BLANCA HAMBRE

 Muchas gracias por toda la info y aprendizaje de vocabulario "limited hang out" =autodestape limitado, con su origen Nixon. 

Ya he visto como te han bloqueado reiteradas veces en la wiki, control de la propaganda, la imagen, lo que se dice, se oye, se comenta. Impresiona. La blanqueadora. Qué te puedo decir. Abundantes peloteras en el pasado cuando se negaba a publicarme,

¿por qué? era la pregunta. Enviaba y estaba esperando la hora de salida de los escritos, ya sabes, 15 h de Madrid, entonces, hoy 12 h de Madrid, temblando ¿lo habrá sacado? ¿no lo habrá sacado? y así. Lo mismo le pasaba  a Isabel Caballero, que se armaba unos líos tremendos, el doctor por ella perseguido era intocable. 

En esa época todavía trabajaba y vivía en la capital del reino, y estimo que había auténtico pavor a "meterse con" todo un "personaje consulta" barrio de Salamanca, que todavía hoy sigue en la palestra. Isabel iba con sus datos y documentaciones, mostrando que ese señor mentía sobre su cv, que decía cosas que no era, que maquillaba, que intentaba usar la confusión con el psiquiatra que está o estaba en NY de similar apellido....pero temblábamos como una hoja y por eso muchas publicaciones de Isabel salieron aquí o en sus dos blogs. No en OL, era tema colateral, no era el tema o qué sé yo.

En 2017 el escrito de la francesa cuyo padre supernume pereció en hospital parisino el 19 a las 19, al lado del escrito de Josefina sobre su padre, era la total, la prueba del 9. Esos dos escritos juntos uno detrás de otro arrancaba de cuajo la máscara que gastan y que nosotros ex con tanto quejarnos de que no nos dejaban ver la tele y había que usar cilicio, a veces contribuimos a mantener. Estaba claro que todo era un carnaval de rosarios porque la enjundia es otra. Pero el escrito de Françoise duró 24 h, al parecer el abogado de dña Blanca dijo que corríamos peligro con ese escrito ahí publicado. Corrían peligro ellos, nadie más.

Me da mucha pereza recordar el pasado, cuando mis escritos eran considerados incendiarios, radicales y execrables. No sé si estabais ambos en el cole todavía. Y había exes que sin atarse los zapatos,  tecleaban sandeces, puesto que matrix es matrix y siempre lo será. Luego las aguas se calmaron, hace mucho que no me veo censurada. Armisticio firmado. No se entiende que no haya sacado lo que enlazas de tu blog, es altamente interesante.



Ha habido muchos grandes rollos canónicos en ol que nos hemos tragado, grandes expertos, pero nunca había salido un "laico", no opus, nunca opus,  que se expresara sin telarañas en la cabeza, sin querer guardarles el aire, sino mostrando claramente lo radical y fundamentalmente cuatreros que son. Ya lo he entendido, somos Iglesia para no pagar impuestos y no somos Iglesia cuando queremos pasar desapercibidos. Muy bien apañado.

Ha habido gente muy interesante que ha desaparecido. Uno particularmente al que le averigüé que era cura aunque nunca lo dijo. Supongo que su trabajo actual peligraba y hubo de poner fin a sus colaboraciones. De hecho no se ha pronunciado a raíz de los motus propios o propria que no sé si motus es neutro o masculino y no lo voy a mirar.

De lo más despejado en materia ex. Lo mismo que el citado en el escrito que enlazo. Los dos missed.


Por otra lado grandes noticias en el poder judicial: se van. Que se note y si se les ponen pleitos, salgan perdiendo. No como hasta hoy, que siendo victimarios ponían pleitos a las víctimas y triunfaban, desplazando ex profeso jueces y juezas de un lado a otro para sus chanchullos. 



En cuanto a que no puedan sacar hoy  los videos del founder en el Coliseo, teatro de Buenos Aires donde tuvieron lugar las multivistas tertulias, nos las sabíamos de memoria "padre, mímeme", "mi hija, su hija, ¡hija de Dios!"..."fue para nosotros una fiesta espiritual"....el problema a parte  su histrionismo es el tipo de predicación. 

El publico que se la podía comprar, por ejemplo, mis padres, desaparece. Son otras generaciones que no van a entender que un cura en un teatro ante cientos de personas ataque la vestimenta de las mujeres. Para los católicos  criados en el franquismo o similares desde niños eran cosas relativamente normales. Ya hablé aquí de la pastoral sobre bañadores y de los ecos de esa España surreal en la Pamplona de mi adolescencia. 

Así que como hoy recuerda una, no chocaba que dijera que la mujer con pantalones, "¡menudo globo terráqueo!"... Me costó entenderlo, desde pequeña miro a la  gente preferentemente a la cara, pero los santurrones son como son y no añadiré una coma.  Una vulgaridad como otras tantas. 

En su salsa era muy retro, lo corriente de una persona formada durante la dictadura de Primo de Rivera en el seminario de Zaragoza. Lo habitual del clero español de la época.    Hoy los centros de interés de los sermones parroquiales han variado.


Me gusta dar a conocer a los españoles reales sufrientes de la época en la que se les empezó  a ver en el gobierno, dando ejemplo de desprendimiento del cargo y de que no buscaban el poder, si acaso servir a Cristo y a la Iglesia como  "quiere ser servida". Para el pueblo español, la "santificación del trabajo" música celestial, lo difícil era tener un trabajo que diera de comer sin más. Españoles inexistentes para el de Barbastro, Dios no le inspiró nada al respecto.

Es un reportaje que  hizo Goytisolo en Paris recogiendo testimonios de emigrantes:

Juan E., natural de V., provincia de Badajoz (iniciales para prevenir represalias)

Mi historia es de esas que, si vienen en un libro, no se creen: la gente piensa que el escritor se las inventa. He recorrido media España a pie, con el traje roto y casi descalzo, he mendigado un pedazo de pan, de cortijo en cortijo y, durante meses enteros, he dormido a la fresca, por no encontrar donde cobijarme. Ahora que me gano bien la vida y tengo mujer y techo, me gusta recordar lo que he pasado, que una cosa es contarlo y otra vivirlo.

Mi padre era un pobre jornalero de V. y se casó con mi madre durante la dictadura de Primo de Rivera. Mi padre trabajaba de peón en el campo y mi madre lavaba, fregaba y cosía para las gentes ricas del pueblo. Soy el mayor de 4 hermanos. En Extremadura, las mujeres están siempre encintas y mi familia es de las menos numerosas de V. A pesar de eso vivíamos miserablemente. Cuando vino la República tenía yo unos 3 años. Mis padres trabajaban hasta rendirse y, lo que ganaban, no alcanzaba siquiera para comer. Recuerdo, mucho después, un discurso de Largo Caballero. La gente gritaba y levantaba el puño en alto. Meses antes del Frente Popular fui, por primera vez, a la escuela. Hasta entonces, había vivido en la calle con los otros niños y no sabía nada de nada. Pero, como aquel verano hubo el Alzamiento, tuve que dejarla en seguida para ayudar a mi madre.

En la región de V. la tierra pertenece a un puñado de personas y, lo mismo encuentras grandes fortunas que gentes que no tienen dónde caer muertos.

El mismo día del Alzamiento, mi padre desapareció de casa y luego nos dijeron que se había pasado al otro lado, con los demás jornaleros. Como había votado por la República, tuvo miedo de que lo fusilaran. La línea de frente estaba a veintitantos km y mi madre lavaba y zurcía la ropa de los soldados franquistas. Yo iba a buscar leche a los cortijos.

Al acabarse la guerra,  mi padre estuvo encerrado 5 meses en un campo de concentración. Un conocido suyo me dijo si quería ser pastor y, a los 11 años, empecé a guardar sus cerdos, cabras y ovejas. Mis hermanos eran demasiado pequeños para ayudar y pasábamos mucha hambre. Luego, al quedar libre, mi padre se encontró con que no le daban trabajo. Había que traer comida a casa e iba de buena mañana al monte, a recoger leña. Mis hermanos cargaban también con la que podían y mi pobre madre buscaba hierbas medicinales y raíces que luego vendía por unos céntimos en las farmacias del pueblo. Con lo que ganábamos entre todos no podíamos comprar pan, ni arroz, ni aceite, la mitad de las noches nos acostábamos sin cenar y lo que comíamos siempre era lo mismo: hierbas del campo que no llenaban y no alimentaban, aceitunas, bellotas, habas y, de vez en cuando, y era un auténtico festín, boniatos y patatas hervidos, sin aceite.

En el pueblo, la mayor parte de la gente las pasaba tan negras como nosotros. Los niños tenían los vientres hinchados y, en un solo invierno murieron más de 50 personas. Había el Auxilio Social, pero no ayudaba más que a los de Falange. Los demás era como si no existiéramos. De buena mañana los hombres iban a la plaza a buscar trabajo y, si nadie los llamaba, no tenían otro remedio que ir al monte, y coger caracoles, bellotas, hierba, leña. Cuando los dueños acotaron sus tierras, los denunciaron a la guardia civil y ¡ay del que pescaban! Le quitaban lo que llevaba encima y le "arrimaban candela".

Los años siguientes, las cosas fueron de mal en peor: mi padre seguía parado  o haciendo alguna chapuza; mi madre cogiendo hierbas. Las que mis hermanos traían a casa las hervíamos para quitarles el gusto y las comíamos hasta hincharnos. En 1945 la sequía quemó las cosechas y los patronos no daban trabajo. En casa, no se podía aguantar ya. Un día, tenía 17 años y mi hermano segundo 14, nos largamos los dos, sin avisar. Para mis padres no éramos ninguna ayuda y, en cambio, estando fuera había dos bocas menos.

Estuvimos 15 días por los campos. Dormíamos al raso, o en cuevas o alojados por alguna persona caritativa. De lo que comíamos, será mejor que no hable. Muchos patronos al verme pedir limosna, me gritaban: "¡Fuera! ¡que no quiero mantener haraganes!" y cuando yo les ofrecía trabajar mi hermano y yo a cambio de un poco de comida se quedaban mudos y nos echaban a patadas.

Volvimos a casa tan pobres como antes y, al poco tiempo de llegar nos ofrecieron cuidar unas piaras de cerdos, a varios km del pueblo. Aceptamos en seguida la mar de alegres y estuvimos allí durante más de 2 años. Ganábamos 15 pts diarias entre los dos, una fortuna en aquel entonces. Mi hermana se vino a vivir con nosotros, cogía hierbas y hacía la comida. Las 15 pts nos daban para vivir los 3, comprábamos habas, patatas y las hervíamos mezcladas con las hierbas del campo. 

En caso, entretanto, las cosas iban peor que nunca. Mis padres seguían recogiendo hierbas y leña, pero no encontraban a nadie que se las comprara. No podían ocuparse de mi hermano pequeño, y mi madre, la pobre, se lo tuvo que dejar a mi tía. En agosto de 1947 cayeron enfermos los dos, y un tiempo después, mi hermana: eran los años del hambre y las privaciones, el peso de todo lo que llevábamos sufriendo.

El médico recetó unas inyecciones, pero nosotros no teníamos dinero. ¿Cómo íbamos a tenerlo si con las 15 pts debíamos comer todos?. En ningún lado querían fiarnos y tampoco podíamos empeñarnos, como hacían otros. En casa vivíamos como animales, sin colchones, muebles, mantas ni sábanas. Yo me estrujaba el cerebro buscando cuando, llegando el final del tiempo que habíamos apalabrado, el dueño de la piara nos regaló una cerda. Valía lo menos 100 duros de lo gorda que estaba, pero la tuve que vender por 40.

COn el dinero compré las inyecciones y gracias a ello mis padres se salvaron. Mi padre estuvo en cama dos meses y mi madre 5. Mi hermano y yo nos habíamos quedado sin trabajo y estábamos  todos desesperados y hambrientos. Por esta época salté una vez una huerta y cogí 4 lechugas. Tenía tanta hambre que recuerdo que las comí sin aliñar, bajo un árbol. Pero alguien me vio y al día siguiente la guardia civil estaba en casa. Me llevaron al cuartelillo y el sargento me preguntó: "¿Te gustan las lechugas, verdad?", y antes de que pudiera darme cuenta de lo que pasaba me encontré en el suelo con la cara hinchada.

Había que comer y, como era otoño, salía a coger bellotas a la montaña. En el pueblo las pagaban a 12 pts la cuartilla y, yendo en familia, podían sacarse 5 ó 6 duros diarios. He olvidado decir que, desde hacía dos años, los amos habían acotado sus tierras y nos prohibían la entrada. Por 4 perras, contrataban a un puñado de desgraciados que, para no morir de hambre, se ponían en contra nuestro. Cuando veían a alguno le daban el alto y avisaban a la guardia civil. Era un verdadero calvario: encañonándonos igual que si fuéramos criminales, nos llevaban a la cárcel del pueblo y allí permanecíamos 5, 10, 15, 20 horas, hasta que les daba la gana soltarnos. Querían saber quién compraba las bellotas y arreaban fuerte para hacernos cantar.

Un día que me pescaron con mi padre, que era viejo  ya y acababa de salir de la cama, uno de los civiles, llevaba una pierna de goma, no lo olvidaré nunca, agarró una correa con 3 nudos y le golpeó delante mío. Aún ahora no sé cómo no lo maté. Veía cómo íbamos vestidos y lo necesitados que andábamos, y se ensañaban todavía. En cuando a mí, no sé las veces que llegaron a cogerme, ni los golpes que he recibido. Hubo ocasiones en que pasé 24 h en el calabozo, con los golpes, la humillación y la rabia, y nada más salir al día siguiente ya estaba otra vez en el monte. Los pobres no podíamos hacer otra cosa y las palizas eran algo tan natural para nosotros como para otros lo son la sequía, los rayos o las heladas.

En febrero de 1948, días antes de que me llamaran a filas, había acabado ya la época de la bellota, salí a pedir por segunda vez con el menor de mis hermanos. Debía presentarme a primeros de marzo en la Caja de Reclutamiento y estuvimos fuera alrededor de 20 días. Al cabo, sólo habíamos reunido 18 pts y un trozo de queso, que dimos a mi madre. Fue en ese momento, creo yo, cuando decidí no volver más al pueblo. Los 20 años que llevaba en él no había conocido más que calamidades. "Cuando acabe la mili, dije para mí, me iré a buscar garbanzos a otro lado".

Me destinaron a Getafe y allí pasé los mejores meses de mi vida. El rancho que no querían otros me lo comía yo: estaba como en Jauja. En los ratos que tenía libres aprendí a leer y escribir, y mandé una carta a mi padre. Nadie la pudo entender pero yo me sentía contento de mí mismo y, durante horas enteras copiaba, en una hora de papel, los títulos de los diarios. Tuve 3 permisos para ver a la familia, pero no fui. Por sus cartas sabía que andaban igual que siempre y prefería no estorbarles.

Cuando me licenciaron era noviembre de 1950. Mi padre trabajaba en Almendralejo de los Barros, en la vendimia y, de paso para V. fui a hacerle una visita. Durante el viaje había perdido un zapato sin darme cuenta y me dio 20 duros para que me comprase un par nuevo. YO le dije que lo compraría más tarde y, como era el final de la vendimia nos encaminamos juntos al pueblo. Mi madre, al verme, se puso muy contenta: ¡hacía casi 2 años que llevábamos separados! Me hicieron de comer y, al otro día, me fui a buscar espárragos silvestres con mi padre por la montaña. Estuvimos todo el día fuera y, por lo que, entre uno y otro cogimos ¡nos dieron solamente 6 reales! Yo ya me había olvidado un poco de lo que había pasado en el pueblo y aquello me despertó. Estaba harto de trabajar y no comer e ir medio desnudo y pedir limosna. Se lo dije así a mi padre, que estuvo de acuerdo conmigo: "Si encuentras algo mejor fuera aprovéchalo. Si no, aquí siempre tendrás tu casa" A mi madre no me atrevía a decírselo y le conté que iba a coger aceitunas a Almendralejo de los Barros.

De buena mañana me eché la manta al hombro y con las 100 pts que me había dado mi padre para los zapatos, unas botas altas y un mono que había traído del servicio, me fui hacia la parte de Huelva. La primera etapa que hice en 5 días, al llegar la noche me tumbaba en los campos, envuelto en mi manta llena de agujeros, fue Valverde del Camino. Allí, un conocido me aconsejó ir a una finca de la Compañía de Minas de Río Tinto que llamaban Torreblanca. Me presenté y resultó ser una de repoblación forestal. 

Había que abrir hoyos para plantar árboles. Se trabajaba a destajo,  a razón de 40 cts la hoya. Yo cavaba 10, 12 horas y ganaba 40 ó 45 pts diarias. En mi vida había cobrado tanto. Pero al cabo de 2 meses nos despidieron y tuve que buscar trabajo en Almonte, en unas fincas que son de los jesuitas, aunque figuran como del Patrimonio Forestal del Estado. Cuatro meses sudando como un negro por 21 pts al día. En m barracón dormían 25 hombres y los piojos se nos comían vivos. 

Hacía frío y por la noche "tocábamos diana con los dientes", así llamábamos entre nosotros, al momento en el que nos despertábamos titiritando. Recuerdo que el día de san José los encargados nos vinieron a buscar a donde trabajábamos y nos llevaron a los barracones. Dentro había 3 curas. Esperaban allí para confesarnos y cuando terminamos, nadie se atrevió a escabullirse, nos enviaron de nuevo a plantar árboles. Es la única confesión que he hecho en mi vida.

En mayo de 1951 un compañero me propuso ir a la Isla de Sevilla. "Te enseñaré a plantar arroz y ganaremos el triple de lo que aquí nos dan". Envié los dineros que había ahorrado a mi madre y me guardé 20 duros por si acaso hacían falta durante el viaje. Atravesamos a pie la provincia de Huelva y entramos en la de Sevilla. Íbamos los dos por la carretera sucios y mal vestidos, y nos paró la guardia civil. Yo creía que nos iban a "enchironar", pero los guardias nos miraron las manos y al ver los callos y cicatrices del trabajo, nos dejaron seguir adelante. Luego me enteré de que a los pobres que tenían las manos limpias los detenían por ladrones y los cascaban hasta hacerles confesar que habían robado. Llegamos a la Isla después de penar mucho. Yo no sabía sembrar y, para empezar a aprender tuve que hacerlo gratis dos días. Al tercero me dieron 25 pts. ¡Doce horas haciendo caballones con los pies en el fango por 5 miserables duros!


Cuando aprendí a sembrar pedí la cuenta y me fui a otros arrozales. Allí ganaba 70 pts por una jornada de 10 a 12 h y me creía casi rico. Al final de la temporada, con los ahorros que había hecho, me compré un traje y un par de zapatos. Cogí el tren y, vestido y calzado, me presenté en V. ¡Qué alegría y cuántos besos y abrazos! mi familia estaba loca de contenta al ver que me abría camino en la vida, pero mucha gente del pueblo me recordaba entre dos civiles, cuando iba a buscar bellotas, estaban envidiosos y decían: "¿Habéis visto qué traje tan lucido? no puede ser de él. Lo habrá robado".

Mi hermano pequeño acababa de cumplir los 16. Estaba parado, sin hacer nada y, viendo que me iba, me dijo que quería venirse conmigo. "Bueno, le dije, lo que sea de un o será de los dos y los padres estarán más desahogados". Agarramos el tren para Lora del Río pero, al llegar, nos encontramos con que no había trabajo. Buscamos por los cortijos y nos ofrecieron arrancar patatas, él a 20 pts diarias y yo a 30. Aceptamos y estuvimos allí una temporada. Al acabarse nos fuimos a Bujalance, prov de Córdoba, pues era la estación de la aceituna. En febrero de 1953 nuestra suerte empezó a cambiar. Un amigo nos dijo que encontraríamos trabajo por la parte de Valencia y cogimos el tren para Alcira. Como era la temporada de la naranja me aceptaron en seguida en un almacén. Ganaba 40 pts y mi hermano 30.

A los pocos meses de estar allí conocí a una mujer del pueblo y nos hicimos novios. Me casé en 1954. A partir de entonces trabajaba en el pueblo durante los meses de la naranja y, el resto del año me iba a Cataluña, a Pals, en la provincia de Gerona, a sembrar arroz como temporero.

Y hubiera continuado así, ganando lo justo para comer los dos, si la mala suerte no se hubiera ensañado conmigo. Mi mujer tuvo 2 abortos en menos de un año y nos entrampamos por más de 5000 pts. A los pocos meses se helaron las naranjas y los braceros nos encontramos sin trabajo. Arreglé el pasaporte y me fui al sur de Francia, a hacer la vendimia. Mi mujer se fue a París por su cuenta y riesgo y, cuando yo llegué, había encontrado colocación en una casa.

Me gustaría saber de letras para contar estas cosas en un libro. Entonces explicaría a todo el mundo que los españoles somos tratados en nuestro propio país como animales y que la mayor parte de las gentes que se creen muy buenas no tienen ninguna consideración con los pobres. Diría que, para vivir como una persona he necesitado salir de mi país y muchas otras cosas más. Y si alguno creyera que miento, le daría infinidad de detalles sobre los lugares donde he estado y las gentes que he conocido, para demostrarle que lo que digo es la pura verdad y que no me he inventado una sílaba.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Es fundamental entender qué es un limited hang out, control de daños de operaciones de encubrimiento de operaciones de cloacas

Solo así la gente puede entender que son peones de los criminales los que llevan el liderazgo, la voz cantante del relato contra ellos. Porque solo así pueden controlar que ese relato no llegue más lejos de lo que están dispuestos a permitir.

Solo así la gente puede entender el mundo en el que vive porque prácticamente casi todo lo que vemos en los medios son limited hang outs.

Quien llevaba la voz cantante del relato que desmontaba el relato oficial del once m era un agente suyo salido de la nada para impedir que el activismo ciudadano pudiera descubrir lo que realmente pasó, así que él fingió estar entregado a la tarea de descubrir la verdad cuando en realidad su tarea era impedir que se descubriera la verdad.

Permiten que se descubran partes de la verdad pero las dirigen de manera que acaben en un callejón sin salida o que perjudiquen a quienes a ellos no les importa que salgan perjudicados.

Los lectores de OL nunca sabrán estás cosas. Hay quien se lo impide.
Anónimo ha dicho que…
Tremenda España, que vida más dura.
Agustina repite las mentiras del Opus dei e impide que se cuestione el tema tabú:son prelatura y prelado, cinicamente lo hace preguntando cuando sabe la respuesta. Esta claro que algún trato €€€€ tiene. Va de víctima por una demanda mercantil de derechos de autor.... jodete lorito, cuando solo pedian censura, ni siquiera lucro cesante €€€ , ni carcel....

Ya ni me responde los emails... Y era antes de la denuncia.

Lo de la psique de Albas no me lo publicó... porque no tenía fuentes, no sabía yo que había que poner fuentes porque no lo tienen ni el 1% y cuando le digo que su propia web con miles de testimonios y el Libro Opus Judei en OL dice que ese libro no se lo cree... pero no lo borra....
Me muerdo la lengua pero está claro que Tony tenía razón, es un tema de ser la única, celos y .. .
Alucinante
Anónimo ha dicho que…
En cuanto a los jueces, es alucinante que Podemos que ya no exista meta un juez, o que la representación cgpj no sea de acorde a las asociaciones y su peso.
Si quitamos opusfera para meter a jueces comunistas como los de la democracia, pues es lo mismo. Nos robaran igual. Una decepción
Anónimo ha dicho que…
Si el confidencial es el Opvs con este artículo el confidencial busca desacreditar a todos los medios para erigirse en el único confiable.


https://www.elconfidencial.com/espana/2024-06-27/publicidad-institucional-gobierno-secreto_3883104/

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