THE FOUNDATION
Me parece que nunca hablé de la posguerra, que fue nuestro período fundacional. 1928 anodino año, final de la Dictablanda de Primo sin relación con nada. Pero la propaganda del franquismo primigenio del año de la Victoria 1939, con aquello de la virilidad "a troche y moche" se parece como gota de agua a nuestro libro de chevet, que en dictadura estuvo en casi todos los hogares, aunque pocos lo abrieran. Por no hablar del imperio español redivivo y a ver si aprovechando que Hitler iba ganando, los ingleses nos devolvían Gibraltar.
Como este "Gesto viril de los estudiantes de Puerto Rico,
ha sido comentado favorablemente el gesto viril de los estudiantes de la Uni de PR quienes arrojaron por un balcón desde un tercer piso al profesor español Enjuto, al enterarse de que el citado profesor había formado parte del Tribunal Popular que condenó en Alicante a José Antonio Primo de Rivera".
Qué España la de nuestra fundación....
Abril de 1939, en un periódico de Madrid: "Perdida sandalia de niña. Se agradecerá su devolución en..." La tragedia y la subsiguiente miseria, las depuraciones y los encarcelamientos. Algunos fueron depurados por doble, por auxilio a la rebelión, y por ser funcionario bajo la República. Se aplicó la retroactividad de la ley. Hasta 200.000 españoles formaban la población carcelaria, algunos de esos presos tuvieron que construir el penal.
Y lo de comer cada día, una odisea imposible para la inmensa mayoría: 300 g de azúcar, un cuarto de l de aceite, 400 g de garbanzos y un huevo... en Barcelona por persona en la segunda semana de marzo de 1940. El problema estaba en que los marxistas habían esquilmado la economía, decían los periódicos. Pero "por el imperio hacia Dios". Franco enlazó directamente con Isabel y Fernando mientras mataba a su propio pueblo de piojos y hambre.
En esas estaba la inmensa mayoría cuando llegó el Espíritu Santo una vez más a nuestra península y solar patrio, ya hay abundantes entradas que muestran que somos muy dados a los mensajes celestiales.
"Y quedaba el alma del Nuevo Estado, la Iglesia católica, pilar espiritual de la Cruzada, a la que en gracia a su inestimable soporte moral se habían devuelto sus bienes, restablecido los haberes del clero y ayudado generosamente en la reconstrucción de los templos destruidos en el desmadre antirreligioso que azotó la zona republicana. El renovado fervor de que hacía gala el pueblo español, con su masiva asistencia a las misas de campaña y a los desfiles procesionales en la España rescatada, hacía abrigar la esperanza de que la persecución sufrida hubiera inspirado un catolicismo sicnero que fuera edificante norma de vida y de comportamiento, en medios de los más inquietantes síntomas de inmoralidad que empezaban a percibirse".
"Estaba por ver si los esfuerzos de la Iglesia desde su predominante posición se iban a encauzar a poner a los católicos frente a las exigencias de su conciencia cristiana o si se prefería hacer uso de los privilegios para influir decisivamente sobre las apariencias externas de un Estado confesional que recababa la asesoría religiosa para todos sus estamentos, así como la intervención de la Iglesia en todos los organismos censores que exigía el control de las publicaciones y sobre los espectáculos. En cuando a la Enseñanza, la Iglesia contaba ya desde la guerra con todas las ventajas".
Pero aún hubo más. Un nuevo organismo de creación posguerrera, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, se ponía, según las palabras contenidas en el preámbulo del decreto que promulgaba su institución, bajo un concepto tomista que era vigilancia contra la herejía y filtro contra el librepensamiento. Un comentarista resaltó de este modo el espíritu que informaba el organismo:
"El Consejo Superior de Investigaciones Científicas está infudido por un espíritu genuinamente hispánico según la mejor tradición alumbrada por el genio de Menéndez y Pelayo. No se parece ni poco ni mucho a uno de aquellos armatostes del régimen liberal que, además de ser inútiles e inoperantes, eran un anto de sectarismo antiespañol a las órdenes serviles que la unutuosa Institución Libre de Enseñanza asumía con dengues redomamente hipócritas, de las Internacionales consabidas..."
"Muy poco antes de crearse el Consejo había parecido editado en Valencia, un librillo de máximas y aforismos piadoso-energéticos que pasó casi desapercibido dado lo exiguo de la edición (2.000 ejemplares) y lo pedestre de sus conceptos. Sin embargo, un sutil enfoque minoritario, exaltante y clasista, utilizando un léxico muy propio del contexto totalitario en boga, crearía una semilla de adeptos, uno de cuyos principales puntos de de fructificación y enquistamiento fue el Consejo recién fundado. Después, los selectos se lanzarían sobre las cátedras hasta casi coparlas, sobre el mundo de las finanzas y de los grandes negocios, eso sí, buscando, según decían la santidad en la vida ordinaria y en el más irreprochable y provechso ejercicio de su profesión. Obvio es decir que el librillo se llamaba Camino y su autor era un joven curilla baturro mosén JME, creador del famoso "Opus Dei".
"El perfil estatal que apuntaba en el horizonte español tenía además el valioso apoyo de los grupos financieros y de las clases altas, entre las que había que contar con unos terratenientes a quienes un decreto invalidando la Reforma Agraria republicana había devuelto sus tierras, abriendo con ello el camino a la restauración d eun cacicazgo que es el que cubría la improvisación sindical en el campo, restaurando unos esquemas laborales que a la larga traerían el hecho más significativo ocurrido durante el Régimen: la despoblación del agro, la emigración masiva que transformaría una mano de obra agrícola en proletariado industrial y urbano".
Que somos historia de España, a parte de la del Espíritu Santo, y de ahí la llamada...porque el éxito fue furibundo y duradero. Como lo prueban los que entramos en masa medio siglo después de estos acontecimientos básicos para lo que ha sido y sigue siendo nuestro país.
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