DEFECTO DE PROCEDIMIENTO

Algunas de las preguntas sin contestar tras las pesquisas del juez Almerighi en el Vaticano:

3. ¿Cuáles eran las razones para el sabotaje por parte del IOR de la iniciativa de Hnilica? ¿Se debía a que la dirección del IOR había tratado por separado con Carboni para adquirir por su cuenta los documentos desaparecidos? La ausencia de dichos documentos sugiere que el IOR –entonces controlado por el Opus Dei, si creemos las últimas palabras de Calvi- había llegado a un acuerdo por separado.

4. Las implicaciones morales del Vaticano metido en estas maquinaciones son inquietantes. ¿Tenía el Vaticano cosas tan terribles que ocultar que necesitaba recurrir a los servicios de Carboni? En su carta al papa de 3 de junio de 1982 Calvi hablaba de su papel en la financiación de barcos de guerra para las dictaduras latinoamericanas, de la ayuda financiera al sindicato Solidarnosc y de la financiación de otros grupos disidentes en el Este de Europa? Calvi no hubiera hecho estas afirmaciones si no tuviera la documentación que lo probara a mano. ¿Qué pasó con todos esos documentos?

5. Dejando a Hnilica a la intemperie, ¿era consciente del Secretario de Estado de que lo estaba empujando a tratar con los tiburones prestamistas de los bajo fondos? Bajo la amenaza de Carboni el 17 de marzo de 1987 Pro Fratribus solicitó a Vittore Pascucci un préstamo de 10 millones de $ por 6 meses. Pro Fratribus recibió un avance de millón doscientos sesenta ₤ a un interés usurero. Según la Guardia di Finanza Pascucci era el amo tras el Eurotrust Bank Limited de Crocus Hill, capital de la isla de Anguilla, en las Antillas menores. Aunque no tenía autorización para operar en el extranjero tenía una oficina en Roma con el nombre Eurotrust SpA. Eurotrust Bank estaba siendo investigado por lavar dinero de la droga a cuenta de la mafia.

6. Lo más importante de todo ¿cuánto sabía el Papa de todo esto? ¿Eran sus consejeros del Opus Dei los hombres que dirigían, según Calvi y otros, la finanzas vaticanas al margen del Papa? Según Hnilica el correo del papa era filtrado por la Secretaría de Estado. Otras fuentes indican que el Papa sólo era informado de lo que sus consejeros querían.

El juez Almerighi esperaba encontrar respuestas a estas preguntas y por ello citó a monseñor Hilary Franco. Había descubierto que su nombre de bautismo real era Ilario Carmine Franco, nacido no en NY sino en Calabria. Interrogó al monseñor durante 45 minutos antes de dejarlo por imposible, el juez lo juzgó “evasivo y no digno de confianza” en sus respuestas.

monseñor Hilary Franco, en campaña pro beatificación d un obispo amigo suyo

Además el “Opus Dei” en Roma había hecho público otro comunicado en el que aseguraba no tener conexión ninguna con el affaire Calvi y que “Hilary Franco jamás había estado en contacto con el Opus Dei ni con ninguno de sus miembros”. Esto parecía bastante improbable aunque no fuera más que por el cargo de Hilary Franco en la Congregación de Clero, en la que Alvaro Portillo era consultor y el obispo de Leira, Alberto Cosme do Amaral, miembro de la dirección.

El comunicado salía también con el bien conocido estribillo de que Don Mario Lantini vicario regional de Italia había invitado a la viuda Calvi mediante carta certificada “a justificar con todos los detalles la base de sus afirmaciones según las cuales su marido tenía tratos con el Opus Dei”. Y que todavía estaban esperando una respuesta.

Prefiero no mentar a quien me recuerda este tipo de chulerías.

Estaba bastante claro que Flavio Carboni había usado el contenido del maletín de Calvi a su conveniencia, quitando resmas de documentos y dejando sólo los que supuestamente harían avanzar el plan, además de insertar otros que nada tenían que hacer ahí, que seguramente no fue Calvi quien los insertó.. Es complicado entender porqué Calvi iba a llevar documentos sobre la supuesta traición a Sindona. Ni tampoco porqué iba a llevar un papel en el que ponía “Conversación con Roberto Calvi, banquero del Ambrosiano y blanqueador de dinero negro”

La presencia de esos documentos en el maletín mostrados en la tele le venían bien a Carboni y a los que como él pretendían sacar tajada de la especie de que Calvi era un hombre de bajos standards morales y que no merecía credibilidad, un hombre que no tenía que ser creído cuando afirmaba que el “Opus Dei” se había hecho con el control del IOR. El juez Almerighi concluía: “el objetivo era ensuciar la imagen de Calvi y hacerlo aparecer como el defraudador número 1 del banco vaticano.”

Almerighi recomendó que Carboni, Lena y Hnolica fueran juzgados según el art. 648 del código penal, artículo referente al delito menor de comerciar con bienes robados, la pena máxima prevista en caso de veredicto culpable eran 5 años de cárcel. No era mucho, pero era un principio. En marzo de 1993 los 3 fueron declarados culpables, pero más tarde le veredicto fue invalidado por defecto de procedimiento legal.