MINISTRO CONTRA PAPA

Al tiempo que la tecnocracia se asentaba, tomaba las riendas de lo que sería el día después de Franco, monarquía restaurada saltándose la línea de sucesión, muchos en la Iglesia católica española se iban desprendiendo de sus antiguos amores por la dictadura. Importante de cara a situarlos, situarnos. Siempre en el campo de la reacción, no en el progre. Al menos de puertas afuera. Ya hemos constatado que manejan los diferentes campos.

Así que el régimen franquista apoyado sobre 2 pilares, Iglesia y ejército, ha de aprender a sobrevivir sin la primera sufriendo sus ataques.

Antes del Concilio Vaticano II, las Hermandades obreras de Acción Católica (HOAC) tuvieron sus roces con el sindicato oficial vertical e instaron a los obispos a defender a los obreros católicos frente al poder.
En 1961 el cardenal Primado Pla y Deniel escribe al ministro secretario del partido único José Solis, "la sonrisa del régimen", justificando la labor apostólica de las HOAC y reprochando los métodos totalitarios que se oponen a los militantes obreros. En 1962 el mismo obispo interviene exigiendo al gobierno la puesta en libertad del líder HOAC Teófilo Pérez Rey, detenido por la policía. Son conflictos que traducen el deterioro de las relaciones Iglesia-Estado.
El mecanismo procede del privilegio de las organizaciones de laicos en un contexto de falta de libertades y por otra parte de la evolución democrática de los "espíritus", al menos de los curas jóvenes y de los laicos con responsabilidades sindicales.

Acción Católica obrera prepara a los mandos del futuro sindicalismo, reintroduce procedimientos electorales olvidados en España desde 1936. Tras ellos el impulso de una nueva generación de clérigos cuyas posiciones a menudo teñidas de marxismo ya poco tienen que ver con el nacionalcatolicismo de los curas de la guerra civil, como el célebre don Mónico Azpilicueta, cura carlista navarro que "alijaba" armas y pasaba mensajes preparando la sublevación.


La intelligentsia clerical y laica se puebla de elementos progresistas. Desde 1960 la revista cordobesa Praxis  no disimula su ideología avanzada cuando condena la "libertad plutocrática ofrecida por el mito de las justicias burguesas".

Por su parte el Ciervo ya en 1957 se preguntaba sobre la conveniencia de la opción demócrata cristiana, mientras que Signo, órgano oficial de las Juventudes de Acción Católica, adelanta de tal modo a todos con sus propuestas que en 1967 los obispos aceptan su cierre decretado por el gobierno.

El episcopado se ve obligado a sabotear el progresismo y prurito revolucionario en Acción Católica. Pero no basta la aparente sumisión de los obispos al poder. Dictadura e Iglesia ya no se entienden como en el pasado. El episcopado español se renueva y rejuvenece y el bajo clero entra en efervescencia religiosa, social y política.

Resuena aquí la predicación mil veces oída en las pelis del founder sobre los curas que hablan de política, de sociología y de necedades cuando el tema ha de ser Cristo y la salvación alcanzada por la pasión y muerte en la cruz. La sublimación de los ideales, el uso del evangelio como tapadera de la realidad injusta, no al análisis, sí a la ciega sumisión al cura, guía sobrenatural aunque poco ilustrado. En todo caso ducho para la manipulación del rebaño, desde la simpatía y deportividad aparentes al encierro en el estrecho redil de las ortodoxias tridentinas. También los curas que iban de republicanos catalanes, que alguno conocí bien de cerca. Cuanto fake....

Lo que nos enseñan que está separado y son 2 campos, en el fondo es 1.

Entre los años 1966 y 67 los curas y sus publicaciones progres son objeto de persecución judicial. El episcopado toma partido por los curas encarcelados a partir de 1965 en Zamora.
Este aspecto de las cosas llevará a monseñor Morcillo a renunciar en marzo de 1969 a todos sus cargos oficiales cuando accedió a la presidencia de la Conferencia Episcopal. Pronto habría casi 100 curas en la prisión concordataria de la ciudad castellana antes mencionada. Merecería exploración detallada los textos jurídicos en los que el régimen se apoyaba para la represión del clero hace solo medio siglo.

La distancia entre el gobierno y la Iglesia aumenta al ritmo de la ocupación de iglesias por los militantes de la oposición, de los manifiestos críticos con el poder de cientos de curas y de las tomas de posición hostil frente al régimen tanto de los obispos españoles como del Vaticano.  La ruptura con la dictadura transpareció públicamente en la Asamblea de obispos y sacerdotes de 1971, cuando los miembros de la misma expresaron su arrepentimiento por la actitud antidemocrática asumida por la Iglesia antes y durante la guerra civil.
Ya sabemos de donde procedió la reacción primera a semejante osadía del clero español. Momento estelar de su silenciosa y operativa misión de la que supimos gracias a las memorias de Tarancón y que a nadie parece emocionar la más mínimo.

Resonó como un trueno en el país la posición de los clérigos, el catolicismo oficial desertaba oficialmente del apoyo al régimen y se constituía en adversario acompañando así la postura papal.

Pablo VI procedió a nombramientos de obispos auxiliares que debían equilibrar las fuerzas dentro de la Conferencia Episcopal. Los prelados marcados por la Cruzada serán minoría a partir de 1970, la mayoría joven y moderna espera ayudar a la restauración del pluralismo político y el resurgimiento de una democracia cristiana, que como tal nunca hemos tenido.
 Otros han explicado los porqués.

En enero de 1973, tras la ruptura de las negociaciones para poner al día el viejo concordato, tuvo lugar un enfrentamiento personal entre Pablo VI y Gregorio López Bravo (m. 19-02-85) ministro (y supernume) de Asuntos Exteriores. Este incidente en el que GLB leyó la cartilla al romano pontífice, de ahí lo de ser más papista que el papa que nos caracteriza, fue el toque final de la "legitimidad católica" de la dictadura franquista, tras la advertencia que supuso la petición papal de clemencia durante los juicios de Burgos a etarras en 1970.
En septiembre de 1975 tuvieron lugar las 3 últimas ejecuciones del régimen, quedaban dos meses para el deceso del caudillo. Pablo VI lamentó y deploró las penas de muerte, el gobierno franquista se veía implícitamente "excomulgado" por la Iglesia, liberado de la preocupación de entenderse con ella.

Por poco tiempo, puesto que en 1977 antes de la Constitución se coló un nuevo concordato a espaldas de la supuesta soberanía popular que todavía disfrutamos. Y en 1978 accedió al Papado un obispo polaco que adulado por los od reconvertidos de su pasado franquista y haciendo  lo posible por ocultarlo, se verían ampliamente favorecidos por él en forma de prelatura, beatificaciones, canonizaciones, recepciones en San Dámaso y nombramientos episcopales  aún vigentes por todo el orbe.

Comentarios

Magí Ribas Alegret ha dicho que…
Parlamento Europeo hoy,

“Se ha generado un modelo de guerra cada vez más común en nuestros días, una manera de atacar a los contrincantes políticos a través de estrategias que tienen una apariencia de pleitos judiciales, pero que en realidad tienen la finalidad de desprestigiar, desautorizar e incluso oprimir a los contrincantes y a los opositores” (D. Riba i Giner, MEP)

Aviso para navegantes (Jueces y Fiscales del régimen), este "protocolo" se va a terminar.

https://www.ccma.cat/tv3/alacarta/roda-324-en-aranes/324-en-aranes-19022020/video/6031039/

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