanto inútil, porque ellos que presumen tanto de modelito y palmito, sale
de nuestro trabajo y sudor, y como no padecen lo que conlleva una vida laboral,
derrochan.
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