EL DOGMA DE LA ASUNCIÓN
Amenazas, bravuconadas y estupideces "on diversion". ¿Qué tendré que ver con Hipercor? uno más con la pinza ida.
La historia de Pío XII me ha iluminado sobre el tipo de espiritualidad que se nos inculcó, estrechamente relacionada con el tipo de política que también se nos inculcó a la base. Las alturas de la pirámide es otra historia.
El centralismo papal, la veneración al Papa, un pelín salida de madre no es por nada, está relacionada con el dogma de la infalibilidad de 1870 que a su vez está relacionada con la pérdida de poder temporal de los romanos pontífices con la creación del Reino de Italia. "Como ya no soy soberano temporal, toma dogma de la infalibidad papal".
Está clara la obsesión por el dominio de los nombramientos episcopales desde Roma a partir de entonces. Por lo visto en otros momentos cabildos catedralicios, consejos diocesanos tenían que decir en el nombramiento del obispo local. Los papas con el nombre de Pío desde el IX hasta el XII, hicieron por quedarse en exclusiva con la función de escoger a los obispos del mundo. Hubo fricciones, pero se hizo.
Todo ello en detrimento del sano pluralismo y sana diversidad y sana libertad de las gentes y culturas. Es curioso que la devoción al Papa fuera unida a la devoción mariana, Lourdes y Fátima. Fátima y sus tres secretos, el tercero de los cuales lo guardó Juan XXIII en el cajón. Y este ambientazo medio esotérico "Cristo, María, el Papa" se nos decía, o también las 3 "pes": "Papa, Padre, pitables", tiene mucho que ver con la espiritualidad que emanaba el pontífice Pío XII y su pontificado que duró desde 1939 hasta 1958. Un período fundamental en la historia de Europa.
Desde el punto de vista político aborreció y temió por encima de todo a los bolcheviques, como nosotros aborrecimos el marxismo. Mientras que con el nacionalsocialismo fue contemporizador, igualico que el defunto de su agüelico..... El autoritarismo me va, nos va.
Tras la guerra mundial y la liberación de Italia se mostró contrario a la "democracia relativista". Los regímenes políticos que Pío XII tenía como modélicos eran la España de Franco y el Portugal de Salazar.
Por lo tanto y en consecuencia es normal que tengamos en todas nuestras poblaciones una vía dedicada a este sumo pontífice.
Es importante como el santo oficio degolló la nouvelle theologie de dominicos y jesuitas franceses. Congar, Lubac, Chenu perseguidos como antes lo habían sido los teólogos modernistas en la época de Pío X. Todo esta atmósfera me resulta familiar, y me molesta profundamente que nos hicieran pasar semejante ambiente eclesial años 50 por el "último grito" cuando había pasado casi medio siglo. Por no hablar de los arcaísmos litúrgicos misas en latín celebradas de espaldas al pueblo además del velo para las mujeres "en la iglesia".
Y lo que más me ha agradado de esta lectura es que todo forma parte de un mismo sistema o carcasse, político-litúrgico-pseudo espiritual retro, que no responde a la sensibilidad actual y que hace del catolicismo objeto museístico.
Como es agosto viene al pelo el último dogma.
Pese a la supresión de la teología de Chardin, los curas obreros, y Congar que promovía el ecumenismo, Pío XII era consciente de que había que renovar la liturgia. Cambió las reglas del ayuno eucarístico, restauró la ceremonia de la vigilia Pascual, permitió las misas vespertinas facilitando el cumplimiento del precepto.
Pero sus intentos de revitalizar la espiritualidad fueron una mezcla de piedad popular y autocracia papal. Su devoción a la Virgen María que venía desde la infancia con rezo del rosario y el Angelus, se amplificó con el dogma papal. El 1 de noviembre del Año Santo de 1950 Pío XII anunció desde el balcón que "La Inmaculada madre de Dios María siempre Virgen, una vez que hubo concluido el ciclo de su vida, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial". Tres días más tarde se publicaba la definición del dogma de la Asunción en Munificentissimus Deus. Era el primer (y hasta hoy el único) decreto solemne e irrebatible hecho por un Papa de acuerdo a la definición de infalibilidad de 1870.
Que la Virgen no se corrompió como todos en la tierra provenía de una tradición cristiana controvertida puesto que no tiene base en la Escritura, pero que fue compartida a través de los siglos. El dogma está cargado de significado, en él se unen obediencia y castidad, triunfo asegurado de la corrupción y la muerte. Dualismo consagrado, de un lado la corruptibilidad y la gratificación sex y del otro el dominio del espíritu y la castidad.
Como pasó cuando Pío nono había proclamado la Inmaculada en 1854, el dogma de la Asunción llevaba aneja la exaltación del Sumo Pontífice proclamador. Invocaba más una celebración del poder papal que la resolución de una cuestión de importancia vital para la Iglesia. Después de todo el culto a la Asunción el 15 de agosto existía desde tiempo inmemorial.
Pero había un matiz de militancia en dicha formulación dogmática. Desde 1940 el generalísimo Franco usaba el culto de la Asunción, asociado en España con el Reinado de María en los cielos, como bandera de lucha contra el comunismo. La Asunción era una cuestión esencial entre los privilegios marianos ensalzados por las Legiones de María existentes en España, los voluntarios franquistas que formaron la División Azul contra el Ejército Rojo llevaban escapularios que ilustraban el misterio de la Asunción.
El dogma tenía el poder de inspirar y revitalizar la lealtad de las masas al culto a María. A la vez inspiraba lealtad al Papa y a su poder de atar y desatar en el cielo y en la tierra. Desgraciadamente suponía un obstáculo a los esfuerzos por la unidad de los cristianos. Los protestantes no podían aceptar este dogma al nivel del de la Trinidad, y los ortodoxos estaban descontentos con la deificación de María.
El fervor mariano de Pacelli se vió intensificado por una experiencia mística que habría tenido paseando por los jardines vaticanos, vió el sol girar como había pasado en Fátima. Este hecho lo reportó el card. Tedeschini, protector que fue del "opus dei" escrivariano. Así lo especifica Cornwell, Tedeschini lo reveló en una audiencia a peregrinos en Fátima en 1951.
El dogma de la Asunción anticipó la declaración de 1954 como Año Mariano. No sé si recordáis cuando en el od el prelado proclamaba años marianos ad intra, y multiplicábamos romerías, rosarios, jaculatorias, plegarias... jugando a ser un Pío XII particular...
Un jesuita español informó con cierta acritud de que " ráfagas de apariciones se extienden por los pueblos del este y el oeste de Europa, y la milagrería ha llegado hasta América y Asia donde se ha producido un florecimiento de prodigios no menos espléndidos". En EEUU floreció el padre Peyton aconsejando el rezo del rosario en familia.
Lo del jesuita quejoso refuerza mi impresión de que hay un jesuita para todo tipo de trabajos: lo mismo uno pone en orden la historia de los papas y postula la beatificación del autoritario papa X que otro se remanga y va a la fábrica a hacer apostolado con los obreros siendo uno más en la cadena de montaje, como otro es fusilado por los militares en el Salvador. Los ha habido para todos los gustos y no podemos decir lo mismo de sus émulos bajo ningún concepto.
El vacío creado por la supresión de aquellos teólogos que insistían en la iglesia comunidad más que en Jesús en el sagrario como nos gustaba a nosotros, se vió llenado con marianismo: combi de devoción popular y exhibición de masas fervorosas. Exaltación del papa y triunfalismo. Disciplina, obediencia, humilidad, castidad escrupulosa. Políticamente la devoción a María se consideraba un arma crucial en la guerra fría. ¿Quién no ha rezado el rosario por la "conversión de Rusia"? Llega el jesuita de turno:
En Cádiz en 1954 un predicador SJ declaró que "la pacificación sólo se podría alcanzar mediante entrevistas de diplomacia celestial celebradas en Lourdes y Fátima."
El temido tercer secreto de Fátima seguía insistiendo en la amenaza de la aniquilación si los fieles rechazaban el culto a la madre de Dios. En 1954 Franco habló a los españoles sobre la amenaza de las armas nucleares soviéticas: "Con la esperanza de que esa hora no llegue, nos entregamos con completa fe y devoción a la protección de nuestro santo patrón y a la intercesión del Inmaculado Corazón de María."
A veces no sé si oigo el founder o al dictador, la música y la letra son idénticas.
La historia de Pío XII me ha iluminado sobre el tipo de espiritualidad que se nos inculcó, estrechamente relacionada con el tipo de política que también se nos inculcó a la base. Las alturas de la pirámide es otra historia.
El centralismo papal, la veneración al Papa, un pelín salida de madre no es por nada, está relacionada con el dogma de la infalibilidad de 1870 que a su vez está relacionada con la pérdida de poder temporal de los romanos pontífices con la creación del Reino de Italia. "Como ya no soy soberano temporal, toma dogma de la infalibidad papal".
Está clara la obsesión por el dominio de los nombramientos episcopales desde Roma a partir de entonces. Por lo visto en otros momentos cabildos catedralicios, consejos diocesanos tenían que decir en el nombramiento del obispo local. Los papas con el nombre de Pío desde el IX hasta el XII, hicieron por quedarse en exclusiva con la función de escoger a los obispos del mundo. Hubo fricciones, pero se hizo.
Todo ello en detrimento del sano pluralismo y sana diversidad y sana libertad de las gentes y culturas. Es curioso que la devoción al Papa fuera unida a la devoción mariana, Lourdes y Fátima. Fátima y sus tres secretos, el tercero de los cuales lo guardó Juan XXIII en el cajón. Y este ambientazo medio esotérico "Cristo, María, el Papa" se nos decía, o también las 3 "pes": "Papa, Padre, pitables", tiene mucho que ver con la espiritualidad que emanaba el pontífice Pío XII y su pontificado que duró desde 1939 hasta 1958. Un período fundamental en la historia de Europa.
Desde el punto de vista político aborreció y temió por encima de todo a los bolcheviques, como nosotros aborrecimos el marxismo. Mientras que con el nacionalsocialismo fue contemporizador, igualico que el defunto de su agüelico..... El autoritarismo me va, nos va.
Tras la guerra mundial y la liberación de Italia se mostró contrario a la "democracia relativista". Los regímenes políticos que Pío XII tenía como modélicos eran la España de Franco y el Portugal de Salazar.
Por lo tanto y en consecuencia es normal que tengamos en todas nuestras poblaciones una vía dedicada a este sumo pontífice.
Es importante como el santo oficio degolló la nouvelle theologie de dominicos y jesuitas franceses. Congar, Lubac, Chenu perseguidos como antes lo habían sido los teólogos modernistas en la época de Pío X. Todo esta atmósfera me resulta familiar, y me molesta profundamente que nos hicieran pasar semejante ambiente eclesial años 50 por el "último grito" cuando había pasado casi medio siglo. Por no hablar de los arcaísmos litúrgicos misas en latín celebradas de espaldas al pueblo además del velo para las mujeres "en la iglesia".
Y lo que más me ha agradado de esta lectura es que todo forma parte de un mismo sistema o carcasse, político-litúrgico-pseudo espiritual retro, que no responde a la sensibilidad actual y que hace del catolicismo objeto museístico.
Como es agosto viene al pelo el último dogma.
Pese a la supresión de la teología de Chardin, los curas obreros, y Congar que promovía el ecumenismo, Pío XII era consciente de que había que renovar la liturgia. Cambió las reglas del ayuno eucarístico, restauró la ceremonia de la vigilia Pascual, permitió las misas vespertinas facilitando el cumplimiento del precepto.
Pero sus intentos de revitalizar la espiritualidad fueron una mezcla de piedad popular y autocracia papal. Su devoción a la Virgen María que venía desde la infancia con rezo del rosario y el Angelus, se amplificó con el dogma papal. El 1 de noviembre del Año Santo de 1950 Pío XII anunció desde el balcón que "La Inmaculada madre de Dios María siempre Virgen, una vez que hubo concluido el ciclo de su vida, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial". Tres días más tarde se publicaba la definición del dogma de la Asunción en Munificentissimus Deus. Era el primer (y hasta hoy el único) decreto solemne e irrebatible hecho por un Papa de acuerdo a la definición de infalibilidad de 1870.
Que la Virgen no se corrompió como todos en la tierra provenía de una tradición cristiana controvertida puesto que no tiene base en la Escritura, pero que fue compartida a través de los siglos. El dogma está cargado de significado, en él se unen obediencia y castidad, triunfo asegurado de la corrupción y la muerte. Dualismo consagrado, de un lado la corruptibilidad y la gratificación sex y del otro el dominio del espíritu y la castidad.
Como pasó cuando Pío nono había proclamado la Inmaculada en 1854, el dogma de la Asunción llevaba aneja la exaltación del Sumo Pontífice proclamador. Invocaba más una celebración del poder papal que la resolución de una cuestión de importancia vital para la Iglesia. Después de todo el culto a la Asunción el 15 de agosto existía desde tiempo inmemorial.
Pero había un matiz de militancia en dicha formulación dogmática. Desde 1940 el generalísimo Franco usaba el culto de la Asunción, asociado en España con el Reinado de María en los cielos, como bandera de lucha contra el comunismo. La Asunción era una cuestión esencial entre los privilegios marianos ensalzados por las Legiones de María existentes en España, los voluntarios franquistas que formaron la División Azul contra el Ejército Rojo llevaban escapularios que ilustraban el misterio de la Asunción.
El dogma tenía el poder de inspirar y revitalizar la lealtad de las masas al culto a María. A la vez inspiraba lealtad al Papa y a su poder de atar y desatar en el cielo y en la tierra. Desgraciadamente suponía un obstáculo a los esfuerzos por la unidad de los cristianos. Los protestantes no podían aceptar este dogma al nivel del de la Trinidad, y los ortodoxos estaban descontentos con la deificación de María.
El fervor mariano de Pacelli se vió intensificado por una experiencia mística que habría tenido paseando por los jardines vaticanos, vió el sol girar como había pasado en Fátima. Este hecho lo reportó el card. Tedeschini, protector que fue del "opus dei" escrivariano. Así lo especifica Cornwell, Tedeschini lo reveló en una audiencia a peregrinos en Fátima en 1951.
El dogma de la Asunción anticipó la declaración de 1954 como Año Mariano. No sé si recordáis cuando en el od el prelado proclamaba años marianos ad intra, y multiplicábamos romerías, rosarios, jaculatorias, plegarias... jugando a ser un Pío XII particular...
Un jesuita español informó con cierta acritud de que " ráfagas de apariciones se extienden por los pueblos del este y el oeste de Europa, y la milagrería ha llegado hasta América y Asia donde se ha producido un florecimiento de prodigios no menos espléndidos". En EEUU floreció el padre Peyton aconsejando el rezo del rosario en familia.
Lo del jesuita quejoso refuerza mi impresión de que hay un jesuita para todo tipo de trabajos: lo mismo uno pone en orden la historia de los papas y postula la beatificación del autoritario papa X que otro se remanga y va a la fábrica a hacer apostolado con los obreros siendo uno más en la cadena de montaje, como otro es fusilado por los militares en el Salvador. Los ha habido para todos los gustos y no podemos decir lo mismo de sus émulos bajo ningún concepto.
El vacío creado por la supresión de aquellos teólogos que insistían en la iglesia comunidad más que en Jesús en el sagrario como nos gustaba a nosotros, se vió llenado con marianismo: combi de devoción popular y exhibición de masas fervorosas. Exaltación del papa y triunfalismo. Disciplina, obediencia, humilidad, castidad escrupulosa. Políticamente la devoción a María se consideraba un arma crucial en la guerra fría. ¿Quién no ha rezado el rosario por la "conversión de Rusia"? Llega el jesuita de turno:
En Cádiz en 1954 un predicador SJ declaró que "la pacificación sólo se podría alcanzar mediante entrevistas de diplomacia celestial celebradas en Lourdes y Fátima."
El temido tercer secreto de Fátima seguía insistiendo en la amenaza de la aniquilación si los fieles rechazaban el culto a la madre de Dios. En 1954 Franco habló a los españoles sobre la amenaza de las armas nucleares soviéticas: "Con la esperanza de que esa hora no llegue, nos entregamos con completa fe y devoción a la protección de nuestro santo patrón y a la intercesión del Inmaculado Corazón de María."
A veces no sé si oigo el founder o al dictador, la música y la letra son idénticas.
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